MIAMI.- LAURA RIVERA/ DLA
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MIAMI.- Más de la mitad de los estadounidenses están desmotivados en sus trabajos y trabajan pensando en llegar al fin de semana, según una encuesta. Lea quién tiene la culpa y qué recomiendan los expertos
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Una reciente encuesta de Gallup reveló que la mayoría de los estadounidenses trabaja para llegar al fin de semana, o sea que la falta de motivación en sus empleos es un mal generalizado. Menos de un tercio de los consultados (el 31,5%) demostró estar involucrado (o enganchado) con su trabajo (esto es sentirse parte, entusiasmado y comprometido), el 51% indicó no estar enganchado y el 17,5% dijo estar totalmente desconectado con su empleo el año pasado.
El resultado es preocupante porque, por un lado, significa que más de la mitad de la población enciende su piloto automático cada día para cumplir con una rutina sin motivación alguna –algo que puede traer consecuencias psicológicas como estrés, depresión y otras-; y por otro, porque las compañías verán malos resultados al final del día y su productividad irá en picada.
Joachim de Posada, psicólogo, motivador y conferencista internacional, dialogó con DIARIO LAS AMÉRICAS acerca de la problemática y destacó que, desde su punto de vista, la responsabilidad de que los empleados no estén conectados con sus trabajos es de la gerencia de cada empresa.
El autor de varios libros sobre motivación personal y profesional como el best seller Don’t Eat the Marshmallow… Yet dijo que la falta de entusiasmo comienza “cuando un empleado no tiene las expectativas claras y no son medibles los logros que tiene que completar, cuando está fallando la comunicación dentro de la compañía”.
Peter C. Diamond, también motivador y autor de Amplify Your Career and Life: 4 Steps to Evaluate, Assess and Move Forward destacó, por su parte, la importancia de que cada individuo se replantee su profesión o empleo y tome decisiones para cambiar el rumbo y la energía.
“Salir de la parálisis en la carrera requiere compromiso, motivación y autodisciplina. Con un poco de atención focalizada y un cambio de actitud van a abrirse a las oportunidades y las personas podrán crear situaciones que faciliten las salida de su estado de estancamiento”, indicó.
La barca y sus remeros
De Posada destacó que comunicar la misión y la visión de la empresa a los empleados es esencial para que estos se sientan involucrados con el proyecto: “El empleado debe sentirse parte de un logro. La desconexión en este sentido hace que los empleados den el mínimo de sus capacidades”.
Describió a las compañías de hoy como si fueran barcas, las cuales tienen sólo un 20% de sus remeros que mueven los remos a todo pulmón y que hacen más de los que se espera que hagan. El 40% de los remeros hacen sólo lo que es necesario para lograr el trabajo y lo que se espera de ellos. Este grupo no hace la “milla extra”, sino lo justo y necesario para ganarse su sueldo.
En las barcas de hoy hay generalmente otro 20% que rema menos de lo que debería remar. A veces las compañías no se dan cuenta de que estas personas están dando menos de lo que se les pide y otras veces sí lo saben pero como ya lo tienen dentro del equipo lo dejan y tratan de corregirlo.
Por último, hay un 3% o 5% que reman en contra, sabotean el esfuerzo del resto, y lo hacen muchas veces porque creen que el jefe o la empresa queden mal, o simplemente porque están frustrados con el trabajo.
El conferencista destacó que el problema surge cuando hay más trabajo o un compromiso importante, ya que los directivos les dan esa responsabilidad a los remeros del primer grupo, no al resto, porque confían en ellos. Y los que rinden en menos van quedando cada vez con menos trabajo, pero suelen ganar lo mismo que los otros. “Eso es bien desmotivante”, dijo De Posada.
La solución
Para que los empleados estén entusiasmados y den lo mejor de sí, las gerencias de las compañías, según el experto, “deben crear un ambiente de trabajo en equipo donde los integrantes se sientan parte, y este equipo será el que con su presión haga que los que reman en contra se vayan o cambien de actitud”.
El problema es que la mayoría de las empresas no adiestran a su personal. De Posada dijo que muchos gerentes le dicen que gastan mucho en adiestramiento y los empleados se les van a la competencia.
“¿Y si por esa razón no los adiestras y se quedan?”, les dice. “Si se van es porque tienes una falla integral en la empresa y tienes que corregir eso”, asegura.
Otra cosa común que desmotiva y desconecta a los empleados son aquellos directivos, gerentes o jefes que creen que tienen todas las respuestas y soluciones, y no saben escuchar. En estos casos, los colaboradores que ofrecían propuestas, dejan de hacerlo.
“Hay que hacerlos sentirse parte del esfuerzo de la empresa”, finalizó el experto que ha ayudado a triunfar a grandes firmas del país y el mundo.