Las noticias se sumergen en una orgía de incertidumbre y dolor. Duele repasar los cables de las agencias de prensa e imaginar el escenario desolador donde el caos levanta su bandera en Ucrania. Esas imágenes indescriptibles del campo de batalla: algunos asidos a la expectativa, otros al dolor, millones a la esperanza. Los cuerpos apilonados, familias divididas, los niños escondidos bajo el manto inexorable de las bombas, todas las lágrimas que escriben los capítulos más tristes de la historia.
Rusia anunció que al menos 1.730 militares ucranianos atrincherados en la acería Azovstal de Mariúpol se rindieron esta semana, tras una batalla que se ha vuelto emblemática en el conflicto. El ministerio de Defensa ruso difundió un video que muestra a soldados saliendo de la planta, algunos utilizando muletas mientras son inspeccionados.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó que la invasión rusa era "un fracaso absoluto".
"Tienen miedo de reconocer que se hicieron errores catastróficos al más alto nivel militar y estatal", dijo, y aseguró que el pueblo se mantiene "fuerte, inquebrantable, valiente y libre".
En conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, Arthur Garffer, coronel de Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU, estratega militar y experto en Seguridad Nacional dijo que “para Rusia la invasión militar ya llegó a su punto máximo. Tácticamente,continúa siendo vencido y operacionalmente su control de terreno ucraniano se ha reducido en diez veces. Rusia solo ha podido recurrir a fuegos indirectos de artillería de largo alcance a través de la frontera en Rusia y misiles aéreos lanzados desde el espacio aéreo ruso”.
Agregó que “Rusia no domina ni el campo de batalla ni los aires. Ucrania tácticamenteha tomado control de terreno cedido en el Donbás, mientras que operacionalmente ha podido ejecutar acciones irregulares dentro de la propia Rusia, destruyendo áreasde logística en la retaguardia. Pero más importante aún, han puesto a Putin y Rusia en una situaciónextremadamente precaria geopolíticamente, tanto externa como internamente”.
La operación militar lanzada por Moscú el pasado 24 de febrero empujó a Suecia y Finlandia a acercarse a la OTAN. El presidente de EEUU, Joe Biden, recibió a los dirigentes de ambos países para discutir su petición de ingreso, que modificaría el mapa de seguridad europeo.
"Doy una calurosa bienvenida y apoyo firmemente las solicitudes históricas", dijo la Casa Blanca en un comunicado, refiriéndose a ambos países como "socios incondicionales desde hace mucho tiempo".
Su adhesión requiere del respaldo unánime de los 30 países de la OTAN.
El principal obstáculo es Turquía, que acusa a los dos países nórdicos de acoger extremistas separatistas del Kurdistán, en conflicto desde hace décadas con Ankara.
Para el coronel Garffer, “la invasión de Ucrania por parte de Rusia era parte de un plan estratégicoy geopolíticode Putin, que iba dirigido a desarticular a la OTAN, con el fin de crearbrechas para entonces poder retomarlos Bálticos, Hungría, Polonia, entre otros.Lo que ha hecho Putin es solidificar másaúnla alianza, la cual ha causado un cálculoerróneo con impactos estratégicos significativos para Rusia”.
Acotó que “Putin, al escuchar de esta posibilidad, inicialmente impartióamenazas a ambos países con el fin de intimidar a Suecia y Finlandia a que desistierande unirse a la OTAN. Aparentemente, el mandatario ruso no aprendió la lecciónde que las amenazas solo sirven para catalizar a aquellos que amenaza”.
Dijo, además, que “por ende, vemos a Suecia y Finlandia conjuntamente radicando sus credenciales para unirse a la alianza. Putin ha dicho que esto es irrelevante y que ambos paísessucumbirían ante el Kremlin. Pero Putin sí tiene opciones militares para contrarrestar esta inclusióna la OTAN, como por ejemplo desplegar armamento nuclear a Kaliningrad, la cual seríaextremadamente preocupante para Polonia, y atenta a desestabilizar el movimiento marítimoen el mar Báltico”.
Ciertamente, Moscú advirtió que “la expansión de infraestructura militar a estos territorios va a generar una respuesta nuestra", advirtió el mandatario de Rusia, que comparte 1.300 km de frontera con Finlandia.
Más de seis millones de ucranianos han huido al extranjero y más de ocho millones se convirtieron en desplazados internos, escapando de las tropas rusas que acumulan numerosas acusaciones de crímenes de guerra en Kiev y los países occidentales.
En días recientes trascendió el procesamiento penal del primer soldado ruso juzgado en Ucrania por crímenes de guerra, el cual pidió "perdón" ante un tribunal de Kiev tras detallar cómo mató a un civil al inicio de la invasión rusa.
"Sé que no podrá perdonarme, pero de todos modos pido perdón", dijo el sargento ruso de 21 años, Vadim Shishimarin, a la esposa del hombre de 62 años, al que admitió haber matado en el noreste de Ucrania el 28 de febrero.
La guerra está causando también una inflación de los precios alimentarios, especialmente en las naciones en desarrollo. Rusia y Ucrania producen el 30% del trigo mundial, con lo que el conflicto "amenaza con hacer caer a decenas de millones de personas en la inseguridad alimentaria, la malnutrición, el hambre", dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.
En medio del pandemónium se encuentra el peligro latente de China, no solo desde el punto económico donde se podría convertir en el gran ganador de la epopeya expansionista de Putin, sino también en el militar.
El coronel Garffer hizo énfasis en que “la China comunista estácomo buen pupilo observando y tomando notas de los acontecimientos en Rusia y planificando cómo mitigar, prevenir y posicionarseventajosamente contra acciones y sanciones que pudiesen ser parecidas a las que hemos visto sobre Rusia, de tomar la decisiónde invadir a Taiwán”.
Puntualizó que “lo peligroso es que este conflicto en Ucrania le ha permitido a la China comunista estudiar las lecciones aprendidas de Rusia y llevar a cabo extensos análisis posteriores a la acción rusa. Esto permite que la China comunista pueda ejercer una toma de decisión bien configurada, de querer invadir a Taiwán”.
Las noticias se sumergen en una orgía de incertidumbre y dolor, pero deberían de igual modo convertirse en lecciones de heroísmo y advertencias claras para las democracias a la hora de hacer frente a los delirios del totalitarismo.
Por Yoandy Castañeda
@YoandyCastaneda