miércoles 24  de  septiembre 2025
política

Líneas rojas en el Caribe: Washington envía señales a Pekín a través de Venezuela y Panamá

El ataque naval contra una embarcación venezolana y la presencia militar en el Caribe no son acciones aisladas sólo contra el régimen de Maduro

Por JOSE ADAN GUTIERREZ y RAFAEL MARRERO

Mientras derrocar a Maduro puede ser un objetivo operativo a corto plazo, el propósito estratégico más profundo es enviar un mensaje claro a Pekín: EEUU está dispuesto a desplegar poder duro para defender su supremacía regional.

El reciente ataque naval estadounidense contra una embarcación venezolana y el refuerzo de la presencia militar en el Caribe no son acciones aisladas dirigidas únicamente contra el régimen de Nicolás Maduro. Más bien, constituyen una demostración de fuerza estratégica frente a la creciente presencia económica, tecnológica y geopolítica de China en el hemisferio occidental.

Este análisis organiza la estrategia estadounidense en tres niveles: Venezuela como detonante, Panamá como eje y China como objetivo final. El ataque en el Caribe es una reverberación de la postura estadounidense frente a Panamá: un eco hemisférico diseñado para redefinir las líneas rojas estratégicas hacia Pekín. La credibilidad estadounidense depende tanto de la fuerza militar como de un compromiso económico, digital e institucional sostenido.

El mensaje estadounidense se despliega en tres capas:

  • Venezuela — Nivel inmediato: Maduro es presentado como líder de un narcoestado y representante de actores extra hemisféricos. Sin embargo, Venezuela es el escenario, no la obra.
  • Panamá — Nivel intermedio: El Canal sigue siendo la arteria crucial del comercio hemisférico. La creciente influencia china desafía el dominio estadounidense.
  • China — Nivel estratégico: Pekín es la verdadera audiencia. EEUU demuestra que no cederá su hemisferio.

Hallazgos:

  • China se ha afianzado en Panamá, Argentina, Chile, Brasil, Cuba y Honduras.
  • El Canal maneja aproximadamente el 6% del comercio mundial; su vulnerabilidad resalta la importancia de mantenerlo libre del control chino.
  • América Latina presenta una división: las élites a menudo favorecen financiamiento chino.
  • La proyección de poder estadounidense tranquiliza aliados, pero implica riesgos de escalada por parte de China.

Recomendaciones:

  • Fortalecer la cooperación de seguridad con Panamá para salvaguardar el Canal.
  • Aumentar financiamiento de la Corporación Financiera de Desarrollo (DFC) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para ofrecer alternativas a los préstamos chinos.
  • Lanzar una iniciativa regional de soberanía digital frente a Huawei.
  • Expandir diplomacia pública, medios y programas anti desinformación para contrarrestar narrativas chinas.
  • Consolidar coaliciones con Colombia, Brasil, Argentina y Panamá para defensa hemisférica coordinada.

Introducción

La crisis venezolana se ha convertido en un instrumento de competencia geopolítica. En agosto de 2025, la administración estadounidense incrementó la recompensa por Maduro a $50 millones y autorizó acciones navales contra buques vinculados al narcotráfico. Aunque estas acciones se presentaron como ofensivas contra un régimen rebelde, su impacto se proyecta mucho más allá de Caracas, hacia Panamá y el Caribe, con un mensaje claro a Pekín.

China se ha integrado en puertos y telecomunicaciones de Panamá, estaciones espaciales en Argentina, minas de litio en Chile, agroindustria en Brasil y ahora Honduras, consolidando presencia hemisférica sin confrontación militar. El Caribe es el escenario donde se evidencia la capacidad de Washington de proteger intereses estratégicos, reflejando una evolución de las doctrinas hemisféricas estadounidenses desde la Doctrina Monroe hasta la competencia del siglo XXI con China.

Venezuela — El detonante

Maduro ha sido presentado por EEUU como autoritario e ilegítimo. Su gobierno sirve a Pekín como proveedor de petróleo y como irritante diplomático para Washington, pero China no arriesgará recursos significativos por su permanencia. EEUU mantiene sanciones, pero permite operaciones limitadas de empresas como Chevron, demostrando un enfoque calibrado: Venezuela es un escenario para enviar señales, no el centro de la estrategia hemisférica.

II: Presencia de China en América Latina

  • Panamá: COSCO Shipping y Huawei ingresan a puertos y telecomunicaciones; parques logísticos junto al Canal generan alarma.
  • Argentina: La estación espacial de Neuquén, nominalmente civil, podría tener funciones militares de doble uso.
  • Chile: Control de litio a través de SQM y Tianqi Lithium; más del 60% de las exportaciones chilenas van a China.
  • Brasil: Socio comercial principal de China, con participación en soja, petróleo y minerales; el BRICS amplía influencia hemisférica.
  • Cuba: Inversión en infraestructura de inteligencia de señales y proyectos digitales.
  • Honduras: Tras reconocer a Pekín en 2023, acepta proyectos chinos en energía y telecomunicaciones.
  • Diplomacia de la deuda: Ecuador y Venezuela muestran cómo préstamos chinos comprometen la soberanía gubernamental.

China busca influencia económica y mediática, evitando confrontación militar directa, consolidando posiciones estratégicas gradualmente.

III: Mensaje estratégico

  • Teatro de disuasión: Destructores patrullando el Caribe recuerdan operaciones de control regional previas, proyectando dominio.
  • Panamá como eje: El Canal mueve 14.000 buques al año; el 40% del comercio contenedorizado de EEUU con Asia pasa por sus esclusas. Restricciones por sequía resaltan fragilidad. Ejercicios conjuntos subrayan que el Canal está fuera del alcance de Pekín.
  • Estrategia de reverberación: El golpe inicial en Panamá se refleja en despliegues caribeños, formando una defensa hemisférica coordinada.

IV: Triángulo China-Venezuela-EEUU

Venezuela es prescindible; China lo considera un peón. La contienda real se centra en Panamá y el Canal. Rusia e Irán apoyan militarmente a Caracas, pero carecen de recursos sostenidos, mientras Pekín prioriza consolidar influencia económica y estratégica en la región.

V: Implicaciones regionales

  • Estados latinoamericanos: Decisión entre garantías estadounidenses y financiamiento chino; opinión pública ambivalente.
  • Aliados: Colombia y Brasil ven despliegues estadounidenses como garantía de seguridad.
  • Adversarios: Rusia e Irán limitados; medidas estadounidenses recuerdan los límites de la escalada.
  • Panamá: Élite dividida; el Canal permanece como tablero de ajedrez geopolítico.

VI: Evaluación de riesgos

  • Riesgos de escalada en el mar y posibles errores de cálculo.
  • Sobrecarga militar por compromisos globales.
  • Posibles represalias chinas sobre empresas y cadenas de suministro.
  • Influencia de medios y campañas digitales chinas contra EEUU.

VII: Recomendaciones de política

  • Asegurar el Canal con marcos de cooperación de seguridad.
  • Financiar alternativas a préstamos chinos.
  • Promover soberanía digital regional.
  • Contrarrestar desinformación y narrativas chinas.
  • Mantener presencia militar y de inteligencia en Caribe y Pacífico.
  • Construir coaliciones hemisféricas con aliados clave.

Conclusión

El ataque a un buque venezolano es un mensaje hemisférico: Venezuela es la chispa, Panamá la mecha, China el polvorín. La credibilidad de EEUU requiere despliegue militar acompañado de compromiso económico, digital e institucional. Solo así Washington reafirma su rol como guardián del hemisferio frente a la expansión estratégica de Pekín.

* Miami Strategic Intelligence Institute (MSI²)

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