Mientras se incrementan los ataques terroristas perpetrados por islamitas radicales en el mundo, la comunidad musulmana en general sufre cada vez más el señalamiento y la exclusión social, principalmente en países donde son minoría, como en Estados Unidos y en los de Europa.
En este país, los creyentes en la fe islámica representan un poco menos del 1% de la población adulta, y de todas las edades son más de 2,7 millones de personas, la mayoría inmigrantes (63%), según estimaciones del Centro de Investigación Pew publicadas esta semana.
Sin embargo, el centro de estadísticas destaca que, aunque hoy parezca una comunidad pequeña, es el grupo religioso de mayor crecimiento y se estima que representará el 2,1% de la población del país en el año 2050, superando a las personas que se identifican como judíos.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el reciente sufrido en San Bernardino, California, la comunidad religiosa islamita de EEUU ha comenzado a sufrir mayor discriminación y rechazo o temor por parte de sus conciudadanos en toda la nación, pero más desde que comenzaron a oírse discursos animusulmanes como el del precandidato republicano a la presidencia Donald Trump.
Wilfredo Amr Ruiz, reconocido analista político internacional y musulmán, destacó que todo lo que está pasando es producto del desconocimiento. En diálogo con DIARIO LAS AMÉRICAS, aseguró que “muy poca gente conoce a la comunidad musulmana” en Estados Unidos.
De hecho, la encuestadora Pew halló que la mayoría de los estadounidenses sabe poco o nada sobre los musulmanes y la fe islámica.
“Esto nos preocupa mucho porque es un deber dualista de todos el de informarse y de comunicar a los demás lo que sabemos”, señaló Ruiz haciendo referencia a la cantidad de palabras y conceptos de su religión que se están utilizando mal por los medios y autoridades, sin saber sus verdaderos significados y generando grandes confusiones en la gente. Un proceso que, según el analista, sólo fomenta la discriminación y la xenofobia.
Palabras mal interpretadas
“Nos asusta la liberalidad con que la gente usa términos islámicos. La ‘jihad’, por ejemplo, significa principalmente la lucha diaria contra el pecado y el mal, una lucha interna con uno mismo, espiritual. Y también tiene otra acepción, la de batalla física. Pero cuando la gente escucha eso siente que ya estamos atacando”.
Explicó que el profeta Muhammad les habló de "lesser jihad", la lucha psicológica -o interna- a que ellos mismos debe enfrentar para hacer el bien y someterse a él, pero que no significa salir a matar; y la "greater jihad", la lucha grande de Dios, que es la lucha física sólo bajo ciertas condiciones.
“Muhammad dijo que esa lucha se hará cuando [los musulmanes] se sientan perseguidos y sacados de un sitio, cuando se les haya prohibido practicar su fe, o cuando tengan que defenderse porque los están atacando. En esas situaciones tienen autorización para una lucha”, detalló.
Otro ejemplo de un término que se desconoce y se utiliza mal es, según Ruiz, la Ley Sharia, que significa todo el sistema legal islámico. Esto incluye las horas de rezo, el ayuno, la forma de casarse y rituales. “Menos del 5% de la ley es el derecho penal”, subrayó Ruiz.
“En los países donde hay mayoría musulmana se utiliza esta ley. Pero la misma Sharia te obliga a seguir las leyes de un país, si vas y allí hay otras leyes. Por eso cuando se dice que los musulmanes llegan a una nación a ‘imponer la Sharia’, es una confusión, la Sharia nos obliga a seguir las leyes que tenga ese país”.
El peligro de excluirlos
El analista musulmán, dijo alarmado que las repercusiones de odio ya se están sufriendo dentro de su comunidad. Esta semana, por ejemplo, dos mujeres que llevaban “hijab” (velo musulmán) fueron agredidas en dos ciudades de la Florida con piedras y disparos.
“Los niños están siendo discriminados en las escuelas, las personas se sienten señaladas, tienen miedo y se encierran en sus casas…”, comentó y explicó el riesgo que supone el discurso antimusulmán de los políticos, para la seguridad nacional.
Dijo que si polarizas y alineas a un grupo de la sociedad, y dices que no pertenecen a la comunidad, la comunidad te dará la espalda. “Si todos esos musulmanes (incluso muchos que están en las Fuerzas Armadas luchando por EEUU) se sienten que no pertenecen al país, y sienten esa marginalización, racismo y xenofobia, nos pondremos todos en riesgo. Porque somos ilusos si pensamos que las fuerzas del FBI y la Policía serán capaces solos de detectar a los posibles islamitas terroristas”.
Ruiz destacó, entonces, el importante papel que cumplen los musulmanes de EEUU para detectar y denunciar a los islamitas que se radicalizan o que tienen ideas antisociales o extremistas. Esta función de control que han adquirido los líderes de la fe islámica en el país desde los atentados del 9/11 es desconocida por la mayoría de los estadounidenses.
El analista informó que él y muchos de la comunidad musulmana del sur de Florida se reúnen frecuentemente con autoridades y agentes del FBI, la fiscalía federal y agentes del orden “porque son nuestros amigos y trabajamos juntos”.
Comentó que varios de ellos han tomado cursos de instrucción con el FBI y que han detectado y denunciado a muchas personas con ideas extremistas o antisociales que se han acercado a la comunidad religiosa, a las que ahora se controla y observa.
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