jueves 26  de  septiembre 2024
Transición en EEUU

Perdón presidencial de Obama pone en la encrucijada a Trump y a Assange

Muchos analistas consideran que el perdón a Chelsea Manning tendrá un impacto profundo en la moral de los militares, donde una férrea disciplina brega constantemente con la necesidad de mantener en secreto toda la información
Por RUI FERREIRA

@ruiefe

WASHINGTON.– Retar a un presidente de Estados Unidos puede tener consecuencias inesperadas, como la de que el mandatario lo acepte. Es lo que ha sucedido este martes con Julian Assange, el fundador de WikiLeaks quien, desde su "exilio" en la embajada de Ecuador en Londres, dijo el fin de semana que se entregaría si Barack Obama amnistiaba a Chelsea Manning, la exsoldado que ha sido condenada a 35 años de cárcel por entregarle miles de documentos confidenciales.

Este martes, antes de encerrar el día de trabajo en la Casa Blanca, Obama conmutó la sentencia a 209 personas y otorgó perdones a 64. Entre ellos se encuentra Manning, quien ahora saldrá en libertad en mayo. Su liberación coloca a Assange en la encrucijada porque de no aceptar ser extraditado a Estados Unidos, donde lo quieren juzgar por divulgación de documentos secretos, coloca en riesgo toda su credibilidad.

Assange no reaccionó de inmediato. Pero la cuenta de WikiLeaks en Twitter publicó dos comentarios. El primero, en términos generales, declara como una "victoria" el gesto de Obama. El segundo, cita específicamente a Assange diciendo “gracias a todos los que hicieron campaña por (lograr) clemencia para Chelsea Manning. Vuestro coraje y determinación hicieron de lo imposible, posible”. Pero ni una sola mención en venir a Estados Unidos o su futuro.

En un comunicado posterior, Assange agradeció la decisión de Obama, lo que llevó a muchos analistas a pensar que sus esfuerzos por la liberación de la soldado Manning influenciaron el mandatario.

“El presidente Obama no está del mismo lado de Julian Assange. El presidente condena todos los actos de espionaje. Pero había recibido muchos pedidos por parte del equipo de defensa de Manning solicitando su liberación. No tenemos en cuenta las recomendaciones de Assange, cuya opinión no tuvo nada que ver con esto”, afirmó la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Jen Psaki, a la presentadora de la cadena CNN, Erin Brunett.

Obama tiene prevista su última rueda de prensa en la Casa Blanca el miércoles por la tarde. Se espera que el tema de Manning sea uno de los más discutidos.

Muchos analistas y observadores del Pentágono consideran que el perdón a Manning tendrá un impacto profundo en la moral de los militares, donde una férrea disciplina brega constantemente con la necesidad de mantener en secreto toda la información militar. “¿Qué ejemplo dará esto a los militares?”, cuestionó Jerry Morrison, analista del Centro Wilson.

Pero esta frustración pudiera ser compensada por otro perdón. Obama también ha incluido en su listado al general de los infantes de la Armada y exsegundo al mando de la Junta de Jefes del Estado Mayor, James Cartwright, quien enfrentaba seis meses de cárcel tras admitir haber mentido durante una investigación sobre la divulgación de información confidencial relacionada con un virus informático creado por los israelíes en contra del programa nuclear iraní.

Mientras tanto, el gesto también coloca a otra persona en un dilema: el Presidente electo Donald Trump, que al asumir la presidencia no podrá anular un perdón de ninguno de sus antecesores. Y si Assange se entrega, deberá aceptar que sea sometido a los tribunales.

El problema es que Trump admira a Assange. Lo ha dicho por la tangente. “Amo a WikiLeaks. Es impresionante como hoy día nada es secreto cuando hablamos de Internet”, dijo en octubre durante un mitin de campaña en Pensilvania.

A raíz de la divulgación por parte de WikiLeaks de los correos electrónicos del Partido Demócrata, y que favorecieron enormemente la candidatura de Trump, Assange salió en defensa del magnate y dijo que los rusos no fueron su fuente en la documentación.

Esa ocasión no la desperdició el Presidente electo para acusar a los servicios de inteligencia de Estados Unidos de comportarse como "nazis’" lo cual levantó una ola de indignación en la comunidad clandestina estadounidense.

El perdón presidencial ha provocado fuertes reacciones en el Capitolio. El senador demócrata Bob Menéndez, dijo a la cadena CNN que va a demandar explicaciones a Obama en las próximas horas. “Tendrá que explicarse porque esto es un caso que implica seriamente la seguridad nacional”.

“Esto es indignante. La traición de Chelsea Manning ha puesto vidas estadounidenses en riesgo y algunos de nuestros secretos más confidenciales. El presidente Obama deja atrás un precedente peligroso al decir que aquellos que comprometan nuestra seguridad nacional no será responsables de sus delitos”, escribió en un comunicado el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.

En ese mismo sentido se manifestó el senador cubanoamericano Marco Rubio. Pero, en un gesto quizá pudoroso dada la operación de cambio de sexo que Chelsea Manning se realizó en la cárcel, nunca la mencionó por su nombre sino que se limitó a referirse a ella en los cuatro párrafos como “el soldado Manning”.

FUENTE: Enviado especial

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