Mientras Harris, una mujer racializada de origen asiático-americano, aporta un sustancial cambio de imagen a los demócratas en tanto se entrecruzan en ella imaginarios de distintas minorías, Trump representa el retorno del poder blanco y duro que creen sus seguidores que necesita EEUU.
Es justo en este contexto que el voto latino, con sus oscilaciones y tribulaciones, cobra relevancia por su sentido pendular y hasta cierto punto definitorio del futuro de este país, como deja entrever el libro Desertores, que es un poco también la continuación -con su ruptura implícita- del libro previo de la autora: “Latinx”.
“Yo creo que en el libro anterior un poco me enfocaba en esta idea de que como latinos tenemos mucho en común, ¿no?; que, tal vez, votamos de la misma manera. Luego Desertores de alguna manera intenta interrogar esa tesis, es un libro [que debate] un poco esta idea de a quiénes realmente somos leales los latinos, ¿no?. O sea, yo creo que históricamente el latino ha sido progresista, liberal, estadísticamente los latinos han votado más para los demócratas. Pero yo creo que estamos en un momento en el que la comunidad está mandando un mensaje distinto, ¿no?, y es que tal vez esa lealtad realmente durante todos estos años se ha aproximado mucho más a los valores republicanos que los liberales y la pregunta es ¿por qué?”.
Así lo describe Paola Ramos en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, que además quiso saber, para explicarlo a sus lectores, el origen de este libro, cómo se pensó, cómo se produjo, si fue hecho ‘por encargo’ de algún grupo social o partido; a lo que la autora responde que por el contrario, es un libro con el que, por ejemplo, los demócratas no simpatizan.
‘Los demócratas odian este libro’
“No, no, al revés, los demócratas odian este libro, lo odian muchísimo. Creo que cualquier persona que en esos momentos está interrogando la teoría de los demócratas, causa mucho temor y muchas críticas dentro de ese partido. En absoluto, yo llevo pensando en este libro desde el 2016, desde que yo dejé la política en el Partido Demócrata, y dejé la política precisamente porque creía que no estábamos haciéndonos preguntas importantes, no estábamos cuestionando muchos estereotipos que creo que tienen ambos partidos, pero mucho también el Partido Demócrata”, declaró la autora, quien se aproximó además, durante la entrevista, al comportamiento del voto cubano, que representa un espectro de la comunidad latina con otra inclinación.
El voto cubano en el espectro del voto latino
“Son dinámicas que cambian mucho. Obviamente aquí [en Miami] el voto cubano siempre ha sido mucho más conservador. En Nueva York, que es donde vivo yo [el voto] siempre ha sido muy demócrata, pero ahora lo interesante es que estoy viendo que incluso en un sitio como el Bronx, que es, de hecho, donde estuvo Donald Trump hace poco, incluso el voto dominicano, afro-latino está cambiando. Creo que muchas más personas se sienten más cómodas con el Trumpismo ahí.
(...) “Lo que estamos viendo en los números, por ejemplo ahora mismo, es que alguien como Kamala Harris solamente tiene un poquito más del 50% del voto latino, alguien como Obama tenía más del 70%, alguien como Hillary Clinton tenía más del 65%. Y aquí lo curioso es que independientemente de cómo uno se identifique políticamente, la historia era que, si una persona que estaba prometiendo deportaciones masivas, los latinos no iban a votar por esa persona. Pero estamos viendo que incluso Donald Trump ahora está alcanzando entre el 38 y el 40% del voto latino. Así que eso es bastante llamativo, ¿no?, eso nos dice algo, que está cambiando. Entonces en el libro, en vez de explicar este fenómeno a través de la política o de la figura de Donald Trump, me interesaba más entender históricamente, culturalmente, qué es lo que hace que haya un segmento de latinos que se sientan muy cómodos con algunos aspectos del Trumpismo”.
La “novedad” de Kamala
“Kamala Harris de alguna manera sigue siendo una persona nueva, yo creo que muchas personas aún no conocen realmente quién es ella. Creo que lo interesante es que, cuanto más la gente conoce a esta candidata, más les gusta lo que oyen, pero aún así solamente ha tenido menos de dos meses para introducirse, así que ahí lo interesante es ver cómo va a poder ella cambiar la dinámica, de aquí hasta noviembre. Pero lo interesante es que en estos momentos ella solamente gana el voto latino por unos 14 puntos. Y esa es la ventaja más pequeña que han tenido los demócratas en las últimas cuatro elecciones presidenciales”, dijo Ramos.
Para la autora, esto muestra que un ‘voto’ que se da por sentado, ya no es una certeza, incluso en un contexto en que el cambio de candidato demócrata tuvo un efecto positivo para este partido. “Ese fue el gran efecto, Joe Biden era un candidato pues, que no era popular. Yo creo que el gran efecto, el gran momentum era ese cambio. La historia de que ella es hija de inmigrantes es algo que se ve mucho en los números, está resaltando mucho con las mujeres latinas. De hecho, el apoyo que ella tiene entre la comunidad latina, son muchas mujeres latinas. Ahí es donde realmente se ve la diferencia entre los hombres y las mujeres, también tiene mucho apoyo entre la gente joven latina. Tiene mucho apoyo en sitios como Nevada y Arizona donde hay familias latinas que tienen una relación más personal con la inmigración, que cuando Donald Trump habla de las deportaciones masivas habla de deportar a personas como ellas, que llevan ahí más de 20 años en este país. Entonces, yo creo que, regionalmente, cada candidato, llama la atención de manera distinta. Aquí obviamente tenemos una historia muy distinta a lo que es en Arizona, Nevada o Texas”.
Deslocalizarse de Miami
Con este análisis, la autora invita a deslocalizarse y ampliar esta mirada que siempre en la Florida se tiene puesta sobre la comunidad de cubanos en Miami para extenderse también al territorio nacional y ver las dinámicas de las comunidades específicas en sus territorios. Y lo ha hecho también a través de un viaje; el viaje es una constante en sus libros e historias.
“Yo crecí en Miami, crecí con un abuelo cubano y mi madre es cubana, en una comunidad exiliada cubana de Florida. Mi padre es mexicano. Pero creo que lo que sabemos muy bien es que en Miami vivimos un poco la burbuja. O sea, ser latino aquí es lo normal, todos hablamos español, tenemos esa historia del trauma político de dejar una isla como Cuba; pero, claro, luego vas a sitios como Texas, donde estás ante una comunidad mexicana-americana que se ha asimilado en estos años, pero que están pensando en cosas distintas. Así que yo creo que viajar me ha ayudado mucho. Y luego creo que, como periodistas, siempre entramos a estas entrevistas con preguntas, pero yo creo que entrar con curiosidad es lo más importante, ser personas empáticas, entender, evolucionar como uno piensa, es muy importante, así que me ha gustado mucho (...) el hecho de escuchar, de ser abierto, de hablar con personas que ideológicamente son muy distintas a mí [he tenido conversaciones con pastores evangélicos a quienes les gusta la idea del nacionalismo cristiano, he tenido muchas conversaciones con los Proud Boys, muchas conversaciones con personas que están dentro del movimiento de Moms for Liberty, personas que tal vez incluso no juzgan quién soy yo, quién represento yo].
Lo interesante es que independientemente de cómo uno se identifique políticamente, étnicamente, yo creo que como latinos la gran pregunta es: ¿Qué tenemos en común?, y yo creo que lo que he encontrado es que tenemos mucho en común y que cada uno está en su propia jornada de intentar sentirse bien en este país. A algunas personas eso les lleva a ciertas religiones, a ciertas ideologías, pero todos estamos en este país por las mismas razones y tenemos mucho en común”.
Qué es la ‘extrema derecha’ en Desertores
“No estoy hablando de los republicanos. O sea, históricamente los republicanos siempre han ganado más del 30% del voto latino. Pero creo que el efecto de Trump para mí no es un efecto tradicional republicano. El vicepresidente de Donald Trump no va a votar por Donald Trump porque para él los valores tradicionales republicanos no se ven reflejados en el 'Trumpismo'. Precisamente por eso hay muchas personas dentro del Partido Republicano que como republicanos no se sienten cómodos con el efecto Trumpismo.
“Entonces, sí creo que para mí es muy importante diferenciar lo que es el Partido Republicano, un partido que que cree en las leyes, que cree en las elecciones, que cree en la importancia de diferenciar entre los hechos y las mentiras, y un 'trumpismo' que juega mucho, que manipula las palabras, que [promete] muchas políticas extremistas. O sea, decir que todos los inmigrantes que están viniendo a este país vienen de instituciones mentales o que son criminales, me parece una cosa muy extrema. Para mí el trumpismo es una versión republicana que no es lo tradicional.
“Yo creo que el punto del libro es entender por qué es mucho más fácil de lo que piensan los demócratas que haya un número creciente de latinos que se sienten identificados con Trump. Creo que se puede analizar ese movimiento o ese fenómeno a través del trumpismo pero lo que intento hacer en el libro es hablar de las cosas que son más incómodas. Y eso es abordar el tema del racismo dentro de nuestra comunidad, por ejemplo, e incluso de cómo nos identificamos, hablar del colorismo. Por lo menos yo aquí en Miami, creciendo en esta comunidad, nunca tuve el lenguaje, el saber cómo hablar entre la diferencia de lo que son los cubanos que se parecen a mí y lo que son los afrocubanos, los afrolatinos. Crecí en un ambiente donde nunca hablábamos de eso. Creo que es importante hablar sobre el peso del colonialismo, ¿no?, de la colonización española en Latinoamérica, creo que son términos muy abstractos cuando uno lo habla de esta manera, pero ese legado ha tenido mucho impacto en moldear los valores morales de muchas personas y es importante hablar del impacto del colonialismo. Y luego, hablamos mucho e intento abordar mucho lo que es el trauma político, lo que es venir de países donde la gente se ha ido de esos comunismos, o esos fascismos. Pero luego eso, psicológicamente, cómo se manifiesta en la política americana. Así que, por eso, creo que es un libro que intenta abordar esos temas que son más psicológicos, culturales, históricos.
(...) “Creo que es un libro con un mensaje más que nada para los demócratas que tengan curiosidad de por qué los números están cambiando. Y yo creo que esa curiosidad tiene mucho más que ver con la curiosidad de entendernos más”.