MIAMI- Impotentes ante otra eventual derrota y como era de suponer por el contundente respaldo de los electores al senador cubanoamericano Marco Rubio, los demócratas y grupos -que operan directamente fuera y dentro de territorio estadounidense a beneficio de la dictadura castrista- desataron en las últimas horas una coordinada y desdeñable campaña de desinformación y descrédito contra Rubio.
Uno de los mensajes [difamatorios y absolutamente falsos] contra Rubio en redes sociales -que sí debería investigar el FBI y bloquear las tecnológicas- es que el "senador alienta" y compulsa a que personas que califican de "terroristas", planifiquen y organicen desde Estados Unidos actos de esa naturaleza, en "contra de Cuba".
Incluso, con perfiles falsos en redes sociales y muchas veces desde Cuba, el régimen y sus subalternos forman parte de esta campaña con mensajes como el anterior; no desde ahora, sino desde hace muchos años, cuando Rubio fungía como representante estatal en Florida durante cuatro términos, antes de convertirse en senador federal.
"Quienes dirigen en estos momentos en Washington están destruyendo nuestro país”. Esta declaración del senador ha sido un trueno ensordecedor y condenatorio permanente en los oídos de los demócratas de izquierda y la extrema izquierda (mal llamados progresistas, socialistas) en Estados Unidos.
Rubio se ha consagrado en el Congreso en Washington como uno de los legisladores más activos en defensa de los valores conservadores que fundaron esta gran nación y ha exigido justicia contra los constantes atropellos, crímenes y vejaciones de la dictadura castrista y sus influencias dentro de Estados Unidos, en especial en el actual gobierno estadounidense. Por tal razón, entre otras, se ha convertido en un foco para los nuevos demócratas (socialistas).
El senador ha hecho énfasis, en múltiples ocasiones, en la paupérrima situación económica del país, la histórica y alarmante inflación y la escalada de precios durante casi dos años de la gasolina y de los productos de primera necesidad.
Durante este período la administración Biden, la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro (los dos últimos también alineados a las fallidas políticas de izquierda) dieron la espalda al sufrimiento de la gran mayoría de los más de 335 millones de estadounidenses y en especial, los más vulnerables: madres solteras, parejas de bajos ingresos con hijos, jóvenes universitarios, hispanos, afroamericanos, veteranos de guerra y ancianos, entre otros grupos.
A todo esto se ha enfrentado a diario el senador Marco Rubio, quien se ha ganado con su arduo y sostenido trabajo el respeto no sólo de la inmensa mayoría de los votantes, sino de personalidades, empresarios, grupos defensores de derechos humanos y de las voces conservadoras en EEUU en contra de la corriente del llamado Marxismo Cultura del Siglo XXI, que intenta radicalizar la extrema izquierda en la primera potencia del mundo.
Además de su labor en el distrito que representa, el senador ha denunciado los peligros para la democracia y el futuro del país del ala radical dentro del Partido Demócrata y que hoy ejerce un gran control en la agenda del presidente Joe Biden.
Rubio ha demostrado, en intervenciones en el Senado y como presidente interino del Comité de Inteligencia de la Cámara Alta, el peligro que representa China y las débiles estrategias en política exterior de la actual administración.
Sobre el tema migratorio, el senador cubanoamericano, ha fustigado durante casi dos años la caótica política migratoria de la Casa Blanca, que además de estimular la emigración ilegal y crear una insólita crisis humanitaria en la frontera sur, ha representado una amenaza real para la seguridad nacional de EEUU.
Entre los casi 5 millones de inmigrantes que han llegado a la frontera, grupos terroristas, delincuenciales, narcotraficantes y enemigos de EEUU -como el régimen cubano- han penetrado miembros y personas que trabajan directamente para ellos. Muchos han sido detectados por las autoridades de Inmigración, pero otros no y se encuentran dentro del país con salvoconductos entregados por el propio gobierno de EEUU. Son antiestadounidenses, antiamericanos y férreos defensores de las dictaduras socialistas en América Latina como Venezuela, Nicaragua, Argentina con el kirchnerismo y por supuesto, la peor, criminal y primera patrocinadora del terrorismo, Cuba.
Todos estos grupos se han unido para respaldar a la candidata demócrata y oponente de Rubio, Val Demings.
Después del debate televisivo entre Demings y Rubio, donde el senador consolidó su figura, plataforma y la masiva aceptación entre los electores, arreciaron las campañas en su contra en un último intento desesperado y desafortunado por al menos acercarse a los resultados que arrojan las encuestas sobre el inminente triunfo del republicano. No únicamente por su carisma, sino por su trabajo a favor de las comunidades de florida y del sur del estado en su estrecho vínculo con el gobernador Ron DeSantis.
Durante el encuentro por televisión, Rubio enfatizó en que “el mayor mérito de Demings como congresista ha sido votar radical e incondicionalmente con Nancy Pelosi”.
Los electores saben perfectamente lo que eso significa: votar por políticas que ponen en riesgo la solidez democracia occidental y contra los valores conservadores que convirtieron a este país en el ejemplo y supremacía mundial.
La estirpe de los promotores de esta campaña contra Rubio, ya se conocen y se revelan abiertamente voceros y agentes de la dictadura y el socialismo, como la llamada @Ana_Hurtado86 en Twitter, quien se autodefine como ANGELICAL BOLCHEVIQUE Yo soy de Patria O Muerte.
Con este anuncio en su perfil, sobran los comentarios para definir quiénes están detrás de todas las calumnias contra la exitosa carrera política y prestigio del senador cubanoamericano Marco Rubio, que se encamina a otro triunfo electoral en noviembre.
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