CIUDAD DE MÉXICO — El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, inicia este martes su primera visita oficial a México, cuyo gobierno sale airoso hasta ahora de la relación con Donald Trump, quien exige mayor firmeza contra el narcotráfico y la migración irregular.
Rubio se reunirá el miércoles con la presidenta Claudia Sheinbaum, en la primera escala de un viaje que lo conducirá también a Ecuador, donde gobierna Daniel Noboa, un aliado de Trump.
El Departamento de Estado dijo que Rubio exigirá en ambos países "acción rápida y decisiva para desmantelar a los cárteles, detener el tráfico de fentanilo, acabar con la inmigración ilegal" y contrarrestar la influencia "maligna" de China.
Horas antes de la llegada de Rubio, Sheinbaum dijo que trazará un límite claro a una eventual intervención militar estadounidense en México, luego de que Trump firmó una orden que autoriza el empleo del ejército contra los cárteles de la droga.
Agregó que México no aceptará "injerencismo". "No aceptamos tampoco violación a nuestro territorio, no aceptamos subordinación, sino sencillamente una colaboración", dijo la presidente de México, cuyo país sigue fuertemente afectado por la violencia y el narcotráfico.
Aunque Trump designó a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras, muy pocos prevén que el magnate tome la drástica decisión de desplegar tropas en suelo mexicano.
Sheinbaum enfatiza cooperación
Sheinbaum defiende ideas de izquierda, pero ha buscado puntos en común con Trump, tal como hizo su predecesor y mentor Andrés Manuel López Obrador (2028-2024) durante el primer mandato del republicano.
México ha cooperado con el reforzamiento de la frontera contra los flujos de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos desde Centroamérica y otras regiones del mundo. Ha entregado además a medio centenar de criminales buscados por Washington.
También ha tomado medidas para reducir las importaciones desde China, cuyos fabricantes ven a México como un puente hacia el mercado estadounidense.
"Sheinbaum desde el principio decidió que buscaría una relación cooperativa y colaborativa con la administración de Trump", dijo Jason Marczak, vicepresidente y director del Centro para América Latina del think-tank Atlantic Council.
"Ha sido enfática en defender la soberanía mexicana, pero al mismo tiempo en acercarse a Estados Unidos y ver dónde pueden trabajar juntos", de acuerdo con Marczak.
La estabilidad de la relación marca un agudo contraste con las campañas de presión de Trump contra los líderes izquierdistas de otros dos países latinoamericanos, Brasil y Colombia.
Trump ha expresado respeto por Sheinbaum y meses atrás tuvo el inusual gesto de darle crédito por una campaña de combate al fentanilo, el potente analgésico detrás de una epidemia de sobredosis en Estados Unidos.
FUENTE: Con informaciòn de AFP