Congresistas norteamericanos, republicanos y demócratas, han instado a la administración del presidente Joe Biden, a reimponer sanciones a Venezuela, si el régimen de Nicolas Maduro no reconoce la abrumadora victoria de la oposición en elecciones celebradas el 28 de julio, en las que el candidato de la oposición Edmundo González Urrutia habría ganado por hasta 30 puntos porcentuales, según actas de votación representando dos tercios del escrutinio, reveladas por la dirigente opositora Maria Corina Machado.
El Concejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), controlado por Maduro, anunció una victoria del régimen a la media noche del domingo con una mayoría al parecer inventada del 51%.
Hasta el cierre de este reporte el CNE no había publicado ningún resultado de las mesas de votación y su página web presentaba interrupciones, mientras no han dejado de brotar masivas protestas en Caracas y otras ciudades que el régimen intenta frenar con cientos de arrestos y otras medidas de represión. Han acusado a Machado de “hackear” el sistema del CNE y anunciado una orden de arresto contra ella.
Hartos de brutalidad
“El pueblo de Venezuela está harto de la brutalidad del régimen” dijo el senador republicano de Florida Rick Scott en una entrevista exclusiva concedida a DIARIO LAS AMERICAS. “El pueblo de Venezuela se ha pronunciado y se pronunció con fuerza, diciendo al mundo que no quieren un día más a Maduro quien ahora intenta robarse las elecciones. La administración Biden tiene que hacer algo. Ayudaron a Maduro con una política de apaciguamiento y relajación de sanciones y ahora tienen que ponerse al frente de la comunidad internacional para forzar a Maduro a que deje el poder. El secretario de estado Blinken, el presidente Biden, la vicepresidenta Harris tienen que denunciar a Maduro por lo que ha hecho y e imponer sanciones”, precisó Scott.
Reimponer sanciones
El senador demócrata Tim Kaine de Virginia quien dirige el subcomité para el hemisferio occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, junto a otros senadores demócratas pidieron la reimposición de sanciones hace meses, cuando Maduro descalificó la candidatura presidencial de Corina Machado en clara violación de los acuerdos alcanzados con la administración Biden. “Como la descalificación absurda de Machado claramente viola el acuerdo de Barbados, EEUU debe reimponer las sanciones relacionadas con el acuerdo, hasta que una elección limpia esté asegurada”, dijo Kaine en un comunicado conjunto con el senador Dick Durbin, que publicaron el 29 de enero.
Ignorando, al parecer, las peticiones de los más destacados congresistas de su propio partido, la administración Biden permitió que Maduro siguiese vendiendo petróleo en mercados asiáticos y europeos, específicamente China, India y España cuya empresa petrolera Repsol había cerrado sus actividades en Venezuela a consecuencia de las sanciones impuestas por la anterior administración republicana de Donald Trump. Unos $20.000 millones recaudados por el régimen, gracias a la relajación de sanciones, le han permitido asegurarse del respaldo de sus militares, cuyo alto mando avaló la falsa victoria electoral de Maduro, según el pronunciamiento del ministro de Defensa Vladimir Padrino López en la mañana del martes 30 de julio, quien definió la actitud de la oposición como un “golpe”.
EEUU ha sido débil
“La administración Biden ha sido débil” dijo Scott, durante la entrevista con este rotativo, “tienen que actuar como los líderes del mundo libre. Tienen que hacer su trabajo. La lucha por la libertad en Venezuela, Cuba y Nicaragua es importante. Agradezco lo que han hecho Argentina y Chile” cuyos gobiernos fueron primeros en denunciar el fraude de Maduro, seguidos por Perú, Uruguay, Ecuador, Panamá, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Paraguay y República Dominicana, cuyos dirigentes han pedido una sesión de emergencia de la OEA para analizar el tema de Venezuela.
Sin embargo, el miércoles 31 de julio, una reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos rechazó una resolución para exigir trasparencia al gobierno de Venezuela sobre las cuestionadas elecciones del domingo, al no alcanzar la mayoría absoluta de los estados miembros.
Mientras, la administración Biden limita su reacción a pronunciamientos blandos e inconclusos. El secretario de Estado Antony Blinken ha expresado “serias preocupaciones sobre si los resultados anunciados (por CNE) reflejan la voluntad o los votos del pueblo venezolano”.
El presidente Biden no se ha pronunciado directamente y su vicepresidenta Kamala Harris, quien ahora es candidata a la presidencia de EEUU en las elecciones de noviembre, expresa una posición neutral: “la voluntad del pueblo venezolano tiene que ser respetada. A pesar de los desafíos, seguiremos trabajando hacia un futuro más democrático, libre y próspero para Venezuela”.
El Senador Scott dice temer por la vida de los dirigentes opositores. “Tenemos que proteger la vida de Edmundo González, tenemos que proteger la vida de María Corina Machado y la única manera de hacer esto es denunciando a Maduro por lo que ha hecho. Hay mucho miedo en Venezuela que puede terminar como Cuba donde cualquiera que se le enfrenta al régimen termina en prisión o torturado. La administración Biden tiene que asumir su papel de líder del mundo libre y reconocer a Edmundo González como el presidente legítimamente electo de Venezuela”, precisó Scott.
Persecución de testigos
Dirigentes de la oposición temen que el régimen esté lanzando una persecución de testigos electorales quienes lograron obtener el 73% de actas de votación entregadas a Machado. “Hay órdenes de ir tras los testigos” según Delsa Solorzano, testigo principal de la oposición ante el CNE. Varios ya dicen estar bajo amenaza y según fuentes de la Guardia Nacional, posibles secuestros extraoficiales pueden estar planeándose, valiéndose de pandillas carcelarias como el Tren de Aragua, en una operación nombrada “Tun Tun sin lloradera” que prevé “visitas familiares” a las residencias de los testigos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador de México tampoco ha tomado una posición clara y hay poca certeza de que las dos potencias latinoamericanas admitan la pérdida de Maduro, si el CNE no confirma los datos reales ya en manos de la oposición y observadores internacionales como el Centro Carter de EEUU.
Mientras venezolanos esperaban una comparecencia ante la prensa del presidente del CNE, Elvis Amoroso, la tarde del miércoles, Maduro apareció en cadena amenazando con profundizar la represión: “Queremos continuar el camino que Chávez trazó. Pero si el imperialismo norteamericano y el fascismo nos obligan, no me temblará el pulso para llamar al pueblo a una nueva revolución con otras características”.
“Las cosas van a terminar horriblemente para Venezuela si Maduro no abandona el poder, que solo puede ocurrir si toda la comunidad internacional se lo pide”, advirtió Scott. A mediados de semana el presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, hasta ahora considerad aliado de Maduro, se sumó a demandas internacionales para la transparencia electoral, advirtiendo de una posible guerra civil en Venezuela. “Las serias dudas que crecen sobre el proceso electoral venezolano puede llevar su pueblo a una profunda polarización violenta con serias consecuencias de una división permanente”, dijo.
Algunas fuentes del Departamento de Estado dicen estar preparando paquetes de sanciones que podrían ser propuestas para aplicar de momento, dirigidas hacia Amoroso y otros dirigentes del CNE. “Tenemos que asegurar que Maduro y sus matones no tengan visas para venir a los EEUU y que Europa haga lo mismo. Quieren seguir viniendo a lugares como Miami y hacer negocios con países democráticos. Si ya no pueden hacerlo, con la reimposición de sanciones, podemos ganar”.
