sábado 14  de  junio 2025
ELECCIONES 2016

Trump, Clinton y la Cuba futura, según Carlos Alberto Montaner

Carlos Alberto Montaner, en una breve entrevista con Diario Las Américas, compartió sus criterios acerca de cómo supone serían las relaciones entre el régimen de su país natal y EEUU si se instalara en la Casa Blanca la candidata Clinton o su oponente Trump
Diario las Américas | LUIS LEONEL LEÓN
Por LUIS LEONEL LEÓN

A sólo unas horas de culminar uno de los procesos electorales quizás más sui géneris de la historia de Estados Unidos y finalmente conocer quién será el nuevo Presidente de este país, el destacado escritor, analista y uno de los periodistas más leídos del mundo hispánico, el cubano Carlos Alberto Montaner, en una breve entrevista con Diario Las Américas compartió sus criterios y pronósticos acerca de cómo supone serían las relaciones entre el régimen de su país natal y EEUU si se instalara en la Casa Blanca la candidata demócrata Hillary Clinton o su oponente republicano Donald Trump.

¿De ganar Hillary Clinton cómo serían las relaciones de EEUU con los Castro?

Sospecho que Hillary tendrá menos ansiedad que Obama por mejorar las relaciones con los Castro. Putin, por ejemplo, la odia.

¿Y si llegara a ganar Donald Trump, cómo serían sus relaciones con la dictadura caribeña?

Probablemente malas. Pero hay pocas posibilidades que eso suceda. Según Nate Silver, el gran estadístico electoral, Hillary Clinton posee un 71% de posibilidades de ganar y Donald Trump apenas el 29%.

Algunos vaticinan que entre el legado de Obama a Clinton, de ganar la presidencia, estaría su empeño en ultimar el embargo a Cuba. ¿Tendría más posibilidades la señora Clinton?

Sí, me parece que hay muchas posibilidades de que algo así suceda, especialmente si los republicanos pierden el control de la Cámara.

¿Y usaría el mismo argumento que Obama: que las anteriores políticas que buscaban aislar a Cuba no funcionan y hay que eliminarlas?

Supongo que se refugiaría en ese argumento. Pero no es verdad. Por ejemplo: si George Bush padre le hubiera dado a Mijaíl Gorbachov los 15 mil millones que le solicitó, tal vez no hubiera colapsado la URSS.

¿Ha funcionado antes esa estrategia del “abrazo” con algún otro régimen totalitario?

No que yo conozca.

¿Y por qué entonces la insistencia en que sí funcionará con Cuba?

En el fondo forma parte del desprecio con que se suele mirar a ciertas naciones del Tercer Mundo. No pueden creer que sus líderes son comunistas convencidos. Siguen viéndolos como pobrecitos tipos que los americanos empujaron por el mal camino.

¿Se ha propuesto verdaderamente EEUU alguna vez eliminar la dictadura cubana?

Esa actitud terminó el 20 de enero de 1964 cuando el flamante presidente Lyndon Johnson firmó un decreto presidencial dando por terminadas las acciones violentas para desalojar el comunismo de Cuba. Johnson temía una reacción de la URSS y pensaba que Castro estaba tras la muerte de Kennedy. A partir de ese punto, ningún otro presidente norteamericano pensó en un cambio del régimen cubano. Se conformaron con una estrategia de contención para evitar que la influencia cubana se propagase excesivamente.

¿Cómo pudiera EEUU eliminar, no el embargo en contra de la dictadura, sino el verdadero problema de Cuba, que es el régimen dictatorial en contra de su pueblo?

En Washington prevalece la idea de que no hay que hacer nada por eliminar al castrismo porque el mundo que le daba vida, que eran la URSS y sus satélites, ya desapareció. Piensan que el castrismo es una especie de verruga que se irá secando sola hasta que desaparezca o se transforme en otra cosa.

¿Cuál debe ser la función del exilio?

Jamás dejar de denunciar, esperar, y ayudar en todo lo que le sea posible a la oposición interna.

¿Y los que viven en Cuba, qué pueden hacer?

El puñado de demócratas que levanta su voz en contra del totalitarismo debe continuar informando y batallando por cambiar las cosas.

Además del miedo, la miseria y la explotación, un arma efectiva del régimen es su fabricación de promesas. ¿Creen de verdad los cubanos en las promesas de la Revolución?

Creo que los ciudadanos (quizás debí decir súbditos) de los regímenes comunistas, no creen en nada de lo que le dicen. Los cubanos llevan 56 años de promesas incumplidas. Y pienso que no creen en ellas, pues creer sería una actitud enfermiza.

¿Cómo divisa el futuro de su isla?

Mal. El líder cívico y religioso cubano Dagoberto Valdés, residente en la isla, acuñó la expresión “daño antropológico”. Y es cierto. Las sociedades felices y prósperas son aquellas en las que las ideas que circulan son correctas y los valores que prevalecen son los adecuados. Nada de eso existe en la Cuba totalitaria. El gobierno propaga estupideces y existe una especie de anomia nacional crónica. Los cubanos saben que el comunismo es una pesadilla, pero no tienen idea de cómo y por qué reemplazarlo. Una situación realmente terrible.

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