El expresidente de EEUU,Donald Trump insinuó que hubiese querido que quien fuera su vicepresidente, Mike Pence, anulara las elecciones presidenciales el 6 de enero de 2021.
El expresidente de EEUU,Donald Trump insinuó que hubiese querido que quien fuera su vicepresidente, Mike Pence, anulara las elecciones presidenciales el 6 de enero de 2021.
"Mike Pence tenía derecho a cambiar el resultado y (los demócratas) quieren ahora quitárselo. Desgraciadamente (Pence) no ejercitó esa competencia. ¡Podría haber anulado las elecciones!", dijo Trump en un comunicado.
Es la primera vez que Trump apoya tan abiertamente la teoría de que Pence, en calidad de vicepresidente y por tanto de presidente del Senado, podría haber anulado los resultados en esos estados que considerara podrían haber cometido fraude electoral a favor de Biden.
"Si el vicepresidente no tenía 'ningún derecho' a cambiar los resultados de las elecciones presidenciales en el Senado, a pesar del fraude y las numerosas irregularidades, ¿por qué los demócratas y los republicanos solo de nombre como Susan Colins 'La Chiflada' están intentando desesperadamente aprobar una ley que no permita al presidente cambiar los resultados de las elecciones?", subrayó Trump.
Trump se refiere a la propuesta de reforma de la Ley de Recuento Electoral, una norma de redacción vaga que sin embargo establece claramente que la labor del vicepresidente es ceremonial y no le otorga competencia alguna para anular el resultado de unas elecciones presidenciales.
La congresista demócrata Zoe Lofgren ha tratado de justificar que la revisión de la norma se debe a que ha quedado obsoleta y a que otros congresistas han intentado aprovecharse de su "ambigüedad" en ciertos temas. "Pero francamente pienso que las funciones del vicepresidente no se van a tocar".
La ley de reforma electoral fue/es otro revés para el gobierno de Biden.
Los senadores Joe Manchin (DW.Va.) y Kyrsten Sinema (D-Ariz.) votaron junto a los republicanos para oponerse a la reforma de las reglas en el Senado de Estados Unidos como parte de una reforma electoral que intentan los demócratas, el presidente Joe Biden y la extrema izquierda socialista.
Esta es otra derrota contundente para la administración Biden, que también ha visto frenado en el senado federal su proyecto de ley "Build Back Better" (Reconstruir Mejor) de 1,87 billones de dólares.
“Durante el último año, mis colegas demócratas se han presentado en el Senado, en programas por internet, han escrito en páginas de periódicos de todo el país y han argumentado que derogar el "obstruccionismo" o "filibusterismo" restaura la visión que los padres fundadores tenían para este organismo legislativo. Mis amigos, eso [simplemente no es cierto. No es cierto]”, dijo Manchin horas antes de la votación a altas horas de la noche.
Por su parte, la senadora demócrata por Arizona, Sinema, reiteró su apoyo a una legislación electoral, pero también mantuvo su oposición a las "acciones separadas que profundizarían nuestras divisiones y correrían el riesgo de reversiones radicales repetidas en la política federal, consolidando la incertidumbre y erosionando aún más la confianza en nuestro gobierno".
“Esta noche... no debería ser el final de nuestros esfuerzos para hacer que el Senado funcione mejor. Los senadores de ambos partidos han ofrecido ideas, incluidas algunas que ganarían mi apoyo, para hacer que este organismo sea más productivo, más deliberativo y más receptivo a las necesidades de los estadounidenses”, agregó Sinema.
Los senadores votaron 52-48 para derrotar el cambio normas llamadas filibusterismo, lo que habría anulado el obstáculo de 60 votos para el proyecto de ley electoral. Para haber tenido éxito, los demócratas necesitaban la unidad total de sus 50 miembros, más el voto de la vicepresidenta Kamala Harris que sería el desempate.
En conversación con DIARIO LAS AMERICAS, el economista y analista político Francisco Rodríguez aseguró que: “A causa de la pandemia, en muchos distritos y estados, se cambiaron las leyes electorales como emergencia, permitiendo una liberalización y eso se traduce en menos requisitos a la hora de comprobar al votante. Ellos (los demócratas) quieren mantener eso de forma permanente en vista de que creen que los beneficia. Las elecciones inicialmente eran en un solo día y se acabó el incidente, pero ahora resulta ser que hay un antes y después e incluso al acabarse las elecciones todavía hay boletas que están entrando, boletas que ellos dicen que tienen derecho a ser contabilizadas que la culpa no es de los votantes, que si el correo se retrasó, que si hubo una tormenta etc. o sea, cualquier excusa para apartarnos de la idea principal de los sufragios. Los republicanos reaccionan ante la debacle de las últimas elecciones y pretenden que una persona deba mostrar identificación valida, haberse inscrito en el padrón electoral con días previos y no el mismo día de los comicios. No montones de buzones por toda la ciudad con gente metiendo numerosas boletas ¿Cómo es posible? Porque los demócratas instauraron los boleteros: personas que van a casas, asilos y demás y recaudan los votos. La batalla es entre lo que la izquierda llama liberalizar y la derecha nombra rigor y control”
FUENTE: EUROPA PRESS/REDACCION