El presidente Donald Trump pidió el miércoles a los 52 senadores republicanos que no se vayan de vacaciones sin antes resolver el problema de la reforma del Obamacare, que quedó congelada el día anterior después de que tres de ellos rehusaron aprobarlo.
Trump enfatizó en el encuentro en la Casa Blanca que está esperando una reforma que incluya la cancelación del Obamacare actual y su sustitución con una alternativa. “No hay otra alternativa, tenemos que cancelar y sustituir el Obamacare”, afirmó. El mandatario dijo: “Podemos cancelarlo. Pero lo mejor es cancelar y sustituir y es lo que vamos hacer”.
En esta reunión, el mandatario parece haber matizado su postura ya que el lunes, cuando el desenlace era inevitable en el momento en que el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, no logró frenar la deserción de tres de sus correligionarios, Trump a través de su cuenta Twitter pidió a los senadores a que simplemente cancelaran el Obamacare y se preocuparan con discutir una alternativa posteriormente a partir de cero. Poco después, fue más lejos: “Dejemos el Obamacare morir”.
“He estado aquí por seis meses. Estoy listo para actuar, con bolígrafo en mano, créanme. Estoy sentado en ese despacho listo para actuar. Debemos estar unidos en esto porque los demócratas son unos obstruccionistas porque saben que estamos muy cerca de lograrlo”, agregó Trump a los senadores.
Los republicanos controlan 52 asientos en el Senado. Pero uno, el senador John McCain, se encuentra convaleciente y con la deserción de otros tres el martes y un cuarto que dijo que no el fin de semana, tienen un voto menos que los 48 senadores demócratas que se aprestan a votar en bloque. Ni el voto de desempate del vicepresidente Mike Pence surtiría efecto en esa oportunidad.
Quizá por ello el mandatario lanzó una advertencia a los presentes. “A partir de hoy todo senador que vote en contra le está diciendo a los estadounidenses de que está a favor del Obamacare”, sostuvo.
“No esa la primera vez que un Presidente hace esto. Lo hemos visto con [Lyndon] Johnson o [Richard] Nixon. Pero en esos casos, los presidentes trabajaron directamente con los hospitales, las aseguradoras o la industria farmacéutica para que presionaran a los senadores. Esta vez, la Casa Blanca no ha hecho eso y se concentra apenas en los senadores. Son estilos pero, ahora, puede ser demasiado tarde”, comentó David Gergen, quien fuera consejero de cuatro presidentes de ambos partidos.
En su opinión, lo senadores “disidentes” no tienen razón para cambiar su postura. “Ellos tienen claro que una cancelación sin sustitución es grave para su electorado. Pero la alternativa, como está diseñada, es peor. Sinceramente, como están las cosas, me parece que es muy difícil que ahora vayan a capitular”, enfatizó el antiguo consejero presidencial a la cadena CNN.
Sin embargo, el líder de la mayoría senatorial, de alguna forma, ha salido optimista del almuerzo con el Presidente. “Vamos a tener una votación la próxima semana. Creo que está claro que vamos a rechazar y votar una alternativa”, dijo Mitch McConnell en breves declaraciones a la salida pero sin entrar en más detalles.
