MIAMI.- REDACCIÓN DLA/EFE/DPA
El Gobierno de Estados Unidos investiga a dos agentes del Servicio Secreto que el pasado 4 de marzo estrellaron un vehículo oficial contra las barreras instaladas delante de la Casa Blanca a altas horas de la noche. El incidente ocurrió después de que ambos estuvieron consumiendo alcohol en una fiesta.
A los pocos días, trascendió a la prensa local que los funcionarios que presenciaron el acontecimiento quisieron arrestarlos y practicarles un examen de alcoholemia; pero su supervisor les pidió que los dejaran ir. La información fue filtrada por un exfuncionario del Gobierno que hasta ahora se mantiene en anonimato.
Interpelación
El nuevo director del Servicio Secreto estadounidense, Joseph Clancy, asistió el martes a una audiencia en el Congreso para dar explicaciones de este episodio de seguridad en la Casa Blanca.
Clancy dijo que no puede despedir a los agentes involucrados en el incidente ocurrido hace dos semanas. "No puedo echar a la gente hoy por la tarde", señaló, visiblemente nervioso, ante un comité de la Cámara de Representantes.
Los miembros del comité cuestionaron duramente al nuevo funcionario, de 68 años, y expresaron su consternación porque Clancy se enteró del hecho cinco días después de que ocurriera a través de un email anónimo, en lugar de por la cadena de mando tradicional.
"Usted tiene el mando sobre una fuerza de seguridad armada. Es una enorme responsabilidad", dijo el presidente del comité, John Carter.
Varios miembros del comité consideraron que Carter no actuó con la suficiente dureza ante el incidente.
Vídeo: así transcurrió la audiencia
Investigación abierta
El funcionario, por su parte, señaló que quiere esperar a una investigación del Departamento de Seguridad Nacional y mientras tanto ordenó que los agentes hagan trabajo de oficina.
Pero, el presidente del comité, ha sido categórico al señalar que "No queremos que nadie resulte herido bajo su conducción, ya sea el presidente, el papa, alguien en la ONU o lo que sea". Carter fue enfático en que la falta de disciplina es un "cáncer".
El jefe de los Servicios Secretos argumentó que primero debe ganarse la confianza de sus empleados. También garantizó que el presidente y su familia están seguros.
Escándalo tras escándalo
Clancy fue designado jefe del Servicio Secreto el mes pasado, después de haber estado al frente de la agencia de manera interina desde octubre. La anterior directora, Julia Pierson, renunció tras una serie de graves fallos de seguridad que ha puesto en juego la reputación del Servicio Secreto, que tiene entre sus misiones la protección del presidente del Gobierno.
Uno de los más sonados fue el protagonizado por doce de sus agentes, que llevaron prostitutas a sus habitaciones de hotel antes de la visita de Barack Obama a Cartagena de Indias (Colombia) para la Cumbre de las Américas de 2012.
El pasado septiembre, un veterano de la guerra de Irak con supuestos problemas mentales logró entrar armado con un cuchillo en la Casa Blanca y acceder al primer piso de la residencia presidencial.
Más recientemente, a finales de enero, un pequeño dron (avión no tripulado) se estrelló en los jardines de la Casa Blanca.
La Casa Blanca indicó en febrero que Obama nominará al actual director interino del Servicio Secreto, Joseph Clancy, para que encabece de forma permanente esa agencia.
Al igual que sucede con los nombramientos de altos funcionarios del Gobierno, Clancy deberá ser confirmado para el cargo por el Senado.
