miércoles 19  de  noviembre 2025
EN LA BARCA DE "EL VIKINGO"

El triunfo de la pelota esclava sobre la libre

La visita de los grandeligas a la isla es una prueba más de que el sistema que instauró Fidel Castro terminó por no servir

Diario las Américas | EDUARDO EL VIKINGO MARTELL
Por EDUARDO EL VIKINGO MARTELL

Hace muchos años, en 1962, al comienzo de la Revolución Cubana, el dictador Fidel Castro abolió de un día para otra el gran béisbol profesional cubano, citando su famosa frase de que la nueva serie nacional representaba el triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava.

Hoy, más de 50 años después, viendo la visita a La Habana de varios peloteros cubanos en estos días, me da la impresión que el resultado es totalmente diferente a lo que expresó en aquel momento el líder cubano.

Ha habido repercusiones a este viaje, empezando por lo destacado de los nombres de estos peloteros cubanos, como Yasiel Puig, José Dariel Abreu, Brayan Peña y Alexei Ramírez, estrellas que brillan en la gran carpa y que con su visita abre un capítulo en las relaciones entre el gobierno cubano y sus antiguos deportistas desertores.

El primer simbolismo que encontré fue que la delegación de Grandes Ligas fue recibida por Antonio Castro, hijo de Fidel y sobrino de Raúl, dualidad de la que no se puede escapar ni solicitando los servicios del médico chino, incluso siendo el mandamás -extraoficial- de la pelota cubana. Este joven Castro es uno que ha salido en escándalos de amores, visitas fuera y Cuba y hasta posible ventas de visa para salir del país. Hasta es vicepresidente de la Federación de Béisbol Internacional, así que sean malpensados, como yo…

Pero como lleva ese apellido matriarcal en la isla revolucionaria, su pasado, malas influencias y posibles malos pasos le son perdonados, me imagino que por el bien común o, tal vez, por el mal que puede hacerle a la Revolución que el hijo-sobrino de las máximas figuras sea castigado o defenestrado.

Pero bueno, no es ese el tema de la visita, aunque sí es muy simbólico que sea este vástago de los Castro quien les dé la bienvenida a los que en su momento fueron considerados traidores, mercenarios y hasta escoria que abandonó su hermoso y noble país, siempre aparentando estar agradecido con sus estrellas deportivas (mientras no se vayan, claro está).

Debo aclarar que no estoy en contra de que ningún cubano regrese de visita a su país, aun esos que no han cumplido el año y un día y esperan con ansias la residencia para volver a su tierra. Esa libertad de movimiento es sagrada y hay que defenderla siempre. Ahí no debe haber discusión, pienso yo. Al final, que los cubanos de a pie, los cuales no sé si se van a encontrar a sus estrellas de antaño, disfruten del triunfo de los exdesertores es una muestra del fracaso del llamado modelo de la pelota libre y, por ende, el triunfo de la pelota esclava.

No sabemos cuál es el objetivo de las autoridades cubanas con este viaje. Hasta me temo que han montado todo como un show para Estados Unidos y posiblemente con el objetivo final de que Grandes Ligas le permitan firmar a los peloteros cubanos directamente desde Cuba, sin tener que salir del país para lograr su sueño.

Si el gobierno cubano quiere ser el agente de los peloteros, de la misma manera que ha mandado a miles de doctores y entrenadores deportivos alrededor del mundo como masa laboral y cobrando la mayor parte de los salarios que deberían percibir esos profesionales pero que nunca lo ven en sus manos.

Esa idea entraría en una contradicción con los reglamentos entre MLB y el sindicato de jugadores que permite un máximo de cinco por ciento a los agentes que representan a los jugadores. Pero siempre hay una salida cuando hay interés económico y se podría pensar en la variante japonesa, donde los equipos de Grandes Ligas ofrecen subastas por sus jugadores, después que han cumplido cierta cantidad de años jugando en el país del Lejano Oriente.

De todas formas, lo que nos queda claro es que aquella emocionada frase de Castro (siempre tan propenso a exageraciones con tintes históricos) ha sufrido un revés irreversible esta semana en La Habana.

Todo esto sin olvidar la naturaleza del régimen. Con ellos, comienza y termina todo.

No lo olvidemos nunca.  

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