Las recientes declaraciones del exfiscal Franklin Nieves, quien llevó adelante las acusaciones en contra del dirigente de la oposición venezolana Leopoldo López, no solo desmontan el viciado juicio, sino que son una nueva demostración de cómo el Gobierno de Nicolás Maduro, y antes el de Hugo Chávez, ha convertido a la justicia en un brazo ejecutor para castigar a la disidencia, sino que es una nueva ventana para observar lo indefenso que está el ciudadano venezolano ante un Gobierno que se ha hecho dueño del Estado.
Según han recogido los periodistas y la prensa independiente venezolana, desde 2003 la Sala Constitucional del máximo tribunal venezolano no dicta una sentencia contraria a los intereses del Gobierno. Por su parte, en la Sala Político Administrativa, de cada 100 demandas que los ciudadanos interponen contra el Estado, 90 las gana éste último. El mensaje es el de la hegemonía del Estado ante la inferioridad del ciudadano, la desesperanza.
La mayoría de los tribunales supremos de América Latina, para no irnos de la región, se han enfrentado alguna vez a las políticas de sus gobiernos. Se trata del equilibrio de poderes, que no solo debe ejercerse sino que debe hacerse de manera visible por el bien de la democracia. En Venezuela se trabajó desde los inicios de la llamada revolución en convertir a la justicia en un apéndice del Ejecutivo.
Pero el caso del exfiscal Nieves no solo es la confirmación de ese hecho, también deja al descubierto una grieta en el muro que ha construido el Gobierno y que se revela justo antes de un proceso electoral al que por primera vez la oposición entra con una ventaja de al menos 20 puntos frente al chavismo, que hoy es minoría. ¿Por qué ahora? ¿Qué lectura ha hecho el exfiscal para tomar tal decisión? ¿Es un hecho aislado el caso de Nieves? En los próximos días se pudieran dar las respuestas, pero lo que queda claro es que el 6 de diciembre hay una oportunidad para el que ciudadano venezolano siga abriendo las grietas que terminarán derribando los muros de la hegemonía chavista.