Su templo, que se encuentra en la localidad de Medley, al sur de Hialeah, en Miami-Dade, es un edificio sencillo con lo indispensable para adorar al Señor y acoger a los necesitados. Una iglesia modesta afincada en una ciudad célebre por sus hermosas y grandes playas, modernos autos descapotables, por ser un imán para las grandes fortunas del mundo; donde se levantan inmensas torres cristal que tocan el cielo.
Si pudiéramos apartar un poco ese bosque de rascacielos, y la madeja de autos de lujos, hallaríamos unas estadísticas que nos pondrán los pelos de punta. La Florida ocupa el 12 lugar entre los estados de mayor inseguridad alimentaria de EEUU. Solamente en el sur del estado, algo más de 710. 000 personas tienen dificultades para alimentarse. Y según la organización Feeding South Florida, uno de cada cinco niños se va a la cama sin comer.
En este entorno ha montado el pastor Rubén su corporación, llamada Centro Comunitario AFE, cuya misión es guiar la vida de las personas sin recursos a un área segura más allá de los linderos de la pobreza.
DIARIO LAS AMÉRICAS entrevistó al pastor Rubén en la sede de su iglesia rodeado de su maravilloso equipo de trabajo.
Rubén Giménez, que así se llama nuestro interlocutor, es un hombre maduro de voz pausada. Me contó que vino a Miami hace 16 años invitado por la iglesia. En su Argentina natal, también era pastor y hacía trabajos comunitarios. Sin embargo, pensó que acá en los EEUU tendría que cambiar de vida, pero “al ver lo que sufre un inmigrante, un anciano y una persona desempleada, mi mente cambió y volví a dedicarme a lo que había hecho toda mi vida”.
Rubén concibe el evangelio como algo integral, “no como mero acto religioso, o dominical, sino como una acción práctica de amor en las necesidades básicas de las personas”, nos confesó.
A la pregunta de qué es AFE, respondió que “significa Amor, Fe, y Esperanza, y nació cuando, otorgando bolsas de alimentos a los necesitados, nos dimos cuenta que nuestra labor era insuficiente, que teníamos que ayudarles a conseguir trabajo y otros asuntos que afectan su vida cotidiana. Así surgió la idea de hacer ferias laborales.” Los fines de semana asisten al centro diferentes empresas a ofrecer empleos. A través de este programa, muchas personas sin recursos han encontrado la forma de ganarse el sustento.
Pero AFE, no solo reparte comida y consigue empleo a los necesitados, también lleva a cabo varios programas para ayudar a los necesitados. Ha creado un grupo formado por asesores, especialistas en diferentes disciplinas, que ponen su experiencia al servicio de los desamparados. “Ayudamos con los trámites de legalización a los inmigrantes, en los casos de asilo político, orientamos a todas las personas que alegan haber sido perseguidas en su país de origen. Ofrecemos cursos de inglés gratis. Al principio ayudábamos solo a quienes querían obtener la ciudadanía, pero ahora hemos ampliado los cursos e impartimos clases para todo el que busque una salida laboral. Como es lógico, existen muchos empleos en Miami donde exigen hablar algo de inglés”, explicó Rubén.
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El éxito de los proyectos de AFE radica en el colectivo de profesionales que ha logrado reunir para llevarlos a cabo.
ALVARO MATA
“En AFE también tenemos asesores en planes de salud a bajo costo y ofrecemos ayuda para obtener viviendas. Resulta que en nuestra comunidad muchas personas desconocen cómo rentar o dónde rentar, a ellos les acompañamos en sus trámites. Utilizamos el mismo procedimiento con quienes desean comprar una vivienda y no tienen conocimiento la existencia de muchas ayudas del Gobierno para adquirir una propiedad. Asistimos a quienes desean comprarse un auto. Muchos emigrantes han sido engañados con los préstamos a la hora de adquirir un carro y nuestros asesores le pueden aconsejar. Comprendemos que un auto no es un objeto de lujo, puede ser decisivo a la obtener un empleo”, detalló el religioso.
Las personas sin techos también reciben ayuda de AFE, a ellos los voluntarios les abastecen de comida y ropa. “Uno de los trabajos más importante que hacemos es ayudar a dos comunidades especialmente golpeadas, la comunidad haitiana y a la afroamericana”. Los fines de semana envían un camión con alimentos a Liberty City que reparten entre los más desfavorecidos.
La sede de AFE la conforma un pequeño edificio, donde está la iglesia, una oficina y un área común y, a dos cuadras, cuentan con un modesto almacén, dentro del cual neveras muy usadas guardan los productos perecederos antes de donarlos. Allí vimos cajas con alimentos, artículos sanitarios y algunos muebles para repartir.
Cuando indagamos sobre el origen de los recursos para desempeñar su labor, Rubén me miró fijo a los ojos y me dijo: “Esa es la parte más débil que tenemos. No hemos hecho suficiente campañas para solicitar provisiones y fondos que nos permitan llegar a más personas necesitadas” expresó en tono de autocrítica. Y amplió, “nos mantenemos con las ayudas que nos ofrece la gente humilde, muchos donan de uno o cinco dólares, lo que pueden. Así vamos reuniendo para sacar adelante todos nuestros programas. De vez en cuando se acerca algún empresario que eventualmente nos ayuda, pero no es algo sistemático. Por ello estamos instrumentando la búsqueda de un grant –dinero de una institución o público- para ver si podemos conseguir fondos de manera estable. Debo confesar que hemos golpeado la puerta de algún político y de gente muy conocida de la ciudad y no hemos recibido ninguna colaboración”, explicó algo consternado.
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Voluntarios ayudan en el reparto de alimentos.
CORTESÍA
“No es menos cierto, que hay instituciones como la compañía Goya que nos envía periódicamente alimentos y el banco de alimentos Feeding South Florida, que es nuestro proveedor principal. Por otra parte, la alcaldía de Medley nos ha convertido en su agencia para llevar alimentos a la comunidad local”.
AFE es un lugar siempre en movimiento de lunes a lunes. “Los domingos por la noche tenemos la reunión semanal, damos las comidas y las ofertas laborales. En estos encuentros son el marco donde se desarrollan los eventos de ayuda. Los miércoles por la noche nos reunimos, y de 6.00pm a 8.00pm tenemos los cursos de inglés y la asistencia legal. Los lunes se reúnen nuestros jóvenes y les guiamos en los principios de Cristo. Todos los días damos ayudas individuales a las personas que nos visitan. Hemos creado un programa llamado “Dios visita tu casa” en el cual le llevamos las donaciones a las personas mayores que tienen necesidades y no pueden valerse”
¿A cuántas personas ayudó AFE en el año 2017?
“En el pasado año repartimos 50.000 bolsas de alimentos. Ayudamos a 24.000 familias. Hemos conseguido trabajo a unas 600 familias y más de 50 encontraron vivienda gracias a la intervención de nuestros asesores”.
Al finalizar quisimos saber cómo visualizaba el 2018 para el centro AFE. No explicó que deseaba hacer más, “nuestra contribución es como un granito de arena en un mar de necesidades. Hay mucho que hacer y por ello me he rodeado de gente especializada para formar este gran equipo humano. Yo soy el presidente de centro, pero en realidad la clave es el equipo, teniendo en cuenta que todos son voluntarios y no cobran por la labor que tan dignamente desempeñan.
Deseo que 2018 sea el año en que se nos ayuden a contribuir más a las personas necesitadas. Este gran movimiento que hemos creado ha sido sin apenas medios. Imagínate lo que podemos hacer con recursos importantes. Todo lo que nos mueve es el amor a Dios y al prójimo. Porque después no hay nada, todo lo demás es pura cáscara”.
“La acción de AFE no es una obra caritativa más, sino algo cristocéntrico, Jesús es nuestra predicación, por ello cuando ofrecemos una bolsa de comida, no somos nosotros los que extendemos la mano, es la obra Dios. Mi anhelo para este año es aumentar nuestro trabajo a fin de sacar más familias de la pobreza.
El Centro Comunitario AFE se encuentra en 8248 NW South River Drive Medley Florida 33166.