Los comisionados de Miami tuvieron en cuenta las quejas de vecinos preocupados por el paso constante de vehículos, que trataban de evadir el semáforo de Coral Way y, a su juicio, ponían en riesgo la integridad física de los residentes.
El Condado se opuso desde un comienzo a esa medida bajo la argumentación de que el control de las calles municipales, por ley estatal, es competencia de Miami-Dade.
La polémica llegó a instancias de un juez de circuito, quien pidió al Gobierno condal respuestas frente al problema, pero a la vez reconoció la autoridad del Condado en cuanto a las vías y se mostró contrario a mantener en pie las barricadas.
El cierre de calles
La barriada de Silver Bluff se encuentra entre las avenidas 27 y 12 del suroeste, y limita con la US-1 al sur y Coral Way al norte. El vecindario abarca poco más de media milla cuadrada y está constituido principalmente por viviendas unifamiliares.
Desde hacía muchos años, las calles internas eran utilizadas por vehículos livianos e incluso camiones para cortar camino, de norte a sur, rumbo a la US-1 o camino al sector de Brickell por la Avenida 3. Esta práctica se hacía más común en las horas pico de la mañana y la tarde.
Las querellas de los residentes llegaron a oídos del comisionado municipal Joe Carollo, quien abanderó una campaña para tratar de darle solución al problema. El legislador fue invitado al área. Vecinos inconformes por la situación le expusieron la situación y días después el tema se abordó en la Comisión de Miami.
La propuesta de cerrar las calles fue aprobada por los legisladores municipales, como una medida provisional hasta que el Condado tomara acciones que permitieran resolver la problemática del sector.
Las barricadas fueron instaladas a la altura de Coral Way y las avenidas 14, 16 Ct. y 16, además de otra en la intersección de la calle 23 y la avenida 17 del suroeste. El acceso a esa franja del barrio se dispuso por cinco entradas cercanas a la US-1.
Oposición
Una decisión judicial anterior obligó al retiro de las barricadas que se colocaron inicialmente, que eran de concreto. El fallo fue recibido con beneplácito por la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava.
“Nos complace que el tribunal haya ordenado a la Ciudad de Miami que elimine de inmediato estas barreras de concreto inseguras que creaban un peligro en la carretera y que las reemplace con barreras alternativas más seguras, y dictaminó que la Ciudad debe buscar la aprobación del Condado para cualquier construcción permanente, estructuras o cambios en las carreteras de la ciudad”, dijo la edil en su momento.
Días más tarde, un equipo del Condado fue enviado al área para quitar las barreras. Agentes de la policía de Miami intervinieron. Las barricadas se quedaron. Informes extraoficiales señalaron que la seguridad policiaca asignada al perímetro durante varios meses le costaba a la Ciudad un promedio de 1.000 dólares diarios.
Otras personas del sector se apartaron del querer del resto de residentes. Algunos expresaron “temores” asociados a los obstáculos que tendrían las patrullas policiales o las ambulancias para ingresar al área.
Decisión judicial
Hace algunas semanas, el juez de circuito Charles Johnson, en una audiencia a través de la plataforma Zoom, instó a Miami-Dade a resolver el problema denunciado por los vecinos de Silver Bluff. Además, rechazó que la Ciudad de Miami mantenga las “barreras temporales”.
Tras la orden del juez se sentó jurisprudencia en cuanto a que es el Condado y no las ciudades situadas en su jurisdicción, quien tiene derecho a tomar acciones específicas relacionadas con las vías.
El magistrado dijo entender el “peligro” que presentan los autos pasando a alta velocidad por un vecindario residencial, por lo que sugirió instalar ‘speed bumps’ o bandas de frenados en las calles del vecindario para controlar la velocidad de los automóviles.
“Mi decisión estricta es que el Condado tiene un control general (…) Pero hay que hacer algo a largo plazo”, sentenció.
Reacciones
El comisionado del distrito 3, Joe Carollo, que tiene jurisdicción sobre ese vecindario, advirtió respecto a los “riesgos” que se corren si esas calles vuelven a abrirse. “Ya el Condado está advertido de eso”, comentó.
De igual forma, el legislador anticipó que las comisiones de Miami-Dade y Miami se reunirán por separado para tratar de encontrar un “punto de entendimiento” y llegar a “conclusiones”.
Afirmó que la “gran mayoría” de residentes del sector está de acuerdo con mantener las vías obstaculizadas. “El estado y el Condado han permitido que miles de carros transiten por un barrio residencial poniendo en riesgo a muchas personas”, alertó.
Se refirió a los “niños del barrio” como los principales afectados si llega a reabrirse el tráfico vehicular. “Ahora vemos a todos esos niños jugando en las calles, sin miedo como lo sentían antes”, apuntilló.
En opinión de Carollo, las calles del barrio se habían convertido en unas “autopistas”, al tiempo que recordó su visita al sector “y lo que vi con mis propios ojos fue algo muy preocupante”. “Ningún sector residencial quisiera vivir eso”, puntualizó.
Por su parte, la vecina del sector Beba Mann, una de las impulsoras del cierre de las calles, comentó que el “juez entendió el problema” y se “apegó a la ley”, pero le “dejó una advertencia al Condado” por algo que “no puede estar pasando”.
“No queremos ver los camiones que antes transitaban por nuestro sector residencial, tumbando árboles y plantas”, subrayó. “Es algo que nadie quería resolver hasta que apareció el comisionado Carollo”.
“Buena decisión”
Llamaremos ‘María’ a una centroamericana que cuida ancianos en el barrio. Desde su punto de vista, “ya es hora de que abran estas calles”. Apuntó que en días lluviosos “me toca caminar hasta la avenida 17 porque ningún Uber quiere entrar hasta donde yo trabajo”.
Por su parte, la empleada de un restaurante situado en Coral Way y la 16 comentó que “mucha gente no puede entrar al barrio y nos quieren dejar sus carros en nuestro estacionamiento, eso no está bien”.
Añadió que la entrega de comidas o bebidas a clientes que hacen sus pedidos por teléfono “es muy complicado” porque “tenemos que darle toda la vuelta al barrio para poder entrar. Esa es una buena decisión”.
[email protected]
@danielcastrope