viernes 13  de  septiembre 2024
POLÉMICA

Cambio de nombre de West Kendall genera controversia

La propuesta del comisionado condal Juan Carlos Zapata dispara las alarmas de la asociación de propietarios de la barriada e incita a los vecinos a pedir el derecho a un referendo 

De un momento a otro, el comisionado de Miami-Dade Juan Carlos Zapata comenzó a llamar "West End" al sector conocido como West Kendall, y un grupo de vecinos de la zona hizo pública la primera reacción “fuerte” en contra de lo que consideran una “campaña” emprendida por el representante del distrito 11.

La Federación de Asociaciones de Propietarios de Casas de Kendall (KFHA), que preside el activista Michael Rosenberg, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS que su organización fue informada por el comisionado Zapata sobre el cambio del nombre de West Kendall por “West End”, y su reacción desde entonces ha sido “completamente en contra”.

Rosenberg sostuvo que “ese es un asunto que debe ser elevado a la gente para que la comunidad decida el cambio o modificación del nombre, pero no puede ser producto de la decisión de una sola persona; la decisión de él (Zapata)”.

KFHA es una organización con más de 30 años de existencia que vela, entre otros aspectos, por el desarrollo de la barriada de Kendall y por el equilibrio entre las zonas comerciales y residenciales, para que las primeras no perturben la paz del sector.

Agregó Rosenberg que por ninguna razón se puede desconocer la opinión de los residentes del área. “Esto se debe someter a concurso y luego a votación porque vivimos en un país donde prima la democracia”, subrayó.

West Kendall es una barriada ubicada en el suroeste de Miami-Dade y está poblada por más de 200.000 habitantes, según los datos del último censo, en 2010, en su mayoría de ascendencia latina y especialmente colombianos, en donde la tranquilidad es uno de sus principales atractivos para vivir.

El malestar de Rosenberg también lo hizo evidente a través de un poema de su autoría titulado My new hometown, the West End, en donde destaca la necesidad de preguntar a los habitantes del vecindario si están de acuerdo o no con la modificación del nombre.

Alcalde condal también se opone

Por otra parte, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, se mostró igualmente contrario a la posibilidad de cambiar el nombre a West Kendall por West End.

Giménez dijo que “yo llevo muchos años viviendo en esta comunidad y siempre he conocido a West Kendall por ese nombre y otro distinto no me cabe en la cabeza”.

El alcalde señaló que no está de acuerdo con el proyecto del comisionado Zapata por la forma como intenta lograrlo. “Aquí se debe consultar a la gente antes de dar un paso como el que él está pretendiendo”, afirmó.

Luego acotó: “A mi particularmente ese nombre de ‘West End’ no me gusta porque todos en Miami siempre hemos conocido esa área como West Kendall”.

El silencio de Zapata

Por su parte, DIARIO LASAMÉRICAS trató de contactar al comisionado Zapata por teléfono, correo electrónico y Twitter varias veces, para obtener su posición sobre la controvertida propuesta, pero no obtuvo respuesta.

No obstante, cada comunicado de prensa que se emite desde la oficina del comisionado muestra el nombre sugerido de West End, cuando la información guarda relación con West Kendall. Lo mismo sucede en las cuentas del comisionado en las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram en donde sobresale la etiqueta #WestEnd.

Entre tanto, Zapata, de origen colombiano, dio un primer paso logrando que la comisión del Condado, por mayoría absoluta, aprobara el pasado mes de octubre el cambio del nombre de la biblioteca, ubicada en el área de Hammocks, pasando a llamarse West End Regional Library.

“No es un juego”

En las afueras de Kendale Lakes Branch Library, otra de las bibliotecas del área, los muchachos del vecindario se reúnen con frecuencia a jugar baloncesto en el parque contiguo y, de acuerdo con sus propias apreciaciones, poco les interesa la política y los asuntos sociales de su comunidad.

Sin embargo, al conocer de la campaña que propende por el cambio del nombre de West Kendall, los jóvenes de pantalones cortos, camisillas e incipientes bigotes asumieron posiciones de adulto. “What?”, preguntó Maikel, hijo de padres colombianos. Y agregó visiblemente molesto: “Eso es una falta de respeto con todos aquí”.

Rafael Jr. Lugo, venezolano, afirmó que “a mí papá yo nunca le he escuchado decir nada de eso y hay que ver que él siempre está pegando al televisor viendo las noticias. Yo creo que deben decir si eso es verdad o es mentira para saber cuál es el verdadero nombre de West Kendall”.

El más penoso del grupo, según sus compañeros, es Manuel, a quien llaman Manolito por su baja estatura. “¿Eso es verdad o es una broma?”, preguntó al entrevistador y luego de leer sobre la iniciativa en su teléfono inteligente, se aventuró a decir: “Vea, señor, eso no está bien porque deben preguntarnos a todos si queremos eso. Es como si a mi hermana llegara un vecino a cambiarle el nombre”.

Entre los espectadores, un hombre sexagenario de gorra y sombrilla en mano, pidió permiso para intervenir. “Eso no es un juego. El nombre de un vecindario no puede cambiarse de la noche a la mañana por el capricho de nadie”, puntualizó mientras abría el paraguas para protegerse de la pertinaz lluvia.

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