MIAMI.-BELÉN GONZÁLEZ
@mbelengg
El cierre del decimonoveno Encuentro Eclesial Cuba 2016 abre las puertas a un mayor acercamiento entre los fieles
MIAMI.-BELÉN GONZÁLEZ
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Una misa celebrada en el Santuario Nacional Ermita de la Caridad fue el cierre del Encuentro Eclesial Cuba de 2016, un evento anual que reúne a representantes de la Iglesia de Cuba y a los cubanos en la diáspora para construir la unidad a la luz de la fe católica.
Bajo el lema “La Reconciliación de Cuba y su Diáspora en Luz del Año de La Misericordia” la decimonovena edición de este encuentro fue calificada como un rotundo éxito por el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski; el Obispo de la Diócesis de Santa Clara, en Cuba, Arturo González; y el Padre José Álvarez, Pastor de la Iglesia Nuestra Señora de los Lagos, que sirvió como entidad anfitriona en esta oportunidad.
En esta actividad en la que participaron clérigos y laicos de la isla, así como de diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Miami, el objetivo era promover la unificación de los cubanos católicos más allá de las fronteras, como bien explicó el padre José Álvarez.
Para el párroco de la Iglesia Nuestra Señora de los Lagos, ubicada en Miami Lakes, este momento para reflexionar, discutir y establecer puentes entre los distintos movimientos laicos y de jóvenes, es lo que ha permitido fortalecer la iglesia, por lo que considera este Encuentro Eclesial Cuba de 2016 todo “un éxito”.
Unificación, la clave
Por su parte, el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, señaló que en la fe la unificación produce fruto, y que eventos como este consolidan los lazos de la iglesia con una comunidad por demás importante. Mientras que el Obispo de la Diócesis de Santa Clara, en Cuba, Arturo González, al agradecer el apoyo de la Arquidiócesis de Miami, fue enfatizo al afirmar que ese respaldo se ha hecho presente siempre, tanto en los tiempos buenos, como en “los más complicados”.
El obispo cubano agradeció la acogida excepcional que la comitiva de la isla integrada por 12 personas, entre ellos tres sacerdotes y su persona, recibieron durante su participación en este encuentro, y que confirma cómo la relación entre ambas partes ha dado fruto.
En rueda de prensa, el Obispo de Santa Clara explicó que esta serie de encuentro de trabajo y conciliación, se iniciaron na finales de la década de los noventa, con una serie de discretas reuniones entre sacerdotes que se realizaban en República Dominicana, y que poco a poco han ido creciendo con la incorporación de religiosas, laicos comprometidos y feligreses comprometidos con la unificación del pueblo cubano.
Los tres líderes religiosos coindicen en que el fortalecimiento de la fe y la unificación entre los cubanos de la isla y los que están fuera de ella, se hacen evidente en acciones como el respaldo que la iglesia recibe material y espiritualmente, así como en las peregrinaciones de esos hijos de Cuba que forman parte de la diáspora que regresan para ver con sus propios ojos el resultado de la acción pastoral.
“Es maravillo descubrir que la Virgen de la Caridad del Cobre es capaz de unirnos como seres humanos más allá de creencias e ideologías, eso es otra muestra de que los cubanos somos capaces de unirnos en el marco de la fe”, afirmó el Obispo Arturo González .
Acercamiento consolidado
Este evento que se realizó aquí en Miami entre el 17 y el 25 de junio, se concentró en 18 reuniones, en las que se discutió como tema central la necesidad de unificar al pueblo católico cubano, una tarea que se hace más sencilla tras el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, como explicó el Obispo de Santa Clara, Arturo González, quien se tomó un instante para aclarar, sin embargo, que el acercamiento de la iglesia se inició muchísimo antes.
Al ser consultado sobre la posición de la iglesia al trato que recibe la oposición cubana en la isla, fie enfático al señalar que la iglesia tiene como deber acompañar, velar y defender los derechos de las personas, “de todas las personas, porque no hay que olvidar que somos la iglesia de todos y que debemos actuar en beneficio del pueblo y tener una palabra de apoyo y aliento para cada uno”.
Insistió en la necesidad de eliminar las divisiones entre los cubanos, de llevar un mensaje de diálogo y reconciliación, enfatizando la necesidad de buscar un entendimiento, “pidiendo a Dios que nos permita ver lo positivo, lo bueno en el acto de los otros”. Y cerró su declaración anunciando que Cuba podría ser la sede del vigésimo Encuentro Eclesial.
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