martes 17  de  septiembre 2024
MIAMI

COVID-19: Cadena Publix bajo demanda por muerte de empleado

Gerardo Gutiérrez falleció tras contraer COVID-19, su familia alega que le prohibieron usar mascarilla, sin embargo se desconoce dónde contrajo el virus
Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

MIAMI.- Hace 10 meses, cuando la pandemia del COVID comenzaba a azotar el sur de Florida, Gerardo Gutiérrez, de 70 años, vivía en Miami Beach y trabajaba en un supermercado Publix de la ciudad balneario, cuando esta se aprestaba a vivir otra de sus grandes fiestas de primavera.

Entonces el ayuntamiento convocó el estado de emergencia, al igual que Miami, pero, según denotan reportajes de prensa de aquel momento, Publix no permitía a los empleados usar mascarillas ni guantes porque darían “una imagen negativa”, así lo expuso un empleado en esos días.

Publix optó por la plancha plástica de acrílico, para proteger a los empleados, y más tarde permitió, incluso proveyó, mascarillas y guantes.

De cualquier manera, Gutiérrez falleció a finales de abril, y aunque no está comprobado dónde adquirió el virus, su hija Ariane, según declaró a la agencia de noticias AFP, una compañera de trabajo, muy próxima al padre, le informó que el hombre tosía.

"Ya todos estábamos en pánico", recuerda la hija, la demandante en una causa civil contra Publix por homicidio culposo.

"El resultado fue que mi padre falleció", señaló. "Había ido a trabajar todos los días sin ningún tipo de mascarilla ni guantes, y no le permitían usarlos".

Gutiérrez, que ya estaba enfermo, fue hospitalizado el 10 de abril y, el 28, sus amigos y familiares lo despidieron por Zoom. Murió ese día.

"Le encantaba nadar. Era muy activo, muy vital. Podía haber vivido muchos años más", dice Ariane, mostrando fotografías del padre, de origen cubano.

Hace dos semanas, un juez rechazó una petición de la cadena de supermercados de tratar la denuncia como un reclamo de compensación laboral y no como una demanda. La empresa no respondió la solicitud de comentarios de AFP.

Por otra parte, DIARIO LAS AMÉRICAS contactó a la empresa, y en el momento de la publicación de este reportaje no había recibido respuesta.

"Seguimos pagando"

A principios de marzo, Miami Beach vivía la época en que estudiantes de todo el país se toman vacaciones de primavera y celebran su juventud en las playas de Florida, como si no hubiera un mañana.

Mucho se habló entonces del inoportuno ambiente de fiesta de esta isla que está situada frente a Miami, cuando buena parte del país adoptaba normas de distanciamiento físico, un término desconocido hasta entonces.

"La gente demoró en prestar atención", recuerda Ariane Gutiérrez. "Y todavía no hemos superado esto".

Ese mes los negocios cerraron, los anaqueles se vaciaron y la escasez de mascarillas se volvió peligrosa. Por eso, las autoridades sanitarias al principio no recomendaban su uso al público general, para garantizar que el personal médico tuviera suficientes existencias.

"Ese mensaje al inicio de la pandemia fue un gran error estratégico de salud pública", dice a la AFP Purnima Madhivanan, epidemióloga de la Universidad de Arizona.

Además, de una forma desconcertante para trabajadores de la salud y científicos, el tapabocas se convirtió en una declaración política porque muchos funcionarios públicos se negaron a llevarlo.

"Esos mensajes mixtos confunden a la gente", dice la epidemióloga. "Y seguimos pagando por ello. Las mascarillas son fundamentales".

Vivir con COVID

Una de las lecciones que arrojan estos episodios, según la experta, es que, "por mucho que queramos decir que la ciencia prevalece, la ciencia es tan buena como los mensajeros que la comunican".

Un estudio de enero de la Universidad del Sur de California halló que una gran mayoría (entre 80 y 90%) de los estadounidenses cree que usar mascarillas es una forma eficaz de protegerse contra el COVID-19, pero sólo la mitad de ellos las utilizan consistentemente.

Esto muestra que "el conocimiento no necesariamente se convierte en comportamiento", lamenta Madhivanan.

Inicialmente se creía que el clima cálido mataba el virus, que había que desinfectar las bolsas de la compra, que la raza era un factor --resulta ser que la desigualdad era el factor-- y muchos, como Gutiérrez, padecieron el daño de la desinformación.

Algunas cosas han cambiado (¿quién sigue desinfectando las latas de tomate?), pero otras, como el uso del tapabocas, deberían ser tan "normalizadas" en Occidente como lo son en los países asiáticos, advierte la epidemióloga.

"Vamos a tener que vivir con el COVID", dice. "No habrá nunca un momento en que podamos decir que el COVID habrá desaparecido. Solo tenemos que aprender a gestionarlo, como la gripe".

FUENTE: Con información de AFP

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