“Preocupado por la seguridad de Suárez, hablé con el jefe de la Policía, pero me dijo que no podía hablar de investigaciones presentes o futuras. De todas maneras, no es común ni usual, ni tengo memoria de que un alcalde de la ciudad haya hecho lo mismo”.
“Aquí no somos tan pretenciosos”, exclamó una funcionaria de Coral Gables, quien prefirió mantener el anonimato, al referirse a que en ese municipio cuando su alcalde sale en misión oficial al exterior, no va con guardias de seguridad.
René Pedrosa, director de Comunicaciones de Suárez, explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS que el alcalde “se guía por reglamentos y protocolos y toma muy en serio la seguridad. Nosotros le hicimos caso a Jorge Colina [el jefe de la Policía de la ciudad de Miami]; llevar a los dos oficiales fue una decisión independiente de la oficina del alcalde”.
Sin embargo, en un e-mail enviado a DIARIO LAS AMÉRICAS, una de las portavoces del Departamento de Policía de la Ciudad de Miami, Kenia Fallat, aclaró que “si el alcalde viaja, es bajo su discreción si requiere que viaje con él un guardia seguridad”.
Pedrosa indicó, además, que se deben tener en cuenta los riesgos que existen y citó, para demostrarlo, las letales puñaladas que recibió el alcalde de Gdansk, en Polonia y el atentado con carro bomba en Colombia, contra una escuela de cadetes de la policía, ocurrido el jueves 17 de enero.
“Francis Suárez es el acalde de una de las ciudades más reconocidas a nivel mundial”, añadió el vocero del edil municipal.
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Alcalde de la ciudad de Miami, Francis Suárez
ALVARO MATA
Las razones del viaje de Suárez a España fueron firmar acuerdos amistosos, económicos, culturales y deportivos. “Hay una conexión muy fuerte entre España y Miami. Aquí hay 300 empresas españolas, el 60% de ellas están en la ciudad”, informó Pedrosa.
Tomás Regalado, el antecesor de Suárez, durante sus ocho años en la alcaldía viajó 32 veces fuera de Estados Unidos, y asegura que en ninguno de esos viajes llevó a un oficial de seguridad, según recordó en conversación con DLA.
“En 2009, cuando llegué a la alcaldía, había dos oficiales, pero yo decidí quedarme con uno”, puntualizó Regalado. Señalo, además, de que “la decisión de utilizar a los oficiales es del alcalde y ellos obedecen al jefe de la Policía. No entiendo para qué llevarlos en los viajes al exterior, no son necesarios”, enfatizó.
El exalcalde añadió que las condiciones de la ciudad de Miami no justifican tener un esquema de seguridad. “Si fuera así, el seargent-at-arms tendría que estar vigilando también la casa de Francis”.
“Yo sólo utilicé al oficial durante las horas de oficina, y en los fines de semana tenía que ser un caso extraordinario para que llamara a un policía”, precisó Regalado.
De hecho, y como lo citó Pedrosa, Miami tiene los índices de seguridad más altos, alcanzados en los últimos 50 años.
Entrenamiento
Los seargent-at-arms son oficiales de la policía, entrenados para cuidar tanto a los alcaldes como a los comisionados. Y, en algunos municipios, están presentes en las audiencias públicas de las comisiones.
Al respecto, cada alcaldía tiene sus propias reglas. “En Hialeah no existe esa figura”, afirmó su edil, Carlos Hernández. “Aquí no hemos visto la necesidad, y no pienso tener un oficial asignado a mi oficina. Pero debo aclarar que es decisión de cada ciudad y sus residentes si quieren esos oficiales”, complementó.
Tampoco en un municipio como Miami Beach el alcalde tiene escolta o guardia designado para su seguridad. Lo mismo sucede en Doral. Pero en todos esos municipios sí hay presencia policial en actos especiales o durante las sesiones de sus comisiones o concejos.
En la ciudad de Miami, en razón de una ordenanza, hay cinco seargent-at-arms. Su salario empieza en $110.000. Un agente regular gana entre $50.000 y $60.000. Ese dinero sale del fondo general de la ciudad y es un presupuesto aprobado por la comisión del municipio.
Por lo tanto, los dos oficiales que viajaron con Suárez cumplieron con su deber y no recibieron horas extras, porque son empleados de nómina. No sabemos aún cuánto gastó la ciudad en alojamiento, alimentación y transporte durante el viaje.
DLA pidió a los abogados del municipio esa información, a través de una petición de documentos públicos, pero aún no la ha recibido.
Riesgo de seguridad
El condado Miami-Dade es el más grande de Florida, y el séptimo con mayor población en Estados Unidos. El presupuesto para el año fiscal 2018-2019 es de cerca de 8.000 millones de dólares.
Tiene 13 comisionados, un alcalde fuerte, tres vicealcaldes, y a pesar de estas cifras, sólo cuenta con cuatro seargent-at-arms. Ninguno de ellos está asignado de manera especial al alcalde Carlos Giménez, aunque a veces utiliza a uno de ellos – en especial a Paul Hernández- para reuniones especiales, o viajes como el que hizo en 2015 a Paris – días después de un sangriento ataque terroristas del Estado Islámico en esa ciudad- o en el viaje de 2018 a China.
“Con todo lo que había pasado en Francia, el Departamento de Policía del condado le aconsejó llevar escolta”, indicó Mike Hernández, exdirector de comunicaciones del Condado Miami-Dade.
Pero cuando fue a Israel, viajó sin ningún oficial de seguridad.
“Giménez nunca ha querido tener una escolta”, puntualizó Hernández, exdirector de comunicaciones del Condado. Además, el edil condal maneja su propia camioneta y no tiene chofer asignado.
En 2018, en sus viajes a España y a Ginebra, Suiza, no utilizó a un seargent-at-arms.
Estos oficiales, al igual que en los municipios donde existen, son oficiales de la Policía del Condado Miami-Dade en permanente coordinación con el FBI.
Pero esos guardias de seguridad condales están bajo la administración de la comisión, no de la alcaldía.
Entre los meses de agosto y noviembre de 2018, hubo información de la policía en la que se alertaba que había un riesgo de seguridad en el Government Center del downtown. Desde ese entonces también vigilan ese edificio, agentes de la policía que llevan chalecos antibalas y armas largas.