lunes 16  de  junio 2025
FLORIDA

De mujer marginal y maltratada a protectora de menos afortunados

Madre de ocho hijos, cinco veces apuñalada y ministra evangélica, Wanda dedica su vida al servicio de los necesitados y ayuda a miles de familias a tener un plato de comida en tiempos de COVID-19
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI.- Wanda Gómez tuvo su primer hijo a los 13 años y no paró de tener hasta el octavo parto. Con 43 años, esta mujer, ya abuela, superviviente de cinco puñaladas que el padre de uno de sus hijos le proporcionó, cuenta cómo transformó su vida disipada, de interminables noches de bailes y mucho alcohol, para ser protectora de los menesterosos en la ciudad de Hialeah.

Encontramos a Wanda repartiendo comida junto a varios voluntarios en el parqueo de la iglesia Rescate, es ese municipio floridano, como cada lunes desde que comenzó la pandemia en marzo.

Por allí pasan cientos de familias en automóviles con sus maleteros abiertos, donde las provisiones son depositadas para evitar el contacto directo con las personas, contrarrestar el contagio y facilitar el flujo de vehículos.

Esta mujer increíble, que es ministra evangélica, accedió a conversar con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre cómo una persona, con una biografía tan preñada de calamidades, se convierte en una institución reconocida que brinda todo tipo de auxilios a los más desfavorecidos.

“Quien me ve ahora no puede imaginar cómo era antes”, expresó esta latina nacida en Connecticut, de padres portorriqueños.

“En mi juventud, viví la vida loca. Soy madre de ocho hijos. Soy sobreviviente de violencia doméstica. El papá de uno de mis hijos me apuñaló cinco veces. Casi me muero”, sostuvo esta joven abuela, como quien muestra las credenciales que le califican para llevar a cabo la tarea que se ha convertido en el objetivo de su vida: ayudar.

“Enfermé gravemente”, continuó contando, “tuve grandes problemas de hemoglobina, en 13 días recibí tres transfusiones de sangre. Creía que me moría, pero me aferré al Señor. Me salvé y desde ese momento empecé a buscar a Dios. Mi vida se transformó totalmente”, subrayó.

Objetivo de su vida

En 2016, cuando se ordenó ministra evangélica, Gómez llevaba tres años trabajando con los desamparados “asistiendo a la gente de la calle”, sostuvo.

Así fundó la asociación Ayudando a Nuestra Comunidad, que además de distribuir alimentos, auxilia a drogodependientes, alcohólicos, personas adictas al juego de azar y los ayuda a conseguir empleo.

También echa una mano a inmigrantes sin papeles y socorre a las víctimas de violencia doméstica, en un estado que reportó 105.298 hechos de este tipo de agresividad en 2019.

“Les ayudo a buscar albergues seguros. Ellas confían en mí porque yo estuve allí y comprendo sus miedos. Pero hay que denunciar y comenzar de nuevo”, explicó.

Este trabajo no lo hace solo Wanda. Arropada por más de 50 voluntarios y dos secretarias, esta mujer aguerrida se apoya en sus relaciones con diferentes organizaciones e instituciones. “Por ejemplo, la iglesia Rescate nos ha permitido utilizar sus instalaciones para distribuir estos alimentos”, explicó.

Además del servicio a los necesitados, Gómez trabaja para una organización sin ánimo de lucro que registra personas para votar. Por su labor percibe un buen salario. Aunque, reconoció que una buena parte de sus ingresos lo destina a su ministerio.

“Mi salario lo paga todo, el alquiler del local, la basura, los fumigadores. Para poder distribuir alimentos Feeding South Florida, que provee los productos que distribuimos, exige cumplir con ciertos requisitos. Debemos tener un local estable, realizar un manejo adecuado de los desperdicios, fumigar y entrenar a los voluntarios que participan en la ayuda”, argumentó.

Según Gómez, su gestión no recibe fondos de ninguna organización o institución, aunque lo desea, nunca ha optado por una subvención, lo que, si lo obtuviera, “le permitiría llegar a más personas y ubicarse en un sitio propio”.

Cada semana

Wanda exprime al máximo su tiempo. Los domingos participa en un programa de radio en la emisora Almavisión, 87.7 FM, en el que ayuda a encontrar empleo y difunde los servicios que presta, no solo su ministerio, sino también la municipalidad de Hialeah y otras organizaciones.

“Llevamos muchos años de trabajo. Pero nunca habíamos servido en un período tan crítico como una pandemia. Desde marzo se incrementó drásticamente el número de familias que alimentamos. Cada semana repartimos cuatro camiones de 53 pies. Cada uno trae más de 1.500 cajas con productos”, señaló.

Comenzó el año 2021 y las necesidades no han disminuido. “La gente sigue viniendo a solicitar asistencia. Sin embargo, hoy solo recibimos un camión con ocho palés. Muy poco, si los comparamos con los 120 pallets que nos llegaban hasta hace unas semanas”, alertó.

Necesitados

El paso de vehículos es constante. Lo mismo se ve un modelo de automóvil discreto que un suntuoso Mercedes Benz. Y quisimos indagar de dónde procede tanta gente.

“Vienen de todas partes. Ese es el propósito de nuestro ministerio. No importa si viene de Broward o de Homestead. No importa si es blanco o negro, hispano o estadounidense. Tampoco tiene importancia el modelo de carro que traigan. Todos estamos en el mismo barco en esta pandemia. Y si una persona se pasa toda la madrugada en una cola para recibir una bolsa de alimentos y viene en un Mercedes, es porque está necesitada”.

A la pregunta, de cuál es su deseo para el año que recién comienza Gómez contestó: “Nosotros no podemos seguir en este lugar. Necesitamos un local que alguien no esté usando y nos permita utilizar. No importa si tenemos que pagar alquiler. Siempre que no sea alta, ya que todo sale de mi salario. Solo pido tener un lugar estable. Cada vez que nos cambiamos de sitio, nos vemos obligados reestructurar toda la gestión. Las comunidades son distintas y la logística es diferente. No importa dónde esté ese sitio nuevo, lo fundamental es seguir sirviendo”.

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@menendezpryce

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