sábado 28  de  septiembre 2024
EMPRENDIMIENTO

El amor por las mascotas, convertido en el sueño americano

Una madre venezolana consiguió en el mundo de las peluquerías caninas un nuevo oficio que transformó en su manera de vivir
Por ELKIS BEJARANO DELGADO

DORAL.- El amor por los animales, la necesidad de conseguir un oficio para sobrevivir y el tener que salir adelante con sus tres hijos llevaron a Ingrid Zabeta a apartar el ejercicio de la psicología para buscar una alternativa laboral. Desde siempre ha amado a los animales, y especialmente a los perros, y cuando se vió sin trabajo en medio de la pandemia consiguió una oportunidad que no iba a desaprovechar. Y como obra de Dios, una mujer llamada Milagros le enseñó el arte de atender y consentir a las mascotas, y así se inició en el mundo de la peluquería canina.

“Cuando llegué a este país, como cualquier inmigrante, hice de todo. Limpie casas, oficina, cociné, trabajé en todos los empleos temporales que me ofrecían. Nunca dije que no. Hasta que Dios me puso en el camino a Milagros, quien me enseñó sin ningún interés a trabajar a los perritos, a consentirlos y a atenderlos como ellos se merecen”.

Zabeta comenzó a trabajar en una empresa de Pet Grumming, donde perfeccionó las técnicas aprendidas y se percató que lograba una conexión particular con las mascotas que atendía.

“Es un proceso que va del miedo al amor. Cuando uno va a atender a una mascota casi siempre tiene miedo. No me conocen, y están en un ambiente que es nuevo para ellas. O por lo menos no es habitual. Por eso muchas veces se ponen agresivas, entonces uno también está nervioso, da miedo que te muerdan y allí es cuando aplico mi proceso del miedo al amor dándoles cariño. Esperando que se tranquilicen porque no hace falta ni siquiera usar bozal para bañarlos”.

Y así lo logra. A cada mascota la acaricia, le habla con tono dulce, le sonríe y una vez que la mascota logra estar relajada, comienza su trabajo aseando a los perritos, limpiando con cuidado sus orejas, su hocico, sus uñas. Todo un tratamiento de belleza que culmina con collar de cinta que regala a cada uno en señal de agradecimiento.

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Emprendimiento peludo

Después de estar varios meses contratada por una empresa que ofrece el servicio, Zabeta se dio cuenta que podía establecer su propia empresa, y aunque no tenía el dinero necesario para comprar la camioneta y acondicionarla comenzó a soñar en esa posibilidad como si fuese una realidad cercana.

Comentando su sueño entre amigos, uno de ellos, Elvin Jiménez quien reside en Venezuela le dijo la apoyaría con unos ahorros en dólares que quería invertir en un negocio y con ese apoyo y con los préstamos bancarios que logró conseguir adquirió el vehículo y posteriormente logró hacerle la remodelación para tener lo necesario para prestar el servicio. Así nació Go Can Pet Grooming.

“Conseguí un señor maravilloso que me hizo un buen precio para acondicionarla. Y lo mejor es que me permitió pagarlo por partes. Porque realmente es muy costoso. Y así lo hice. Aunque todavía falta acondicionarla, lo más importante son los implementos para atender a las mascotas que tengo. Falta la decoración pero eso después lo hago. “

Ingrid Zabeta está empezando, y aunque asegura tiene muchas deudas que pagar está convencida que sí lo va a lograr porque éste ha sido su sueño y a estas alturas, después de lograr todo lo alcanzado nadie se los va a quitar, como ella misma recalca.

Enseñando el oficio

Así como Ingrid recibió una gran ayuda por alguien que le enseñó, ella comenzó a hacer lo mismo con aquellas personas interesadas y que demuestren que tienen un amor especial por las mascotas. “Este es un oficio que debe gustarte. Deben amar a los animales, entenderte con ellos, saber cómo reaccionan para poder bañarlos, cortarles las uñas y poder atenderlos. Entonces si hay alguien que quiere aprender yo con gusto le enseño. Quién quita que pueda montar una escuela de peluquería de mascota”.

Ingrid sigue soñando. Su mente vuela y asegura que este emprendimiento será el negocio de ella y de sus hijos, a quienes agradeció su apoyo incondicional. “Quiero crecer. Quiero ofrecer el servicio de cuidar perros en casa, como si fuese un hotel. De tener otras camionetas con personas que yo haya enseñado. Tener una peluquería en un local también. Sé que si propongo todo se hará realidad. Estoy agradecida con este país que me ha abierto las puertas a mí y a mi familia, y la mejor manera de devolverlo es trabajando y construyendo un futuro".

Con todo el esfuerzo que Ingrid Zabeta le ha colocado a su emprendiemiento, en medio de la pandemia, ha demostrado que forma parte del grupo de los héroes de esta batalla.

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