MIAMI.-ILIANA LAVASTIDA
Durante la visita realizada por el presidente Barack Omaba al Santuario de la Ermita de la Caridad, el padre Juan Rumín le recordó que en ese sitio se rezaba todos los días por la “real libertad del pueblo cubano”
MIAMI.-ILIANA LAVASTIDA
@IlianaLavastida
Para el padre Juan Rumín, rector de la Ermita de la Caridad en Miami, la visita del presidente Barack Obama al santuario el pasado 28 de mayo constituye un hecho histórico.
Nunca antes un Presidente de EEUU había tenido ese gesto. “Él es la máxima autoridad del país que le ha abierto las puertas a miles y miles de cubanos para que encuentren la libertad. Es algo de lo cual debemos estar agradecidos”, declaró el sacerdote en entrevista exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Rumín, exiliado hace apenas 10 años, padeció la represión del régimen y ejerció el sacerdocio en un país donde por más de medio siglo la prédica del evangelio significó un desafío frente al oficialismo marxista.
Por eso su papel de líder espiritual en el templo donde personas de todas partes van en busca de la fe, representa para él un privilegio y una oportunidad de brindar el espacio común donde ni la postura política ni la posición social marcan diferencias entre unos y otros.
Tras la visita de Obama a la Ermita hubo opiniones encontradas. Algunos agradecieron la deferencia y la consideraron una cortesía hacia los católicos cubanos. Otros, tildaron de oportunista la presencia del Presidente en el templo y la calificaron como un ardid político en el contexto del diálogo que iniciaron Washington y La Habana el pasado diciembre.
El suceso ocupó titulares en los más importantes medios del mundo y el padre Rumín fue uno de sus protagonistas.
_¿Cuál fue su reacción cuando supo que el Presidente quería visitar el santuario?
Cuando anunciaron la visita había peregrinos llegando y personas rezando en la Capilla del Santísimo. Todo el que estaba cooperó. Lo esperé en la puerta, le dije que era un honor recibirlo, lo conduje por el pasillo principal hacia el altar y él se interesó por saber la historia del mural [que cubre la pared donde está colocada la imagen de la Virgen]. Quiso saber quién era el pintor y le dije que Teo Carrasco. Me preguntó el año en que se construyó la Ermita. Le expliqué que un 8 de septiembre de 1961 por primera vez se reunieron 30.000 cubanos en el exilio y en ese momento hizo su entrada por primera vez la Virgen que veneramos en la Ermita.
El Presidente me preguntó si era la original y le expliqué que la original estaba en el Cobre en Santiago de Cuba. En el mural reconoció a José Martí y cuando llegamos a la parte donde se ve a una familia llegando en un bote, le expliqué que la imagen representa a los miles de cubanos que han muerto en el mar en busca de libertad. Por eso aquí seguimos rezando todos los días, le recalqué, para que ese sacrificio no se pierda.
También le comenté sobre el significado tan grande que tiene la Ermita para nuestro pueblo, de cómo los cubanos acabados de llegar a EEUU, antes de ir a sus propias casas, los familiares los traen al santuario.
_El Vaticano reconoció que medió en el acercamiento entre EEUU y Cuba. ¿Hay alguna relación entre la visita del Presidente a este templo católico y el proceso que está teniendo lugar entre los dos países?
Por supuesto. Esta visita forma parte del momento político que se está viviendo. De hecho, el comunicado de la Casa Blanca fue muy claro. Dice que el Presidente viene a visitar el santuario de los cubanos para mostrar su respeto y honrar los esfuerzos del exilio cubano por la causa de la libertad, que está representado de manera especial en la Ermita.
Este es un lugar que no está identificado con un color político determinado, tampoco con una posición social. Aquí vienen los humildes y los que tienen más recursos, demócratas, republicanos e independientes y todos se sienten acogidos porque es la casa de Dios primero que nada. Es un santuario mariano y la Virgen de la Caridad nos acoge a todos sin distinción bajo su manto. Por eso creo que fue muy acertado escoger este lugar, porque hay muchos lugares representativos en la ciudad, pero éste nos representa a todos. Lógicamente, es una visita que se enmarca en un momento político pero lo interesante es haberla podido aprovechar para poner en conocimiento del Presidente de los EEUU el sentir de una buena parte de nuestra comunidad en relación con estas negociaciones y el papel que juegan los EEUU.
_Además de su condición de líder espiritual y religioso, desde su posición de exiliado cubano que creció y padeció las arbitrariedades del régimen cubano, ¿qué expectativas tiene de este proceso de acercamiento entre EEUU y Cuba?
Mi posición se la expresé al Presidente cuando le dije que los derechos eran inherentes a todos los seres humanos y por lo tanto no deben ser dosificados. El Presidente me explicó que la apertura económica en la que está trabajando EEUU en Cuba va a provocar otros cambios. Tampoco se deben obtener unos primeros y otros después. Mi punto de vista es que los cubanos de la isla tienen derecho el mismo derecho a disfrutar de lo mismo que tenemos nosotros aquí en EEUU. Es muy importante recordar en estos tiempos la necesidad de que todos los derechos se obtengan a la vez.
_¿Qué cree del papel que le corresponde a la Iglesia como mediadora en el proceso de acercamiento entre EEUU y Cuba?
La parte importante en este proceso corresponde a los que se sienten a negociar, depende de lo que cada uno ceda o acepte. La Iglesia ha jugado un papel de mediación, ha influido para que los Gobiernos de los dos países empiecen a conversar y yo tengo que recordar que aquí no se está discutiendo solamente un conflicto entre dos países, sino sobre una dictadura y su propio pueblo y esperamos que llegue el momento en el que se tengan que sentar a conversar los que ejercen el poder en Cuba y los representantes de una sociedad civil que existe en Cuba y que hay que tener en cuenta.
_¿Cómo recibió el Presidente sus opiniones?
Él se mostró receptivo. Nosotros no somos nadie para juzgar los corazones de las personas ni las intenciones. Simplemente puedo decir que le expresé la inquietud de muchas personas y me siento orgulloso de haberlo podido hacer. Debo decir que el Presidente me pareció muy atento, respondió con mucha calma a mis inquietudes sin la más mínima muestra de interés en abandonar el lugar. Tuvo una actitud muy paciente, de escucha.
Fue bonito poderle mostrar el santuario y explicarle sobre la historia de Cuba, sobre todo la más reciente, a través del mural de la Ermita. Fue una oportunidad muy grande que Dios me puso.
Pude decirle, mirando los dos hacia el mar, que ahí han muerto miles de personas buscando libertad. Le expliqué que rezamos todos los días para que ese esfuerzo no quede en vano. Entonces fue cuando él me aseguró que EEUU estaba trabajando para que se logre esa libertad. Hasta ese momento yo estaba usando la ayuda de una traductora para estar seguro que mi mensaje le llegara con exactitud, pero en ese momento se lo dije en inglés, fue ahí donde le recalqué que quería la real libertad de Cuba.
El presidente Obama no es católico, se define como cristiano protestante ¿Por qué usted cree que visitó la Ermita siendo un templo católico?
Su visita fue un honor, lo es para un santuario construido por exiliados cubanos que llegaron al sur de la Florida buscando libertad y que han sido acogidos con los brazos abiertos por más de 50 años en esta nación que en estos momentos está representada por él. Cualquier visita de un Presidente de EEUU a nuestro santuario, sea del partido que sea, constituye un honor. Nosotros debemos estar muy agradecidos de esta nación que en estos momentos está representada por el presidente Obama. Cada administración de este país, que a lo largo de tantos años ha acogido a miles y miles de cubanos con los brazos abiertos, les ha proporcionado toda la ayuda necesaria para salir adelante y forjarse un futuro de libertad. Yo creo que esa visita representa mucho para un lugar que surgió de una manera muy sencilla, que fue construido, como siempre dijo monseñor Agustín Román, centavo a centavo y yo creo que es un reconocimiento a este santuario y a lo que representa.
¿Qué valoración usted tiene de la visita?
Esta podía haber sido una visita cultural o religiosa solamente, pero al conectar con la realidad, él me dijo que el Gobierno de EEUU está trabajando fuertemente para lograr que la libertad sea una realidad en Cuba.
Hicimos una oración. Le dije: “Señor Presidente, quisiera que juntos hicieron una oración delante de la virgen y pedir por todo lo que estamos hablando y para que el Espíritu Santo lo guíe e ilumine en la decisiones que tiene que tomar, que cuide de su familia y que Dios proteja a los EEUU”. Pude sentir cómo él recibió esas palabras y juntos, mirando a la imagen de la virgen, el Presidente encendió una vela y en actitud de oración permaneció mirando al altar por unos momentos.
Después le reiteré que seguiríamos rezando por la libertad de Cuba. Se despidió diciendo que era un gusto haber estado en el santuario. Le agradecí su visita y le dije que era un honor haberlo recibido.