MIAMI.- A sólo una semana de que el cuerpo legislativo de Miami discuta qué hacer con la propuesta de David Beckham, para construir un estadio en propiedad pública de la Ciudad, son muy pocos los detalles que se conocen del millonario proyecto.
MIAMI.- A sólo una semana de que el cuerpo legislativo de Miami discuta qué hacer con la propuesta de David Beckham, para construir un estadio en propiedad pública de la Ciudad, son muy pocos los detalles que se conocen del millonario proyecto.
Hasta ahora, sólo se sabe que Beckham plantea arrendar un buen trozo de terreno del Melreese Country Club, que es propiedad pública y colinda con la autopista Dolphin y Le Jeune Road, por 3,5 millones de dólares al año, para construir un estadio de apenas 28.000 asientos, un estacionamiento bajo tierra para automóviles, un hotel de 500 habitaciones, un centro de conferencias y otro comercial que incluiría tiendas y restaurantes.
“Es un lugar adecuado para construir un estadio de fútbol pero hay que analizar bien el beneficio que puede traer, y eso es lo primero que tendré en cuenta: el dinero que la Ciudad recibirá y la cantidad de empleos que pueda crear”, anticipó el comisionado municipal Joe Carollo.
Salvo de que se trata de la quinta propuesta del astro de fútbol internacional, que continúa apostando por Miami para crear su propio club de fútbol, detalles como el acceso de tráfico, el impacto ambiental y la repercusión urbanística que podría tener en la zona, no han sido revelados por el Beckham Group ni el Gobierno municipal.
Quienes apoyan el plan de Beckham, como el alcalde de Miami, Francis Suárez, anticipan que el campo de golf seguirá funcionando, aunque no precisan de cuánto espacio dispondrá ni si el actual parque acuático que administra el ayuntamiento será afectado.
Y por ser terreno público, aunque hoy alberga un inmenso campo de golf para un club privado, además de un parque acuático para menores y terrenos para tenis y béisbol, tendrá que ser aprobado primero por el electorado de Miami.
Mientras tanto, ambientalistas y golfistas, que prefieren mantener la amplia zona de áreas verdes que suma 135 acres, se oponen rotundamente a la construcción del estadio y plantean una batalla contra la propuesta.
“Tal vez hagan mucho dinero y mucha gente se divierta en el estadio, pero como golfista no lo apoyo. No soporto ver construir, especialmente en espacios verdes”, declaró el golfista John Stewart, miembro del club privado que arrienda el terreno al ayuntamiento. De hecho, el Melreese Country Club ha lanzado una campaña en las redes sociales y medios de comunicación en contra de la propuesta de Beckham.
“No estaré aquí como golfista profesional. No tendré el trabajo que tengo aquí ni tendré la oportunidad de asistir a todos los jóvenes que vienen aquí”, señaló el entrenador Carlos Velez, que comenzó a jugar el campo de golf cuando era muy joven y hoy está certificado por la Asociación de Golfista Profesionales PGA.
Si la Comisión legislativa municipal acepta la nueva propuesta, el electorado de Miami tendrá que votarlo el 6 de noviembre, para aprobar o no el arrendamiento del terreno.