Pero ahora conozcamos la historia de Lourdes, una cubanoamericana que siempre habla de política, de lo mal que está la economía, de la necesidad de tener un gobierno que logre bajar la inflación y sobre su sueño —como el de muchos— de comprar una casa antes de llegar a vieja.
Risueña, amable, de voz rimbombante, esta empleada de un popular casino del suroeste de Miami-Dade ejerce su derecho al voto desde que se convirtió en ciudadana americana, pero —afirma— no puede ir a un colegio electoral por varias razones.
Según cuenta, primero, tiene que cuidar de su madre enferma, que necesita atención constante. Segundo, sentía miedo de contagiarse del COVID y ahora del virus de la influenza, que tuvo un serio repunte en semanas recientes. Tercero, no cuenta con un vehículo ni transporte público cercano, y su recinto electoral asignado se encuentra al menos a ocho cuadras de distancia.
Por eso, Lourdes participa en las elecciones mediante una boleta de voto ausente, que le permite sufragar desde la comodidad de su hogar, sin arriesgar su salud ni la de su madre. Para ella, el voto por correo es una opción segura, fácil y conveniente, que le da la oportunidad de participar en la democracia sin sacrificar su bienestar.
Pero esto podría cambiar. Un senador de Florida presentó el proyecto de ley SB 1752, que tiene por finalidad implementar reformas sustanciales en el sistema de voto por correo en el estado.
Entre las disposiciones clave de la iniciativa legislativa se encuentran criterios claros para la elegibilidad de ‘votantes ausentes’, procedimientos detallados para la solicitud y cancelación de votos por correo, así como medidas para prevenir el fraude electoral.
Esencia de la propuesta
El proyecto de ley establece criterios estrictos para que un ‘votante ausente calificado’ pueda votar por correo, incluyendo situaciones de ausencia del condado de residencia, enfermedad o discapacidad física, residencia en un centro médico del Departamento de Asuntos de Veteranos de EEUU o confinamiento en la cárcel.
Además, la propuesta detalla una serie de procedimientos para solicitar un voto por correo, contemplando la presentación de una solicitud separada para cada elección, a menos que se indique lo contrario al hacer la solicitud.
Asimismo, se establecen medidas para cancelar una solicitud de voto ausente si la correspondencia enviada por el supervisor electoral es devuelta como no entregable.
El proyecto de ley también incluye un certificado que el votante debe firmar para confirmar su elegibilidad y compromiso de no votar más de una vez en la elección correspondiente, así como las consecuencias legales de cometer fraude en relación con el voto.
También advierte sobre la gravedad de aceptar regalos a cambio de votos o votar con identidad falsa, entre otras circunstancias fraudulentas.
El proyecto de ley SB 1752, cuyo autor es el senador republicano Blaise Ingoglia, tiene como propósito “fortalecer la integridad del sistema de voto por correo en Florida, garantizando la transparencia y la equidad en el proceso electoral del estado”.
Cuestionamientos
El voto por correo fue utilizado por el 44% o 4.6 millones de floridanos en las elecciones generales de 2020, y por más de 1.1 millones de votantes en las elecciones de 2022.
Algunos líderes demócratas y organizaciones civiles han denunciado que la ley que se debate en la Legislatura estatal sería una forma de “supresión de votantes”, especialmente de las minorías, los jóvenes, las personas mayores y las personas con discapacidades, que son más propensas a usar el voto por correo.
Lo claro es que la iniciativa está generando un intenso debate. En ese contexto, la analista política demócrata Sasha Tirador considera que este “es otro intento del Partido Republicano de limitar el acceso al voto”. Lo claro es que la iniciativa está generando un intenso debate. En ese contexto, la analista política demócrata Sasha Tirador considera que este “es otro intento del Partido Republicano de limitar el acceso al voto”.
A su juicio, “hace varios años hemos visto que, no solamente en el estado de la Florida, sino a nivel nacional, los jóvenes han optado por votar vía correo, lo que conocemos en el sur de la Florida por ‘boleta ausente’.
“Los jóvenes viven en un mundo digital y todo lo que sea ir a un lugar, físicamente, les causa pereza, especialmente para ejercer el voto. Y vemos que los jóvenes están votando demócrata y, para detener esta tendencia en el estado de la Florida, es que se está promoviendo este proyecto de ley”.
Tirador advirtió que la medida en ciernes podría ser incluso un “arma de doble filo para los republicanos”.
Al respecto, la especialista en temas políticos dijo que “la Legislatura tiene un problema muy grande porque en el sur de la Florida la mayoría de las boletas ausentes son de personas registradas en el Partido Republicano y de edad avanzada, que tienden a votar por representantes estatales que son republicanos”.
Anticipó que “los representantes estatales del sur de la Florida no van a estar muy de acuerdo con esto porque, aunque a nivel estatal le convenga al Partido Republicano, al mismo partido no le convendría en el sur de la Florida, y principalmente en Miami-Dade”.
“Misión original”
Desde otra orilla, en opinión de Frank Rodríguez, analista político republicano, durante la pandemia de COVID algunos políticos “se aprovecharon de la votación por correo para cosechar votos de personas que no eran ciudadanos inscritos.
Por tanto, dijo, “el voto por correo debe ser una excepción y no una regla, ya que solo se debería usar en casos de enfermedad o ausencia”.
Rodríguez defiende el criterio de que se debe “volver a la misión original de la votación por correo”. Rodríguez defiende el criterio de que se debe “volver a la misión original de la votación por correo”.
Acorde con sus premisas, “se debe garantizar el derecho al voto de todos los ciudadanos, y la mejor forma de medir la voluntad popular es el día de las elecciones, con las personas votando en persona o durante el período anticipado”.
“Los boleteros”
El proyecto de ley que cursa en Tallahassee pone sobre el tapete escándalos de hace más de una década, y años posteriores, cuando el investigador privado Joe Carrillo sacó a la luz pública el caso de personas que se dedicaban a recoger los votos por correo, principalmente de ancianos, para supuestamente favorecer a algunos candidatos.
“Los boleteros”, un hombre y una mujer, a los que más tarde su unió otra mujer señalados de esa acción, supuestamente se dedicaban a recoger votos ausentes ya marcados y firmados por los electores, y los entregaban a campañas políticas que presuntamente les pagaban por sus servicios. Algunos candidatos fueron mencionados en su momento.
Asimismo, en 2014 una mujer de Hialeah fue arrestada por incumplir una ordenanza condal que prohíbe tener más de dos boletas de votos en ausencia.
En otro caso, en 2016, las autoridades recibieron información sobre una empleada de un edificio para personas de la tercera edad en Miami que aparentemente colectaba ‘boletas ausentes’ para entregarlas a una campaña política. La investigación no prosperó judicialmente.
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