La mañana del 15 de septiembre, 11 hombres, una muchacha y un perro llegaron a la orilla de Miami Beach en una pequeña embarcación para celebrar el comienzo de una nueva vida, finalmente libres del régimen castrista en Cuba.
Seis días antes, el grupo zarpó del pueblo de Caibarién. Entre ellos, algunas habían intentado realizar la travesía para llegar a EEUU, tres de ellos trataron 10 veces antes, pero terminaron siendo repatriados por la Guardia costera estadounidense o presos en las Bahamas.
Sin embargo, este fue el primer intento para Carlos Alberto Rojas en sus 27 años de vida.
En diálogo exclusivo con DIARIO LAS AMÉRICAS, el joven narró la experiencia del peligroso viaje que pudo haber terminado con su vida y la de sus compañeros.
“Fue una travesía muy triste, porque nos cogieron dos malos tiempos, y podíamos ver olas de hasta 10 metros de altura. Si no estábamos al tanto de la embarcación, se iba al fondo del mar en un momento”, relató.
No obstante, Rojas expresó su felicidad de por fin haber alcanzado su destino.
“Nos quedamos a la deriva dos días porque se nos rompió el GPS que traíamos. Sin eso, y con el mal tiempo, nos tiramos a lo que Dios quisiera”, señaló.
El premio al esfuerzo
El conjunto de amigos de la infancia sobrevivió con una dieta a base de nueces y agua. Según Rojas, el grupo rezó constantemente para llegar a tierra a salvo.
“En el canal de los mercantes nos cogió un mal tiempo”, contó.
Luego añadió: “Le rezamos mucho a Dios para que nos ayudara. Él nos dio la mano. Cuando amaneció, ya veíamos la luz de Miami”.
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En los últimos años, miles de cubanos han intentado aprovechar la “ley de pies mojados, pies secos”, la cual les otorga la residencia en Estados Unidos, si llegasen a pisar suelo estadounidense, tras un año y un día de permanencia. No obstante, la guardia costera ha intervenido, en varias operaciones, a gran cantidad de embarcaciones que contenían grupos de inmigrantes procedentes de Cuba.
En el 2014, la entidad reportó 2.111 casos de cubanos detenidos en altamar. Mientras tanto, en los últimos cinco años, la Guardia costera llevó a cabo 5.728 operaciones. Tan sólo en lo que va del año 2015, las autoridades han conducido 893 intervenciones de cubanos que buscaban llegar a EEUU.
A pesar de conocer los riesgos, Rojas quiso huir de Cuba por un largo tiempo, pero se veía frenado por su hijo de 6 años, a quien ahora espera poder ayudar desde EEUU.
“De joven pensé venir, pero no tanto como ahora. Siempre he querido venir, pero me detuvo mi hijo”, aseguró.
“De los familiares míos, la única que sabía que yo iba a venir era mi mamá. La decisión de venir fue sólo mía”, enfatizó.
Rojas espera rehacer su vida, así como tener la oportunidad de conocer todo Miami, pues dice que la ciudad “es lo mejor que hay”.
Pescador de profesión, el joven pasó 10 años procesando langostas y preparando filetes de pescado en la isla, trabajo que desea continuar en su nueva patria.
“No extraño a Cuba tanto. Extraño a mis amigos, a mis hermanos, a mi mamá, pero aquí tengo a mi abuela, a mi tío, mi tía, mi primo. No sé cuánto tiempo podrá pasar para que los vea, pero me dijeron que puedo ir a Cuba de aquí a ocho años. Si pudiera ir antes, lo haría, especialmente para ver a mi hijo”, anotó.
“Me gusta Cuba, pero la situación está muy mal. Creo que yo hubiera venido de todas maneras, porque yo siempre quise conocer Miami. Voy a empezar una vida nueva”, puntualizó.
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