miércoles 27  de  marzo 2024
Miami

Joven en Miami planta cara a la pandemia como pintor y bartender

Al frente de su pequeño negocio como bartender en Miami, este joven nacido en Cuba enfrenta los obstáculos de la pandemia y de una vida desafiante
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

Cuando Lemay Oliva habla de reciclar ideas fuera del paquete conceptual, lo hace desde la creatividad y el ingenio. Esos resortes le han llevado a transitar en áreas tan diversas como las artes plásticas y la mixología. Quizás esta última palabra, que apunta al arte de preparar cócteles, lo define mejor, pues Oliva mezcla todas sus herramientas para prosperar en una ciudad desafiante como Miami.

Al frente de Oliva Bar & Events, su pequeño negocio como bartender, este cubano nacido en Guanajay, municipio del área rural de provincia Habana, ha enfrentado los obstáculos de la pandemia en la llamada Ciudad del Sol, a donde llegó en 2015. En el sector de los servicios, tan afectado por las restricciones y los cierres, Oliva ha hecho malabares para sobrevivir.

“Fue un golpe durísimo, casi un año totalmente perdido”, afirmó en una entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS. “Desde muy joven aprendí a prepararme para lo peor y esta vez fue muy útil. Espero siempre lo mejor, pero me preparo para lo peor: ‘Guarda pan pa' mayo y maloja pa' tu caballo’. Gracias a Dios ya lo peor pasó”, puntualizó el emprendedor, que con una amplia sonrisa y su destreza se convierte en el alma de las fiestas y eventos en Miami.

De artista plástico a bartender

Lemay Oliva tiene un don natural para las artes plásticas, algo que demostró desde niño, pues comenzó a pintar desde los 7 años. Su talento es aún más sorprendente por el hecho de que no estudió arte, nadie le enseñó en un aula las bases de la perspectiva o los usos del color. Desde muy joven dejó los estudios para ayudar a su familia y se labró un camino de forma autodidacta. Su escuela fue su voluntad.

Al margen de la saciedad II, oleo sobre lienzo- Lemay Oliva
La obra

La obra "Al margen de la saciedad II", óleo sobre lienzo, realizado por Lemay Oliva.

Dio sus primeros pasos en la fotografía y el diseño colaborando con una revista local que publicaba su Parroquia El Pensador. Según contó, “allí conocí de primera mano la represión que sufren los medios independientes en Cuba. Cómo intimidan y censuran la obra de un artista que no milita con las instituciones oficiales. Sufrí lo que están viviendo hoy los artistas del 27N, pero quince años atrás”.

Como señaló, fue “ayudante de dulcero, de un técnico en radio grabadoras y finalmente volví a pintar. Para el 2008 abrí mi estudio como pintor profesional”. También desde joven se detuvo a apreciar el arte de los cócteles. De las pocas veces que entró a un bar, “me atraía la magia que había en mezclar ingredientes como un alquimista, las formas, los diseños de las botellas y vasos, las decoraciones a partir de frutas y hierbas”.

A Oliva le interesaban estos aspectos desde el punto de vista de un espectador, pues “apenas entendía la diferencia entre un Daiquirí y un Mojito” y no solía beber alcohol. “Aún bebo muy poco”, bromeó el joven, que se considera “un artista que hace cócteles”. Quienes prueban lo que sale de mi bar así me califican, como un artista de los aromas y sabores”.

Oliva, cuya vida en Cuba se dividía entre exposiciones y viajes, decidió establecerse en EEUU “con el sueño de impulsar mi carrera, pero el tiempo me demostró que no sería tan fácil. He tenido que empezar de cero muchas veces”. Al poco tiempo de llegar a Miami, se enfocó en tomar cursos cortos “para aprender oficios de rápida inserción laboral”. Así llegó una escuela de bartenders donde le garantizaban un empleo al graduarse. No lo pensó dos veces.

Después de trabajar en un mundo tan complejo como el de los servicios, optó por crear su propio negocio, que le ayudó a llegar a una etapa de “libertad e independencia, controlar mis horarios y negociar directamente mi trabajo”.

Ahora que conoce lo que es ser su propio jefe, disfruta “crear una experiencia a la medida de mis clientes”. Su propósito es “llevar a los hogares, a la piscina o a ese hermoso yate los sabores, la presentación y calidad del servicio que puedes recibir en un lujoso bar de Ritz-Carlton o en un restaurante gourmet”. Por eso es muy cuidadoso con la calidad de los productos que usa y el servicio que entrega.

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Sin límites

Este joven emprendedor está seguro de que “las limitaciones que tengo no me las impone nadie, solo mi talento, mi ambición y mi capacidad de emprender. Fácil no es, nadie te regala nada, ni ideas, ni experiencias ni caminos”.

Al frente de Oliva Bar & Events, ofrece un servicio de meseros, bartenders, asesoría en operaciones de bar y bebidas, diseño de menús para eventos y alta coctelería. “He obtenido lo necesario para sostener mi familia con dignidad y haciendo lo que me gusta”, constató Oliva, que ha obtenido diversas licencias para perfeccionar su servicio de alto estándar, que ofrece en yates de lujo y mansiones de Miami.

Y como Oliva no cree en límites, durante la pandemia usó su habilidad en la pintura para probarse como tatuador, actividad que realiza los días entre semana, mientras que las noches de los fines de semana son para la coctelería.

Su máxima es “no tener miedo a fracasar, seguir intentando, aprender de los errores y recordar que si no tienes vocación de empleado tienes que tomar la iniciativa y perseverar en tus ideas”.

Asimismo, y como consejo para los nuevos emprendedores, resalta la importancia de “cultivar una relación saludable con tus clientes y colegas, tu prestigio es el mayor capital”.

Por último, subrayó que “el dinero no es el fin, sino la consecuencia natural de ofrecer bienes y servicios de mejor calidad a un mejor precio para tu comunidad. Obrar bien es como sembrar un árbol, ver el resultado puede tomar años, pero da frutos”.

Puede encontrar Oliva Bar & Events en el (786) 608-1993 o en Instagram: @lemay.fine.arts

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