MIAMI— Juan Jesús González siempre tuvo claro que quería ser periodista. Para este madrileño, el apetito por las historias comenzó desde la infancia, cuando solía escribir crónicas y narraba lo que ocurría en su entorno: “Crónicas que nadie leía porque una vez que terminaba de escribirlas las rompía. Era como un ejercicio, como un entrenamiento de algo que habría de venir después, la profesión de periodista”.
Como contó a DIARIO LAS AMÉRICAS, “a veces escuchaba a mi padre hablar de lo difícil que era para algunos periodistas salir adelante, porque él conocía a unos cuantos que cubrían información del Real Madrid en una época en la que mi padre estaba muy vinculado al club blanco. Comentaba las estrecheces que pasaban algunos de ellos en sus comienzos, y yo no estaba seguro de si le iba a gustar que me matriculase en la Facultad de Periodismo para hacer la carrera. Aun así, me matriculé y todo fue bien”.
González cuenta con una licenciatura en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y un doctorado en Periodismo por la Universidad de La Laguna, de Tenerife.
En medio de sus estudios en la universidad, comenzó a colaborar en periódicos como Diario 16, El Comestible o Mercado Mundial. Después comenzó a trabajar en el periódico Jornada, en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias), ganó una oposición en Radio Nacional de España y entró a Televisión Española.
También ha desarrollado proyectos de comunicación en conjunto con otros periodistas, como una agencia de noticias y una emisora de radio. De todos, afirmó, “he aprendido muchas cosas. La más importante, intentar ser honesto con el trabajo y tratar de contar las cosas lo mejor que uno sepa y pueda por respeto al público y a uno mismo”.
Actualmente trabaja en Noticias Telemundo, como escritor para los distintos noticieros de la cadena y de programas especiales. “Ahí empecé en un proyecto ilusionante, que era poner en marcha Noticias Telemundo Mediodía, que se emite de lunes a viernes a las 12:30 hora del este. Llevo casi cuatro años trabajando con un equipo maravilloso, en el que nos compenetramos muy bien”, destacó.
“Nuestro orgullo es haber ganado un premio Emmy nacional cuando llevábamos menos de un año en el aire”, acotó González, que también realiza consultoría de comunicación, formación y entrenamiento de líderes.
Responsabilidad en primer lugar
Gracias a su experiencia en todo tipo de medios de comunicación, ha constatado que, “sabiendo que con su relato puede llegar a crear estados de opinión, el periodista debe ser testigo de las cosas que pasan y contarlas honestamente, de la mejor manera posible. Es verdad que el periodista es un ser humano, con sentimientos, creencias y opiniones, pero ha de saber encontrar un equilibrio en todo eso para que lo que cuente se ajuste a la realidad de lo que pasa, dejando a un lado todas esas influencias a la hora de narrar la noticia”.
“Esa es una responsabilidad muy grande y muchos se la toman a la ligera, anteponiendo intereses empresariales o personales por pura vanidad o por motivos ocultos”, añadió el autor de Lanzarote, la isla olvidada, entre otros libros.
En ese sentido, planteó el modo de enfrentar las visiones tendenciosas y el ruido en las redes sociales: “buscar la información, valorarla, contrastarla y publicarla”. Por eso resaltó la paradoja de que “en los tiempos de muchísima información es cuando, tal vez, más desinformada o mal informada está la gente”.
“Uno de los problemas más graves que siempre ha tenido esta profesión es el intrusismo. Antes, cualquiera que escribía un artículo de opinión o una carta al director -y eso lo he vivido- ya se creía periodista. Lo malo es que ahora ocurre lo mismo, con la diferencia de que al ser sencillo e inmediato publicar cualquier cosa en las redes sociales, sin control alguno y con falta de criterio profesional, el mundo se ha llenado de falsas informaciones que se dan como buenas sin preocuparnos en saber de dónde proceden”, zanjó.
González usa esa experiencia en las aulas cuando imparte clases de periodismo en Florida International University, donde enseña desde 2015. El periodista, que “ya venía con experiencia impartiendo clases en España en una universidad privada”, agradeció esta oportunidad de “desarrollar mi faceta como docente con el apoyo y la ayuda del equipo de profesores de la Maestría de Periodismo en español, y con el cariño de todos los alumnos a los que he tenido la suerte de conocer y transmitirles algo de lo que sé de esta maravillosa profesión”.
De igual modo ha aprendido “a valorar aún más el trabajo y el empeño de los que creen en el periodismo y deciden formarse para ser luego mejores profesionales, casi siempre empezando desde abajo como hemos hecho la mayoría”.
Y añadió que esa faceta también le ha permitido “reforzar mi compromiso con los estudiantes, ayudándoles en todo lo que pueda porque sé por propia experiencia que cuando estás empezando en el periodismo, en una redacción o en la universidad, siempre se agradece que alguien con más experiencia que tú te eche una mano y te ayude a vencer el temor a enfrentarte a la difícil tarea de informar”.
Justamente, a esos jóvenes que esperan convertirse en reporteros, González les aconseja “formarse adecuadamente y no sólo yendo a la universidad. La formación como periodista no acaba nunca. Creo que el periodista ha de ser un poco ‘aprendiz de todo y maestro de nada’, es decir, tener capacidad suficiente para almacenar información y saber manejarla en un momento determinado”.
Y en esa misma línea, considera vital “la curiosidad”, pues “no importa fijarse en tal o cual dato, en detalles de cosas que ocurren que pudieran ser insignificantes, porque algún día pueden hacernos falta. Y también ser muy crítico con los poderes establecidos, no creerse todo lo que nos cuentan sin contrastarlo antes o, al menos, citar las fuentes porque luego pasa lo que pasa, que siempre hay alguien que se aprovecha para colarnos una noticia falsa o interesada”.
A tono con las llamadas fake news, puntualizó que “algunos se creen que han descubierto el fact checking, la verificación de informaciones, que ahora parece estar tan de moda. La realidad es que eso es algo básico en el trabajo del periodista desde siempre. Cuanto más se contrastan las informaciones mejor se podrá informar con el mayor rigor posible”.