MIAMI.- El 1 de junio marca el inicio de la temporada ciclónica, la época del año que no quisiéramos tener, pero tenemos que asumir como parte del paraíso tropical que vivimos.
MIAMI.- El 1 de junio marca el inicio de la temporada ciclónica, la época del año que no quisiéramos tener, pero tenemos que asumir como parte del paraíso tropical que vivimos.
La experiencia demuestra que podemos disminuir los daños y evitar la pérdida de vidas humanas, si tomamos medidas preventivas ante de que el huracán azote, como asegurar los bienes, almacenar alimentos y seguir las instrucciones del cuerpo de emergencias de la localidad.
De eso precisamente trata el llamado de la alcaldesa del Condado Miami-Dade, Daniella Levine Cava, cuando dice: “Sabemos que solo hace falta una tormenta para causar daño catastrófico”.
La alcaldesa exhortó a estar preparados y atentos a los informes meteorológicos, aun cuando la Agencia Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOOA) predice una temporada de huracanes "casi normal".
En efecto, NOOA anticipa de 12 a 17 tormentas tropicales y de cinco a nueve huracanes, con uno o cuatro intensos.
Por ello, los meteorólogos creen que esta temporada ciclónica sea menos activa que en los últimos años, debido a varios factores que suprimen el desarrollo de tormentas, aunque ello puede cambiar más tarde según varíen las condiciones en la atmósfera y el océano.
Después de tres temporadas de huracanes con La Niña presente, los meteorólogos de NOAA predicen un alto potencial de desarrollo de El Niño este verano, lo que puede suprimir la actividad de huracanes en el Atlántico.
Los nombres de las tormentas serán: Arlene, Bret, Cindy, Don, Emily, Franklin, Gert, Harold, Idalia, José, Katia, Lee, Margot, Nigel, Ophelia, Philippe, Rina, Sean, Tammy, Vince y Whitney.
Levine Cava enfatizó la necesidad de estar preparados: “No esperemos al aviso de tormenta. Tengamos alimentos almacenados, agua y los documentos de seguro y más a mano. El Condado cuenta con centros de acogida que abren sus puertas tan pronto sea necesario”.
El Condado Miami-Dade cuenta con un manual de consejos, en el que aconsejan qué hacer antes y después de la tormenta.
Recuerde, el mar suele entrar a tierra cuando un huracán azota el litoral, y en este manual, además de consejos, conocerá si su vivienda está situada en un lugar con peligro de inundación.
De cualquier manera, puede llamar al 311 para obtener información en español. También puede contactar a la oficina de su comisionado condal o visitar la dirección MiamiDade.gov en internet, desde donde puede imprimir copias.
La temporada del año pasado será recordada por el poderoso huracán Ian, de categoría 5, que tuvo en jaque al Caribe y Florida.
De hecho, Ian causó al menos 168 muertes, incluidas 12 personas en Cuba y 156 en Estados Unidos, y en total provocó daños materiales por más de 112.000 millones de dólares.
La autoridad condal recuerda que la semana de excepción de impuestos para artículos de preparación termina el 9 de junio.
En otras palabras, no tendrá que pagar el impuesto a la venta de linternas, radios y neveras portátiles, hielo reusable, carpas, baterías, depósitos de gasolina, detectores de humo y generadores de electricidad, entre otros.
Más vale estar preparados que lamentarse después. Esta es una sabia afirmación que ayuda a enfrentar los fuertes vientos que genera cualquier ciclón.
Si tenemos en cuenta el alto costo del seguro de la propiedad, un asunto que el Gobierno estatal de la Florida no ha logrado mejorar, habría que disminuir al menos la posibilidad de sufrir daños materiales para evitar la indeseada reclamación y el subsiguiente aumento de las primas. Recuerde que hoy paga seis veces más que hace 30 años, cuando el huracán Andrew azotó Miami y sus cercanías.
A esta fecha, debería estar preparado. No obstante, aún está a tiempo. Si no tiene seguro de la propiedad, acuda a un asegurador responsable y pida una cotización acorde a los valores que desee salvaguardar y la capacidad de su bolsillo.
Tenga en cuenta que debe proteger sus bienes, la casa o apartamento. Eso es contar con paneles probados contra huracanes o ventanas y puertas a prueba de viento. No espere a última hora para cubrirlas con maderas. No sólo la madera es débil ante el viento, sino, además, podría faltarle a última hora, cuando la avalancha de público acude a los almacenes donde las venden.
Mantenga toda su documentación en un mismo lugar, seguro y accesible.
Elimine a tiempo las ramas de los árboles que podrían causar daños a su propiedad.
Sobre todo, debe tener presente la importancia de acopiar alimentos, agua y otros artículos de primera necesidad, como dinero en efectivo y suficiente gasolina en su automóvil, para afrontar al menos 72 horas de carencias, tras el paso de la tormenta.
Tenga a mano comida en conserva, agua potable y artículos imprescindibles como baterías para radios receptores y linternas, cocinas que funcionen con gas propano, así como los medicamentos que usualmente toma y los de primeros auxilios, que debe adquirir antes del llamado de alerta para evitar las largas filas en las farmacias.
Conozca de antemano cuán vulnerable es la zona donde reside ante el avance del mar o las inundaciones que la lluvia podría provocar.
Defina cuál es el lugar más seguro en casa para guarecerse del viento, en caso de destrucción.
Sepa dónde ir si no se siente seguro en casa. Si no tiene familia o un amigo cercano a dónde acudir, hay refugios muy bien provistos de camas, alimentación y otros auxilios, algunos de ellos habilitados para recibir mascotas y personas con discapacidades físicas. Llame al número 311 para conocerlos e incluso inscribirse.
Manténgase informado por los partes meteorológicos del Centro Nacional de Huracanes y las instrucciones de la autoridad de emergencias en la localidad.