martes 26  de  marzo 2024
Hialeah

Madre cubana separada de su hija por la pandemia suplica más tiempo para verla

Teresita Rosales, residente de Hialeah, no puede compartir más de 10 minutos a la semana con su hija Kenia, ingresada desde enero en el Palmetto Hospital.
Diario las Américas | CAMILA MENDOZA
Por CAMILA MENDOZA

Kenia tiene 42 años, pero padece un síndrome que no le ha permitido desarrollarse mentalmente, por lo que se ha convertido en una niña con una edad mental de 3 años, y una edad biológica de 42. Su madre, Teresita Rosales, residente en Hialeah, la trajo desde Cuba a los dos años de edad a través del Mariel, y aquí han desarrollado su vida desde entonces, con la ayuda de familiares, médicos y amigos.

"Kenia padece una enfermedad genética, sin embargo, teníamos una vida normal. Ella caminaba, jugaba, se hacía entender, hacia ejercicios básicos y escuchaba música, igual que una niña pequeña en su mundo de fantasía con sus muñecas, pero en estos momentos ni siquiera se mueve", dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS Teresita Rosales sobre su hija, quien fue ingresada hace tres meses al Palmetto Hospital tras contraer una influenza tipo A.

"Esta influenza se complicó con una neumonía, y se le practicó un coma inducido. Estuvo dos semanas con sedantes, y luego de eso muscularmente se me murió. No mueve ni un dedito. Me conoce y conoce a sus hermanas, pero no puede hablar. No sé si cuando pueda respirar nuevamente por ella misma volverá a comunicarse", dijo entre lágrimas.

SÚPLICA A LAS AUTORIDADES

El 22 de enero Kenia fue ingresada al hospital, y el 23 de marzo a Teresita se le informó que no podría visitarla más debido a las nuevas normas impuestas tras la pandemia del Covid-19. Posteriormente, a madre e hija se le practicaron las pruebas del coronovirus, ambas arrojaron resultados negativos, sin embargo, para evitar contagios no se le permitió a Teresita seguirla visitando.

"Yo sé que le hago falta a Kenia... Cuando un niño está enfermo es cuando más quiere ver a su madre. Además, ella no sabe expresarse. Las enfermeras sabrán mucho de medicina, pero nadie la conoce mejor que yo".

"El hospital me dijo que me dejaría entrar a verla 10 minutos una vez a la semana, pero eso es muy poco tiempo. Mi hija está triste y su mirada está perdida. Me da mucho sentimiento, porque no quiero que piense que su madre la abandonó. Yo nunca en mi vida me he separado de Kenia. Son 42 años cuidándola, completamente sola, ella es mi vida", finalizó.

Teresita Rosales busca el apoyo de autoridades para que le ayuden a visitar con mayor frecuencia a su hija, y pide que a Kenia -a pesar de su edad- se la considere una niña y reciba el mismo trato y contención familiar que se le está permitiendo a los padres de los niños ingresados en el Miami Children's Hospital, quienes -según asegura- pueden visitar a sus hijos diariamente.

@camila_mendoza

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