“Nací en Ciudad de México”, reveló Aub, quien tuvo una infancia viajera junto a sus dos hermanas. “Nos mudamos mucho cuando éramos chicas, de hecho decíamos que éramos nómadas. Vivimos en Tijuana, Puebla, Cabo San Lucas, luego a Los Ángeles y después a Miami”, agregó la joven, que llegó a EEUU con 15 años de edad.
Cortesía/María Fernanda Aub- bombera Miami
En la foto de la izquierda, de izquierda a derecha, las hermanas Carmen, María Fernanda, y Luisa Aub Romero, junto a su madre Luisa Fernanda Romero y su padre Max Aub. En la foto a la derecha, María Fernanda junto a sus hermanas y su padre en una foto reciente.
Cortesía/María Fernanda Aub
Junto a sus padres y sus hermanas, enfrentó los desafíos de comenzar una vida nueva en un país diferente. Después de terminar sus estudios de secundaria, se inclinó por la fisioterapia, y llegó a trabajar como asistente en una clínica.
“¿Saben qué? Voy a ser paramédico”
Todo cambió cuando tomó una clase de primeros auxilios. “Me encantó lo que estaba aprendiendo, el hecho de ser los primeros en llegar a los lugares. El último día de clase, un paramédico de la ciudad de Miami fue a explicarnos lo que hacía. Entonces dije ‘esto es lo que quiero’. No me cupo ninguna duda de que ahí me veía”.
“Llegué a mi casa y les dije a mis papás: ‘¿Saben qué? Voy a ser paramédico’. Y, obviamente, mi papá dijo: ‘¿Paramédico? No, yo no vine a este país para que seas paramédico’. Porque en México los paramédicos hacen carreras muy básicas y no tienen el mismo rigor que aquí”, recordó Aub.
Dejó a un lado la fisioterapia y se inscribió en el curso de paramédicos en el Miami Dade College. Una vez allí, superó los distintos niveles y asistió a clases con un objetivo muy claro. Entre sus experiencias más importantes estaban los rides, o salidas de prácticas, en las que le asignaban estaciones y trabajaba junto a los bomberos durante todo un día.
Tenía 20 años cuando hizo su primer ride con los bomberos, como estudiante. “Me fascinó el ambiente, y desde el primer paciente que recogimos y subimos a la ambulancia dije ‘esto es’. En ese momento todavía no entendía bien cómo funcionaba el sistema, y no sabía que los paramédicos también eran bomberos. Después me enteré de que tenía que volverme bombero también. Nunca en mi vida pensé ser bombero”, confesó la teniente.
Durante esa primera salida, relató, “estaban tocando una canción en la radio, y cada vez que escucho esa canción recuerdo ese momento. Me di cuenta de que mi vocación es salvar vidas. Fue en la Estación 4 de la ciudad de Miami, que es el departamento de bomberos para el que trabajo ahora”.
“Fue el departamento que hizo el primer impacto en mí”, sumó. “Además, es un departamento muy importante, es uno de los primeros de la nación, de los primeros en traer la función de ser paramédicos, tiene mucha tradición”.
De hecho, el Departamento de Bomberos de la ciudad de Miami nació el 17 de julio de 1898, cuando cinco hombres se reunieron en una cervecería de Miami para debatir sobre el escandaloso costo del seguro contra incendios en la ciudad, según indica la propia página de este organismo.
Fue el primer departamento de bomberos de los Estados Unidos en equiparse con radios bidireccionales, en emplear boquillas de niebla, y en equipar a todos los bomberos con máscaras de gas.
First responders, la ayuda que llega primero
Llegar a la posición de teniente le tomó varios años. Tras terminar sus estudios, tardó 4 años para ser contratada. “Estaba todo cerrado, era la crisis del 2008”, explicó. Pero una vez que entró al Departamento de Bomberos de la ciudad de Miami, constató que la espera valió la pena.
“En el departamento trabajamos con un sistema paramilitar. Empecé como bombero paramédico, después me promovieron a teniente”, detalló. Pero no fue un ascenso sencillo. “Para conseguir una promoción debes tener al menos 4 años de experiencia y tomar un examen que es muy competitivo. En mi departamento, de entre 700 y 800 bomberos, somos unas 40 mujeres”, acotó.
De servicio- Miami- María Fernanda Aub- bombera- cortesía
La teniente María Fernanda Aub, del Departamento de Bomberos de la ciudad de Miami.
Cortesía/María Fernanda Aub
Ya lleva 8 años en el departamento y no se detiene. “Ahora estoy siguiendo mis estudios para poder, eventualmente, llegar a ser capitán, que es el siguiente rango”. Mientras tanto, cada día de trabajo se levanta temprano y hace un entrenamiento antes de salir a la estación. Una vez allí, organiza el día en la computadora para velar porque esté el equipo completo.
Después, a las 7:30 a.m. se hace el cambio de turno. “Nos formamos afuera de la estación y empezamos nuestro día. Siempre chequeamos nuestros camiones, que esté todo en orden, que los radios estén listos para cualquier emergencia. Lavamos los camiones, limpiamos la estación, desayunamos, ahí cocinamos las tres comidas”, añadió. Mientras, las llamadas no se detienen. “Tenemos más de 100.000 llamadas al año. En un día, aproximadamente salimos unas 10 veces”.
María Fernanda Aub ama y respeta su trabajo. Tiene la posibilidad de asistir a personas en situaciones de emergencia y salvar vidas. Valora “el hecho de llegar primero y atender a la gente, darme cuenta de cómo confían en mí”.
“Algo que no me gusta es ver cómo las personas mueren porque hay gente que no toma responsabilidad de sus acciones y maneja bajo la influencia de drogas o alcohol. Es muy triste ver eso, sobre todo cuando es gente muy joven”, aseveró.
“En mi trabajo vemos muchas cosas en la calle que nos pueden afectar mentalmente”, indicó. De ahí que se involucre en actividades de ayuda psicológica para miembros del departamento que puedan enfrentar trastornos de estrés postraumático.
Por eso, “siempre trato de acordarme de algo que me pasó, que fue muy bonito, cuando recibí un bebé. Fue mucho estrés para la madre, porque no estaba en un ambiente normal, pero fue una experiencia muy linda para mí”.