MIAMI.- “Necesito del mar porque me enseña: no sé si aprendo música o conciencia: no sé si es ola sola o ser profundo o sólo ronca voz de deslumbrante suposición de peces y navíos”. Tal y como advertía Neruda en este poema los residentes de Miami-Dade también necesitaban del mar. Y al fin, han reabierto las playas este miércoles 10 de junio.
Tres meses han transcurrido desde que se ordenó el cierre de los balnearios del condado floridano, como medida preventiva para evitar la propagación del coronavirus. Carlos Giménez, alcalde condal, autorizó la reapertura en lo que se considera un paso significativo hacia ese oxímoron de moda que es la “nueva normalidad”.
La reapertura está acompañada de una serie de regulaciones que se deben cumplir por los bañistas y los negocios de la playa “para ayudar a evitar la propagación del COVID-19”, sostuvo el alcalde en el tuit donde dio la noticia de la reapertura.
Ahora, cuando llegue a la playa, notará que hay un grupo de empleados municipales velando que se cumpla la nueva reglamentación.
Opinión de los primeros bañistas
James, un jubilado amante del sol y la playa, sostuvo que “el hecho de que las personas comiencen a venir es una señal de esperanza. Indica que todo irá a mejor en un corto período de tiempo”.
Sin embargo, señaló que cuando fue a estacionar su vehículo “unos vigilantes le informaron de que el parking era solo para los residentes de Miami-Beach”, algo que no esperaba.
Yamileth, que tomaba el sol después de darse su primer baño de mar en tres meses, expresó estar muy feliz, “me encanta venir a la playa”.
Sobre las nuevas restricciones opinó “que se están tomando las medidas necesarias. Y ojalá la gente las siga al pie de la letra para mantenernos todos seguros”.
Justificó el cierre que hoy termina al señalar: “las playas tenían que cerrarlas. Teníamos que aprender a comportarnos y adquirir este nuevo estilo de vida”.
“Estoy segura de que la mayoría de las personas sabrá ahora cómo hacer un buen uso de las playas y cuidarse”, sostuvo Yamileth, quien trabajaba para Telemundo y perdió su empleo debido a la pandemia.
Dianco Lozano, padre de familia que jugaba con su pequeño en la arena, mostró su desacuerdo con el cierre de las playas. “No debieron cerrarlas nunca. Mira este aire, este oxígeno. Cuando usas la máscara estás respirando monóxido de carbono y te estás contaminando. Es algo contradictorio”.
“Están regulando por dónde entrar y salir de la playa. Tantas restricciones tiene a la gente de muy mal humor”.
“No sé cómo relacionaron el COVID-19 con el cierre de las playas. Las playas son 100% ó 200% saludables y la mejor prevención contra el coronavirus”.
“Estamos en el Siglo XXI, pero actuamos como si estuviéramos en el XIX, deberíamos tener la mentalidad más abierta”, concluyó Lozano, quien es especialista en deportes y masajista.
Mascarilla y distanciamiento
Nada es nuevo: se debe portar mascarilla facial, respetar el distanciamiento social en la arena y no formar grupos de más de 10 personas, aunque todos pertenezcan a la misma familia.
Los niños menores de dos años, las personas con problemas para respirar y aquellos que no puedan quitarse la mascarilla de forma autónoma, no tienen que llevarlas, dice la normativa. También están excluidos quienes estén realizando actividades físicas extenuantes. No obstante, deben llevarlas consigo y mostrarla, si les fuera exigido por una autoridad. En el agua tampoco es necesario usar la mascarilla. Incluso las autoridades advierten que no deben mojarse ya que así pierdan su efectividad.
Baños Públicos
La mascarilla debe usarse cuando se accede a los servicios sanitarios o baños públicos, donde habrá un conserje regulando y limitando el acceso para que se cumpla con el distanciamiento social. Los baños públicos se limpiarán cada dos horas y, de ser posible, se mantendrán las puertas abiertas para que se ventilen.
La arena
Las personas pueden hacer el uso de la arena y practicar las actividades habituales, tomar el sol, construir castillos, sentarse en sillas individuales, colocar toallas y caminar, siempre que se cumpla con el distanciamiento social. Los paseos se deben hacer usando la mascarilla. Se permite comer en grupos de una misma familia (hasta un máximo de diez personas). Se deben evitar reuniones de distintas familias, a no ser que guarden la distancia entre los dos grupos.
Actividades prohibidas es esta etapa
No se permitirá compartir sillas de playa, sombrillas o neveras refrigeradas entre personas de diferentes núcleos familiares. Tampoco se permitirá la instalación en la arena de carpas, tiendas de playa o toldos.
Las actividades deportivas organizadas y de grupos a partir de dos personas están prohibidas. Aquí se incluye voleibol, fútbol, frisbee y pádel.
Las áreas de picnic, los parques infantiles, las cabañas y zonas de celebración permanecerán cerradas hasta nuevo aviso.
Negocios en las playas
Miles de personas viven de los negocios relacionados con el sol y la playa. Muchos hoteles y pequeñas empresas han sido muy afectados por la pandemia. A partir de ahora se les permite alquilar hamacas y sombrillas, siempre que sigan las pautas recomendadas por el Centro de Control de Enfermedades (CDC). Las toallas deben cambiarse y enviarse a lavar después de cada uso. Las sillas, hamacas y sombrillas también deben desinfectarse después de cada uso, utilizando productos aprobados por la Agencia de Protección Ambiental ( EPA, por sus siglas en inglés).
Estas medidas también tiene que cumplirlas quienes alquilan kayaks, paddleboards y veleros. “Las embarcaciones deben desinfectarse entre cliente y cliente”.
Por su parte, los negocios de venta de alimentos deben seguir las pautas fijadas para los restaurantes en esta fase de “nuevo normal”.
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