Este resultado fue impulsado por una creciente participación electoral, en comparación con comicios realizados en 2017 y 2021, reflejo de un electorado que manifestó un renovado interés en el futuro de la gobernanza local.
La contienda para suceder al alcalde Francis Suárez, quien deja el cargo por límite de mandato, atrajo a un diverso campo de trece candidatos, entre ellos muchos rostros conocidos, pero ninguno logró consolidar la mayoría necesaria para una victoria directa.
Higgins, afiliada al Partido Demócrata, se posicionó a la cabeza con un 35.96% de los votos, mientras que González, vinculado al Partido Republicano, aseguró su pase a la segunda vuelta con un 19.47%.
Más allá de estos porcentajes, la jornada electoral se consolidó como un momento decisivo, en cuyo contexto los votantes señalaron a través de enmiendas un deseo colectivo de explorar nuevas direcciones para el liderazgo municipal y abrir un capítulo diferente en la historia política de Miami.
Futuro inmediato
Con el escenario listo para la segunda vuelta del 9 de diciembre, la contienda se perfila como un debate sobre qué tipo de nuevo liderazgo es el más adecuado para Miami. Higgins y González, con sus distintos perfiles y experiencias, ofrecen a los votantes dos visiones diferentes de lo que significa la reforma y el progreso.
Higgins ha interpretado su primer lugar como un respaldo a su plataforma de integridad y ética en el gobierno. En su celebración, se dirigió a sus seguidores hablando de superar la "disfunción" y el "caos".
En un comunicado posterior enviado a Diario Las Américas, afirmó: "Juntos, hemos pasado la página, y hemos abierto la puerta a una nueva era para nuestra ciudad, definida por un liderazgo ético y responsable". Su campaña busca enmarcar la elección como una oportunidad para instalar un gobierno que priorice la transparencia y la confianza pública por encima de todo.
González, por su parte, se proyecta como un administrador con la experiencia necesaria para gestionar eficazmente la ciudad, pero desde la perspectiva de alguien que no es un "político de carrera".
"Los residentes de la ciudad de Miami han hablado. Quieren ver algo diferente", declaró la noche electoral.
Al diferenciarse de su oponente, González dijo apelar a los votantes que buscan una gestión pragmática y orientada a resultados, alejada de las “dinámicas políticas tradicionales”. La campaña de Higgins ya ha respondido, sugiriendo que la experiencia de González como administrador lo sitúa precisamente dentro del sistema que los votantes buscan cambiar.
Esta elección presenta a los votantes una disyuntiva interesante. "Es una decisión importante sobre el futuro de nuestra ciudad", reflexionó Isabella Martínez, una profesional que reside en el sector de Shenandoah. "Higgins propone un cambio enfocado en la ética, lo cual es muy necesario. González ofrece experiencia en la gestión, que también es crucial para que la ciudad funcione bien. Tendremos que decidir qué cualidad es más importante para el momento que vive Miami".
Colegio electoral Miami City Hall 4
Transformación silenciosa
Quizás el legado más perdurable de esta elección no resida en los candidatos electos, sino en las decisiones estructurales que tomaron los ciudadanos a través de los referendos. Con un apoyo rotundo, los votantes aprobaron tres de cuatro enmiendas a la carta municipal, sentando las bases para un gobierno local más moderno y participativo.
La Enmienda 4, que recibió un 79% de votos a favor, establece límites de mandato de por vida para el alcalde y los comisionados. Esta medida, que es retroactiva, fomenta la renovación constante del liderazgo político y, según el espíritu de la propuesta, asegura que nuevas voces tengan la oportunidad de servir en el Ayuntamiento.
De igual importancia fue la aprobación de la Enmienda 3, con un 77.5% de apoyo. Esta reforma promueve la imparcialidad en el proceso electoral al crear un Comité Ciudadano de Redistribución de Distritos, con lo que transfiere la responsabilidad de dibujar los mapas electorales de los comisionados a este nuevo organismo ciudadano.
"Para mí, votar por las enmiendas fue clave", confesó Luisa Fernández, una maestra de Allapattah. "Son cambios que nos fortalecen como comunidad y hacen que el sistema sea más justo para todos, sin importar quién esté en el poder. Se trata de mejorar las reglas del juego para el futuro".
Además, la aprobación de la Enmienda 1 (76% a favor) establece una Comisión de Revisión de la Carta Constitucional para asegurar que la "constitución" de la ciudad sea revisada periódicamente por los propios residentes.
La única propuesta rechazada fue una que habría facilitado la venta de propiedades de la municipalidad, lo que indica un deseo de los ciudadanos de mantener un control estricto sobre los activos públicos.
Voto por la renovación
La narrativa principal que emergió de la jornada electoral fue la clara preferencia de los votantes por un cambio de liderazgo y la incorporación de nuevas perspectivas en el Ayuntamiento.
Este sentimiento se reflejó en los resultados de varios candidatos con largas y reconocidas trayectorias en la política local. El exalcalde y comisionado Joe Carollo, una figura de gran notoriedad durante décadas obtuvo el 11.48% de los votos en su aspiración por volver al cargo de alcalde.
El excomisionado Alex Díaz de la Portilla, también un nombre familiar en la política de Miami recibió el 5.14% del apoyo. Por su parte, el exalcalde Xavier Suárez, cuya familia tiene una larga historia de servicio público, alcanzó el 4.94%.
"Amo a Miami, y siento que estamos en un momento crucial. Quería que mi voto contribuyera a una nueva visión", comentó Carlos Rodríguez, un residente de La Pequeña Habana. "Respeto a quienes han servido a la ciudad por años, pero sentí que era el momento de abrir paso a nuevas ideas, de darle una oportunidad a otra generación de líderes".
El hecho que figuras veteranas no lograran captar el apoyo esperado sugiere un electorado en busca de un nuevo tipo de representación, más alineado con los desafíos y oportunidades del Miami del siglo XXI.
El contexto electoral sin duda influyó en el ánimo de los votantes. La discusión previa sobre la fecha de las elecciones, que culminó con una decisión judicial que las mantuvo en noviembre, generó un intenso debate público sobre el funcionamiento del gobierno de la ciudad.
Esta controversia parece haber motivado a muchos ciudadanos a participar, convencidos de la importancia de hacer oír su voz en un momento decisivo para la dirección futura de la ciudad.
Participación ciudadana
Este claro mandato por la renovación fue impulsado por un incremento en la participación electoral. La tasa final del 21.67% es una mejora respecto al 17.57% de 2021 y al 13.89% de 2017, lo que demuestra un electorado más comprometido y atento al destino de su ciudad.
El debate público en los meses previos a la elección parece haber despertado a un sector de la ciudadanía. "Esta elección se sintió diferente, más personal", comentó Javier Pérez, un joven emprendedor del área de Brickell. "Se discutieron temas fundamentales sobre cómo debe funcionar nuestro gobierno, y creo que mucha gente entendió que su participación era esencial".
Así, sin importar quién resulte ganador el próximo 9 de diciembre, ya sea Eileen Higgins o Emilio González, heredará el liderazgo de una ciudad en plena transformación.
El próximo alcalde o alcaldesa no solo tendrá que responder a un electorado que ha expresado un claro deseo de cambio, sino que también deberá gobernar bajo una estructura de poder redefinida por los propios ciudadanos, diseñada para fomentar la renovación, la transparencia y la participación.
Miami votó y se alista para hacerlo de nuevo en diciembre, y su mensaje es inequívoco: los votantes no solo han elegido un nuevo rumbo, sino las bases para un nuevo comienzo.