MIAMI. – Tras su participación en el X Diálogo Presidencial del Grupo IDEA, Rosa María Payá, líder del movimiento Cuba Decide, compartió una reflexión profunda sobre el papel del régimen castrista en la desestabilización regional y la urgencia de una acción internacional decidida en favor de la libertad del pueblo cubano.
“Los expresidentes que integran el Grupo IDEA son amigos de muchos años. Cuba Decide nació junto con IDEA: un grupo de exmandatarios apoyó la fundación de nuestro movimiento y, desde entonces, han sido embajadores de la causa de la libertad, especialmente de la libertad de Cuba”, explicó en entrevista con Diario Las Américas.
Con voz firme, subraya que el momento actual es tan crucial como decisivo. “Creemos que Venezuela puede ser libre en cualquier minuto y que el régimen cubano está abusando del pueblo de la manera que lo está haciendo. Aunque la noche parece oscura, la demanda de cambio en Cuba es más clara que nunca. Nos sentimos optimistas, pero necesitamos acción internacional, necesitamos acompañamiento al pueblo cubano”.
En ese sentido, destaca la importancia del foro: “El diálogo de hoy es muy importante porque estos embajadores deben convertirse en soldados, en voces activas que empujen a los gobiernos a hacer lo que hay que hacer en apoyo a las demandas de cambio del pueblo cubano”.
"La libertad de las Américas depende de la libertad de Cuba."
Rosa María Payá lo afirma sin titubeos. Sabe que la dictadura cubana no solo oprime a su pueblo, sino que extiende su maquinaria de control y corrupción más allá de la isla, contaminando las democracias del continente.
“El régimen cubano es la cabeza del pulpo autoritario que ha avanzado por América Latina. No estaríamos hablando de liberar Venezuela si no hubiera sido por el elemento castrista que apoyó a Hugo Chávez y luego consolidó a Nicolás Maduro. Tampoco existirían los centros de tortura en Nicaragua sin la participación del G2 cubano, ni la desestabilización en Bolivia, Ecuador, Colombia o Chile sin los tentáculos de la dictadura cubana.”
Para Payá, el castrismo ha sido “el centro de la desestabilización del continente por décadas”. Su efecto, dice, ha impedido el desarrollo democrático y la prosperidad en la región. “Apoyar al pueblo cubano en su lucha por la libertad es apoyar la estabilidad democrática en toda América. Cuba es el muro de Berlín de nuestros tiempos, y derribar ese muro depende de los cubanos, pero también de la comunidad internacional”.
No obstante, insiste en que Estados Unidos tiene un papel crucial, más aún ante el abandono o la complicidad de otros gobiernos de la región. “Estamos hablando de una dictadura que todavía tiene acceso al sistema financiero internacional, que es recibida en foros diplomáticos como si fuera legítima. Pero no lo es. Debe ser tratada como lo que es: un paria. Por eso pedimos el apoyo de Estados Unidos para cortar los flujos de dinero, muchas veces criminales, que sostienen a los represores en el poder”.
Con esperanza y determinación, Rosa María enfatiza que la oposición y la sociedad civil están listas. “Tenemos un plan de transición que incluye ayuda humanitaria, recuperación económica y un cambio político definitivo. Los cubanos necesitamos ayuda ya, pero también tenemos la capacidad y el proyecto para reconstruir el país. Queremos llevar a Cuba hacia la democracia, hacia la libertad y hacia una posición donde es irreversible volver a la dictadura. La oposición y a la sociedad civil estamos listos y podemos proveer esa alternativa.”
Antes de despedirse, deja un mensaje claro:
“El pueblo cubano está demandando el cambio. Solo falta que la comunidad internacional sea más firme en su presión sobre los que están en el poder. Estados Unidos entiende bien el problema: para tener unas Américas estables, hay que decapitar al pulpo que vive en La Habana. Y espero que sigan los pasos concretos para apoyar la demanda de cambio del pueblo cubano.”