MIAMI.- Como un “dictador terrible” para su pueblo y la estabilidad de Estados Unidos y América Latina calificó este viernes el senador estadounidense Rick Scott al recién reelecto 'presidente' de China, Xi Jinping, en una elecciones en las que solo participa el cuerpo legislativo de la agrupación política Partido Comunista Chino.
En una breve comparecencia ante los medios después de su intervención en la Cumbre de las Américas de Concordia, en la Universidad de Miami, el legislador federal floridano afirmó que Jinping es un gobernante al “que no le gustan los derechos humanos”.
Xi fue designado para un tercer periodo de cinco años como mandatario del gigante asiático, con lo que se encaminaría a permanecer en el poder de por vida, según analistas, en un momento de graves desafíos económicos y crecientes tensiones de China con Estados Unidos y otros países.
“Xi es un dictador muy terrible. No le gustan los derechos humanos para el pueblo de China, tampoco para el pueblo de Estados Unidos ni de América Latina”, opinó Scott.
El respaldo obtenido como presidente por parte de la Asamblea Popular Nacional de China era previsible para un gobernante que ha marginado a posibles rivales y llenado las filas superiores del Partido Comunista, con simpatizantes suyos desde que asumió el poder en 2012.
“Esto es terrible para la estabilidad de los Estados Unidos y de Latinoamérica”, sentenció Scott, en cuyo discurso en el encuentro anual de la Fundación Concordia criticó fuertemente el papel asumido por China en el contexto internacional, especialmente en América Latina.
En su exposición, Scott lanzó la frase lapidaria: “La China comunista ha elegido ser enemiga de Estados Unidos”, al tiempo que expresó su preocupación sobre la “creciente” influencia del régimen chino en la región.
“China está tratando de expandir su influencia en todo el mundo, y América Latina no es una excepción. China está comprando compañías y recursos naturales, y está ganando una gran cantidad de poder e influencia en la región”, añadió.
Según el senador republicano y exgobernador de la Florida, la inversión de China en América Latina tiene motivaciones ocultas. “China no está interesada en el desarrollo y la prosperidad de los países de la región, sino en su propia agenda política. Está buscando crear una red de países aliados que pueda ayudarlos a expandir su influencia y apoyar su agenda global”, declaró.
Scott también destacó la importancia de que Estados Unidos se involucre más en la región latinoamericana para contrarrestar la influencia de China.
Según sus palabras, “necesitamos fortalecer nuestros lazos con nuestros vecinos en América Latina y ofrecer alternativas atractivas a la influencia china”.
A lo que sumó: “Estados Unidos tiene una larga historia de amistad y cooperación con nuestros vecinos del sur, y debemos continuar trabajando juntos para fortalecer nuestros lazos y promover la libertad y la democracia en toda la región”.
El legislador federal ha sido un crítico frecuente de China y ha abogado por políticas más agresivas hacia ese país del Oriente.
Opinó que tanto Xi Jinping, como los gobernantes Vladimir Putin de Rusia y el ayatolá Ali Jamenei de Irán “no tienen ningún interés en unirse a la comunidad de naciones a la que pertenecemos; solo quieren gobernar sobre la comunidad global”.
Por eso, desde su punto de vista, estos líderes “se han aliado con los regímenes comunistas ilegítimos de Cuba, Venezuela y Nicaragua”, bajo la premisa de que “al afianzarse en estos países, pueden extender su influencia como un cáncer por toda América Latina y expulsar el buen poder de la libertad”.
Scott llamó a tomar pasos para que “eso no suceda” mediante la "promoción de los mercados libres y el capitalismo para que la gente de estas naciones pueda prosperar y ser independiente de la opresión a la que dictadores como Díaz-Canel y Maduro buscan forzarlos”.
En ese contexto, el legislador criticó al presidente Joe Biden, a quien estimó “confundido” y como un mandatario que “se niega a usar su voz y su poder para apoyar esta justa causa”.
Aseveró que Biden y la mayoría de los demócratas en Washington han “abandonado por completo a América Latina”.
“Peor aún”, dijo, “estamos viendo que esta administración elige activamente el apaciguamiento con Maduro y Díaz-Canel”, lo que a su juicio “no solo envalentona a estos dictadores despiadados y asesinos, también beneficia a sus malvados amigos en Rusia, la China comunista e Irán”.
La creciente influencia de China en América Latina ha sido un tema de preocupación para políticos y expertos en relaciones internacionales, algunos de estos invitados al encuentro de Concordia en Miami, como el expresidente boliviano Jorge ‘Tuto’ Quiroga.
A medida que China aumenta su inversión y presencia en Latinoamérica, muchos temen que pueda debilitar la influencia de Estados Unidos en la región y fomentar regímenes autoritarios.
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El presidente del régimen comunista de China, Xi Jinping.
AP/ Ng Han Guan