miércoles 18  de  septiembre 2024
ESCRITOR CUBANO

La crisis de los cubanos emigrantes

Como una treta de fuerza, el Gobierno castrocomunista propició ese flujo de cubanos vía Ecuador, de donde parte la numerosa caravana que en su camino tropezó con un obstáculo insalvable: Nicaragua

Diario las Américas | ANGEL CUADRA
Por ANGEL CUADRA

El establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Gobierno de Estados Unidos y la dictadura castrocomunista se ha recibido con beneplácito por la mayoría de la opinión internacional. No pocos opinan que con los consecuentes intercambios comerciales vendrá una gran mejoría en la situación económica del pueblo de Cuba, lo cual es una esperanza para el mismo y, desde luego, también un beneficio directo para el Gobierno cubano, al cual le interesa mantener esa expectativa y una buena visión internacional.

Pero en una contradicción con esa expectativa, en lugar de la lógica complacencia del pueblo, del ciudadano común, se han incrementado en forma alarmante los intentos riesgosos de la Isla y, sobre todo, el más alarmante flujo migratorio para marcharse hacia los Estados Unidos principalmente.  Fenómeno que se ha constituido en una gran crisis migratoria con la acumulación de unos 3,000  cubanos en la frontera de Costa Rica y Nicaragua, país este último que ha cerrado sus fronteras para impedir el paso de esos cubanos que intentan llegar hasta los Estados Unidos.

Entre las  “exigencias” que el Gobierno castrocomunista ha estado haciendo a los Estados Unidos bajo la cobertura de las nuevas relaciones diplomáticas, está el que se derogue la Ley de Ajuste Cubano que privilegia a los que arriban a Estados Unidos , para su residencia en dicho país.

Para buscar una solución a este conflicto se efectuó una reunión  en El Salvador de varios países que integran el SICA, Sistema de Integración Centroamericana, pero Nicaragua se mantuvo intransigente en su posición de cerrar el paso por su frontera a los cubanos congregados en Costa Rica, obstaculizando una inmediata y urgente solución a este conflicto.

Esta crisis dramática despierta muchas suspicacias. El Gobierno cubano ha facilitado una gran cantidad de pasaportes.  Centenares de cubanos han estado saliendo diariamente hacia Ecuador, donde no necesitan visa para entrar y desde allí empieza la caravana hacia la frontera México/Estados  Unidos.  En esto hay negocios turbios de factores internacionales: la aventura suele tener un precio.

El Gobierno de Cuba no ha podido conseguir su exigencia de la derogación de la Ley de Ajuste Cubano (lo que requiere un proceso especial).  Ante la visión internacional ese éxodo masivo proyecta  una imagen negativa, porque los cubanos se marchan en masa a pesar de las cacareadas bienandanzas como un espejismo que traerán las relaciones con Estados Unidos,  para el futuro de Cuba. Y en su desconfianza ha aumentado dramáticamente el flujo migratorio a toda costa de miles de cubanos.

Como una treta de fuerza, el Gobierno castrocomunista propició ese flujo de cubanos vía Ecuador, de donde parte la numerosa caravana que en su camino tropezó con un obstáculo insalvable: Nicaragua, que cerró su frontera  para esos 3000 cubanos… ¿por su propia decisión, o por indicación –y complicidad- con el Gobierno de Cuba en esa artimaña?

El conflicto no tiene solución de presente. Y puesto en el tablero de juego,  sólo podría resolverse si Estados Unidos quita para siempre el estímulo de privilegio para los cubanos que concede la Ley de Ajuste Cubano, pretensión que tiene la exigente consigna del Gobierno castrocomunista, pérfido y tramposo, al conjuro de las relaciones diplomáticas que se iniciaron. De todo esto la fundada suspicacia que este conflicto despierta.

Los alegatos de Nicaragua en la reunión del SICA, en El Salvador, es que si este país deja el paso a esos cubanos, eso significaría que “El gobierno de Nicaragua estaría prestándose a legitimar políticas ilegales (se refiere a la Ley de Ajuste Cubano) que hacen daño al Gobierno y al pueblo de Cuba”. Y exhorta a Estados Unidos a “corregir y cambiar esta situación”.

O sea, que al derogar la Ley de Ajuste Cubano, se acabaría para siempre  el flujo desesperado de los cubanos para irse del país (como si fuera éste el único motivo que los anima a escapar), y echando así la responsabilidad de ese éxodo –que, por otra parte, ya venía ocurriendo antes de existir dicha ley– a los Estados Unidos, al que se forzará a aceptar la exigencia altanera del Gobierno castrocomunista en la reanudación de las relaciones diplomáticas y su corolario económico.

De modo que el complot entre Cuba, Ecuador y Nicaragua es la táctica pérfida que el castrocomunismo emplea como treta de fuerza contra los Estados Unidos, bajo la cobertura de las nuevas relaciones diplomáticas de los dos gobiernos.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar