MIAMI.- En opinión de la líder de oposición, María Corina Machado, el régimen de Nicolás Maduro está tan débil, rechazado por su propio pueblo, sufriendo fracturas dentro de su partido, que una renovada campaña de presión por parte de Donald Trump y sus aliados podría de hecho empujar al autócrata venezolano a negociar su propia salida, dijo en una entrevista virtual ofrecida al New York Times (NYT).
Machado argumentó su posición que Venezuela ofrece “algo extremadamente tentador al presidente electo Donald Trump: una enorme victoria en política exterior a muy, muy corto plazo”.
Esta campaña de presión, dijo, podría incluir la revocación de la reducción de las sanciones establecidas por Joe Biden y la presentación de nuevos cargos penales contra los aliados de Maduro, dijo Machado en la entrevista virtual con NYT.
Elogió la selección por parte de Trump de Marco Rubio, senador por Florida, como secretario de Estado y de Mike Waltz, representante de Florida, como asesor de Seguridad, cargos que serán clave en la definición de la política estadounidense hacia Venezuela.
Rubio, a quien Machado conoce desde hace más de una década, ha apostado su carrera política en parte a un enfoque sin concesiones hacia los autoritarios de izquierda en América Latina.
Fue uno de los artífices de la anterior política de Trump hacia Venezuela, una campaña denominada de máxima presión que incluía amplias sanciones a la vital industria petrolera del país.
Para Machado, “Maduro está financieramente quebrado y se ha distanciado de aliados claves, como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, y ha perdido tanto apoyo público que se ha visto obligado a lanzar su campaña de represión más brutal hasta ahora, para mantenerse en el poder”.
Y lo que quizás sea en su opinión lo más importante el pueblo venezolano "está ahora en gran medida unido en torno a un presidente elegido democráticamente: Edmundo González Urrutia".
Machado aún no ha hablado ni con Rubio ni con Waltz tras sus nombramientos, pero dijo que sus equipos y el suyo estaban en “comunicación permanente”.
Movilizó a millones
La líder venezolana María Corina Machado, quien movilizó a millones de personas a votar contra Nicolás Maduro el 28 de julio, dijo que estaba escondida en un lugar secreto dentro de su país y recordó que quien la ayude podría ser detenido o podría conducir a agentes del gobierno hasta ella.
Se le reconoce que impulsó a una nación a derrocar al autócrata de Venezuela en las urnas, pasando meses rodeada de gente y llenando las avenidas de partidarios que se arriesgaban a palizas y detenciones solo para oírla hablar.
Ahora, con el presidente Nicolás Maduro acusado de robar las elecciones y su gobierno amenazando con capturarla, María Corina Machado, la popular líder de la oposición venezolana, se ha escondido, sola.
Apodada la “Dama de Hierro” del país, por su política conservadora y su férrea determinación, trabaja sin descanso, celebrando reuniones virtuales con ministros de Relaciones Exteriores y organizaciones de derechos humanos, instándoles a recordar que una amplia coalición de países reconoce que su candidato elegido, Edmundo González, ganó la votación de julio por un amplio margen (con 70% de los votos) y debería tomar posesión en enero.
Pocas horas después de las elecciones, Maduro declaró la victoria, pero no presentó ninguna prueba que respaldara su afirmación. En respuesta, el equipo de Machado recogió y publicó las actas de escrutinio de más del 80% de los centros de votación.
Al descubierto
Aunque muchos analistas dicen que las recientes elecciones dejaron al descubierto las debilidades de Maduro, pocos creen que el autócrata, que está siendo investigado por crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional y que podría ser arrestado si es destituido, tenga muchos incentivos para irse.
Es evidente que Maduro necesita que Estados Unidos levante las sanciones, mientras que a Trump, quien ha prometido llevar a cabo deportaciones masivas, le vendría bien la ayuda del líder venezolano para cumplir su promesa.
No está claro si el gobierno de Maduro conoce la ubicación de Machado. La lectura de Laura Dib, experta en Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos dice que “ellos saben el costo político que tendría privarla de libertad y en este momento no están dispuestos a hacerlo, más bien quieren jugar al desgaste”.
Muchos líderes de la oposición han ido y venido en Venezuela a lo largo de los años; pocos han construido una coalición tan amplia como Machado. Machado, hija mayor de una importante familia de empresarios del acero, lleva casi dos décadas intentando sacar del poder a Maduro y a su predecesor, Hugo Chávez.
En campaña, fue recibida casi como una figura religiosa, a menudo vestida de blanco, prometiendo restaurar la democracia y reunir a las familias desgarradas por la crisis económica y la migración masiva.
En el primer mandato de Donald Trump, Maduro caracterizó al presidente estadounidense como el enemigo imperialista número uno. Pero en los días transcurridos desde que Trump ganó un segundo mandato, Maduro ha intentado ganarse su favor, expresado públicamente su esperanza de que ambos puedan trabajar juntos.
FUENTE: New York Times / Redacción Diario las Américas