A Michael Caine, Harvey Keitel y Jane Fonda no hay que presentarlos. Tampoco a Rachel Weisz. Inclúyase a Paul Dano, el Alex Jones de Prisoners>, y ya tenemos la cabecera en el reparto de Youth (Juventud), la película del italiano Paolo Sorrentino que desde el mes pasado circula en DVD con subtítulos en español.
Caine hace el papel de Fred Ballinger, un director de orquesta y compositor musical retirado que pasa unos días de descanso en un lujoso resort de los Alpes suizos. Allí se hospeda Mick (Kaitel), el cineasta también octogenario que prepara con un equipo de escritores el que será su testamento fílmico. Weisz es Lena, la hija y secretaria personal del afamado músico; Fonda, la estrella que protagonizará la película de Mick, y Dano es Jimmy Tree, un actor relativamente joven, pero ya célebre, que permanece en el resort por razones de trabajo, preparando su próximo personaje.
Más que una ocasión para que los viejos amigos reflexionen y hablen entre sí de las cosas que todavía recuerdan y para que se pregunten adónde fueron a parar las que ya olvidaron, Youth es un ensayo sobre el reto de aligerar el peso del tiempo y de la experiencia en la vida de los intelectuales y, por extensión, de todos los seres humanos. Aunque en algún momento Ballinger le asegura a Tree que por consejo de Stravinsky él no es un intelectual, la realidad es otra. Su dedicación a pensar la música inspira algunos de los diálogos más elocuentes y también el mejor monólogo de toda la película, cuando Lena, la hija, le dispara un inventario de reproches largamente contenidos que retratan no sólo la relación entre ambos, sino el carácter de cada uno.
Sorrentino, que ganó en el 2014 el Oscar a la mejor película extranjera con The Great Beauty, su primer largometraje filmado en inglés, quiere ir más allá de la contemplación de la madurez para meterse en el terreno de los desafíos personales y en el cuestionamiento de los estereotipos. Y aquí, por suerte, entran en el juego todos los personajes.
Al principio, Bellinger se niega cuando un emisario de la Reina Isabel le ruega que dirija el concierto con el cual ella agasajará a su esposo, el Príncipe Felipe, en su cumpleaños. Luego el emisario volverá a insistir y el músico le dirá por qué no lo hace en presencia de su hija. Ella, a su vez, recibirá una noticia devastadora que va a despertar sus sentidos “a un perfume nuevo”. Y Tree, el actor joven que anda en pleno proceso creativo, aprenderá una lección de quien menos lo esperaba: una Miss Universo.
Por momentos Youth parece estar evocando situaciones de la vida real en las cuales Sorrentino encontró material dramático para ciertos homenajes, no siempre cinematográficamente valiosos. Aunque la película está dedicada a Francesco Rosi, el director de El caso Mattei y Cristo se detuvo en Eboli, no sé si el Mick de Kaitel tenga muchos puntos de contacto con él. El que da una pista más clara es el personaje episódico inspirado en Diego Armando Maradona. Resulta que, cuando el cineasta tenía 16 años, sus padres murieron víctimas de un accidente con la calefacción de la casa donde pasaban vacaciones en la montaña. Sorrentino asegura que Maradona involuntariamente le salvó la vida porque él no hizo el viaje para verlo jugar.
Al margen de esas fugaces digresiones, Youth es una película serena y reflexiva, con un Michael Caine dispuesto a no dejar escapar la oportunidad de infundirle a su personaje la mirada penetrante del que ha visto mucho y, cuando menos, entendido algo; en especial, la sorpresa de que nunca se termina de aprender.