CAMILA MENDOZA
@camila@mendoza
“Yo trato de entender siempre el escenario desde el cual estoy reportando. A mí me parece que ese periodismo antiséptico en el que uno está trabajando en un laboratorio en el que las personas involucradas son vistas como ratones de probeta no genera nada”
CAMILA MENDOZA
@camila@mendoza
Era una de las coberturas periodísticas más esperadas y polémicas del 2015 y Juan Manuel Cao no decepcionó.
Semanas de trabajo continuo y más de cinco mil kilómetros de recorrido por carretera que comenzaron en San José de Costa Rica, llevaron al presentador y escritor cubano junto a su equipo del programa El Espejo por una ruta maratónica, que incluyó cuatro despegues y cuatro aterrizajes en apenas 16 horas.
Se le vio conmovido, comprometido y hasta cantando en la ‘guagua’ con sus compatriotas durante una travesía que parecía nunca acabar para sus cientos de connacionales que se suman a un éxodo que cada año aumenta, según la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
“Yo trato de entender siempre el escenario desde el cual estoy reportando. A mí me parece que ese periodismo antiséptico en el que uno está trabajando en un laboratorio en el que las personas involucradas son vistas como ratones de probeta no genera nada. Lo deshumanizado no me interesa en lo más mínimo”, comenta Juan Manuel a lo largo de este café.
“Yo hago un programa de opinión y sí, me tiro de barriga y que salga el sol por donde salga. Puedo equivocarme, no lo voy a negar, pero esas personas son nuestra sangre”, agregó.
Enérgico y empático, Juan Manuel reportó con entrega y -según muchos- con grandes tintes de complicidad, por lo que su periplo continúa despertando aplausos pero también críticas. Y es que claro, no era un evento menor.
“No creo ser un periodista que haga militancia pero tengo mis convicciones. En estos casos lo importante es apegarse a la verdad, describiendo los hechos y su trasfondo. La noticia era que había ocho mil cubanos en Costa Rica desesperados viviendo al aire libre con sus familias. Ni siquiera me detuve a analizar de qué o de quién eran víctimas, tampoco hice prácticamente ninguna pregunta de carácter político, quienes hablaron de política lo hicieron espontáneamente. No me metí en eso porque entiendo que hay una comunidad dividida”.
Con una vasta experiencia cubriendo el éxodo de cubanos, Juan Manuel reportó la crisis de los balseros en la primera mitad de los noventa, visitó la base naval de Guantánamo, y acudió a los campamentos de Panamá, Gran Caimán y Bahamas, donde también hubo miles de refugiados. Según su criterio, esta crisis migratoria en Centroamérica forma parte del último capítulo de una dura huida que comenzó en la década del 60.
“Este ha sido un exilio muy largo, de más de la mitad de un siglo. Y creo que quienes vinieron al principio no se sienten representados ni tampoco identificados con los cubanos de hoy en día, pero yo creo que es injusto, porque no sólo hay brecha generacional entre ellos sino también vivencial”.
Se puede discutir largamente sobre lo que en inglés llaman el advocacy journalism, sin embargo, Juan Manuel está consiente de que quienes hoy le disparan críticas y rasgan vestiduras (ejercicio gratis e impune en estos días), poco hacen para revivir la supuesta solidaridad entre cubanos, que para muchos ya es cosa del pasado.
“Hay un crisis de identidad porque en Miami hoy conviven distintos tipos de exiliados. Pero más allá del rollo político, yo creo firmemente que hay que ayudar a estos cubanos porque son nuestra gente. Por ahora hay que reaccionar ante la crisis, ya después sacaremos las consideraciones políticas”
Juan Manuel Cao sigue la cobertura noticiosa del éxodo a través de su programa El Espejo, y América TeVé prepara un documental sobre la crisis migratoria impulsado por Miguel Cossio, director de noticias de la estación televisiva.
