El problema creado por el actual flujo migratorio de miles y miles de cubanos huyendo a la estampida de Cuba en caravanas incontenibles, en busca de las fronteras de Estados Unidos, para refugiarse en ese país, ha tomado característica de conflicto internacional. (Desde luego, ya nadie duda de que dicha crisis ha sido, originalmente, una treta tramposa del Gobierno castrocomunista, para conseguir un propósito, desde una posición de fuerza, frente a los Estados Unidos, y esto ya lo hemos comentado anteriormente.
Asombra ver cómo la opinión internacional, en gran parte, en relación con este problema, o tiene una lamentable miopía –política y racional- , o son sus rectores cómplices detestables e indolentes del gobierno dictatorial castrocomunista. Ahora increíblemente amparado por la actual Administración de los mismos Estados Unidos.
Cómo seguir afirmando que ahora con estas relaciones diplomáticas va a ser favorecido el pueblo cubano –el “pueblo llano”, me refiero- si estamos asistiendo a la multitudinaria escapada de miles y miles de cubanos, a todo riesgo, por los caminos y medios más insólitos, intentando marcharse del país.
En casos como estos, la acción vale más que las palabras. Si los cubanos de la Isla se escapan de la misma, eso es una afirmación efectiva de que allí no tienen futuro¸ que el pueblo cubano no cree que el sistema sociopolítico que se mantiene en Cuba no va a cambiar, y se apuran ante el temor de que se derogue la Ley de Ajuste Cubano, y se les cierren las puertas del refugio norteamericano, y que se queden, entonces, como en un campo de concentración entre las alambradas simbólicas de mas que rodea la Isla.
Cerrada por el Gobierno de Nicaragua su frontera con Costa Rica, no debía continuar ese éxodo desesperado, y sin embargo, siguen saliendo y tomando los caminos más riesgosos, aún cuando no haya muchas posibilidades de alcanzar el objetivo.
Este es el caso, entre otros, de más de 200 cubanos que cayeron en un pequeño pueblo de Panamá llamado Puerto Baldía, al que no hay acceso más que por mar o por avión. El lugar hace frontera con Colombia, y la mayoría de los allí atrapados salieron de Ecuador en pequeños grupos, atravesando la selva colombiana, con los peligros que sabemos que eso conlleva.
Esos cubanos están agrupados en el citado pueblo, en unas carpas improvisadas. Las autoridades locales no poseen medios ya para la subsistencia de esos cubanos. A ellos les dijeron que en breve les otorgarían de un permiso de tránsito para llegar a la capital de Panamá, de eso hace más de 15 días, y nada se les ha resuelto.
Ellos creen que en dicha capital les darán una especie de salvoconducto por tres días, para poder pasar por Coste Rica, y poder seguir rumbo a Estados Unidos. Pero en Costa Rica se ha cerrado oficialmente la frontera, y según se comenta no procesarán más cubanos que los que ya están allí. Luego todo indica que se verán en un callejón sin salida, y acaso espera que en un posible arreglo internacional resuelvan esa situación criminal en la que la dictadura castrocomunista los ha empujado.
En Puerto Baldia, pequeño poblado aislado, de no más de 400 habitantes, hay una cabina telefónica pública a la que se puede llamar al Tel. O11- 507- 333-2042, cabina cercana al lugar donde están esos cubanos y pueden ser llamados a dicha cabina. Por esa vía hace pocos días habla con uno de esos cubanos, que se llama Isván Basulto, natural de Camagüey. No lo conozco, pero le habían dado mi teléfono una tercera persona, que sí conozco. Me describió la situación difícil e incierta en la que está esos cubanos que piden algún auxilio para salir de la encrucijada en la que se encuentran.
Y todavía hay miopes o cómplices en el mundo que creen que –incluso de inmediato- el futuro del pueblo llano de Cuba va a mejorar con las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, las cuales, en la realidad objetiva, va a servir sólo y en mayor a la camarilla gobernante castrocomunista. Eso lo testimonian mejor con su acción los miles de cubanos, en su nuevo éxodo errante por los más insólitos caminos del mundo.