LA HAYA.- Polémico, provocador y enemigo declarado de la corrección política, el populista de derecha holandés Geert Wilders ya lleva 14 años dominando el escenario en el Parlamento de La Haya.
LA HAYA.- Polémico, provocador y enemigo declarado de la corrección política, el populista de derecha holandés Geert Wilders ya lleva 14 años dominando el escenario en el Parlamento de La Haya.
Con su Partido por la Libertad (PVV), Wilders concurre a las elecciones del 15 de marzo en Holanda defendiendo posiciones tan radicales como una prohibición del Corán ("un libro fascista"), el cierre de todas las mezquitas, un veto a la entrada de musulmanes, la restauración de los controles fronterizos y la salida de Holanda de la Unión Europea.
El político de extrema derecha, de 53 años, es protegido las 24 horas del día por guardaespaldas después de que recibiera amenazas de muerte de círculos islamistas. Wilders, al igual que su gran modelo político, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desconfía de los medios establecidos, raras veces da entrevistas y usa Twitter como canal de comunicación preferido.
De elevada estatura, con su característico cabello teñido de rubio peinado hacia atrás, el ex gestor comercial de seguros, casado en segundas nupcias con una judía húngara, entró en el Parlamento holandés en 1998 por el Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD, de tendencia liberal-conservadora). Tras su ruptura con este partido, fundó en 2006 el Partido por la Libertad.
El PVV logró su mayor éxito electoral ese mismo año, cuando se convirtió con 24 mandatos en la tercera fuerza política del país. Hasta 2012, cuando retiró su apoyo en desacuerdo con la política de austeridad del primer ministro Mark Rutte, Wilders permitió que gobernara una coalición de minoría formada en 2010 por el VVD y el partido demócratacristiano CDA.
Como diputado, Wilders ha dado muestras de su gran talento como polemista. "Casi nadie como él domina tan bien el arte de debatir en el Parlamento", señaló el historiador Meinert Fennema, que escribió una biografía sobre Wilders, en una entrevista con dpa.
Según Fennema, para Wilders "el Parlamento es algo así como una segunda casa. Y es que no puede ir a otro lugar. No puede ir al restaurante o al cine porque como consecuencia de sus manifestaciones antiislámicas corre mucho peligro. Uno podría decir que prácticamente ha sido condenado a cadena perpetua".
Wilders siente un profundo odio hacia el islam, una "religión del desierto" que en realidad es una "ideología terrorista". El odio lo justifica en sus propias experiencias en países árabes y en su gran amor por Israel, país donde vivió en su juventud durante dos años.
"La ideología islámica probablemente sea aún más peligrosa que el nacionalsocialismo", afirmó Wilders en una entrevista concedida con miras a las elecciones parlamentarias del 15 de marzo, a las que su partido concurre con el eslogan "Devuelvan Holanda a los holandeses".
En diciembre pasado, un tribunal holandés le condenó por incitación al odio y la violencia hacia los marroquíes que residen en Holanda, aunque no le impuso ninguna pena. Poco tiempo después, decidido a no callarse, volvió a ofender a la comunidad marroquí en Holanda llamándola "chusma".
FUENTE: dpa