sábado 15  de  febrero 2025
CONFLICTO

Crece la tensión en Siria entre el régimen de Bashar al-Asad y los kurdos

Las fuerzas kurdas han acusado al gobierno de Damasco de atacar sus posiciones en Al Hasaka para "frustrar" su campaña contra el EI en otras partes del país

EL CAIRO.- La ciudad siria de Al Hasaka, en el noreste del país, volvió a ser escenario de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las kurdas, en medio de la creciente tensión que estalló el pasado jueves.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), la principal alianza kurdosiria, junto a las fuerzas de seguridad kurda Asayish, controlan actualmente el 90 por ciento de la urbe.

Este lunes consiguieron hacerse con el barrio de Dauar al Nasel y la parte este del de Güirán, además de la cárcel central de Al Hasaka.

Las fuerzas se han enfrentado en las pasadas horas al Ejército sirio, apoyado por la milicia Defensa Nacional, en el este del barrio de Al Nashua, en el oeste de Güirán y en Al Masaken.

Los choques volvieron a estallar en la mañana pese a un supuesto cese de hostilidades acordado ayer entre las fuerzas del régimen y las kurdas, anunciado por la agencia oficial SANA.

El Observatorio no confirmó el acuerdo de alto el fuego e informó de bombardeos esporádicos ayer tras el anuncio del mismo.

En un comunicado emitido el fin de semana, las YPG señalaron que hasta el momento no habían reaccionado de formar firme contra el régimen sirio "con el fin de mantener la seguridad de los civiles" y porque su "prioridad es luchar contra el Dáesh", acrónimo en árabe del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Sin embargo, "el régimen ha persistido en sus acciones hasta un punto en el que no podemos quedarnos callados", agregaron.

Las fuerzas kurdas han acusado al Gobierno de Damasco de atacar sus posiciones en Al Hasaka para "frustrar" su campaña contra el EI en otras partes del país, donde los kurdos han logrado recientemente destacadas victorias.

Por su parte, el Ejército sirio ha asegurado que las fuerzas kurdas han cercado Al Hasaka con el fin de hacerse con el control de toda la urbe.

Según un comunicado castrense, los kurdos perpetraron ataques a edificios gubernamentales, robaron petróleo y llevaron a cabo secuestros para causar "caos e inestabilidad", lo que obligó a las tropas sirias a responder.

El director del Centro Kurdo de Estudios, Jalil Nuaf, dijo a Efe por teléfono que "el régimen consideraba que los kurdos no iban a ser capaces de controlar amplias zonas en Siria, ni que tendrían la fuerza (suficiente) para vencer al Dáesh en una área geográfica" muy amplia.

Tras la expulsión del EI de la ciudad de Manbech por parte de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza kurdoárabe en la que las YPG son un elemento fundamental, los kurdos han afianzado su posición sobre el terreno y su imagen internacional.

"El régimen no puede luchar solo contra el Dáesh, pero no quiere dialogar con fuerzas internacionales", señaló Nuaf, quien añadió que los kurdos han sabido ganarse la confianza de EEUU y de la comunidad internacional en la lucha contra los yihadistas.

"Washington no va a renunciar a sus aliados, que han derrotado a la más poderosa de las organizaciones terroristas, a pesar de que EEUU no ofreció mucha ayuda militar. Si no están las YPG, ¿quién va a luchar contra el Estado Islámico?", se preguntó el analista kurdo.

De hecho, el Pentágono confirmó el 19 de agosto el envío de aviones de guerra para proteger posiciones kurdas entre las que había fuerzas especiales estadounidenses en Al Hasaka.

La apertura de este nuevo frente entre el régimen y los kurdos ha hecho que Turquía se sitúe de forma sorprendente al lado de Damasco.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, aseguró el pasado fin de semana que su país busca tener un papel "más activo" en Siria en los próximos seis meses para prevenir que se divida en bloques étnicos.

Para ello, Ankara estaría dispuesta a que el presidente Bachar al Asad tuviera un rol en un Gobierno de transición, pero no en el futuro del país.

Hoy mismo, el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, dijo que Turquía debe "limpiar" de extremistas su zona fronteriza con Siria, donde están presentes tanto el EI como los kurdos.

Turquía teme que los kurdos sirios se hagan aún más fuertes en las zonas fronterizas, donde han proclamado cuatro enclaves independientes: Kobani y Afrín, en la provincia noroccidental de Alepo; Al Yazira, en la provincia de Al Hasaka, y Tel Abiad, en la de Al Raqa, en el noreste

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