Estados mafiosos
“La alianza estratégica del gobierno de la Habana con el de Moscú está fundamentada en la naturaleza misma de ambos sistemas”, así comenzó su argumentación Blanco.
Al sistema creado por el dictador Vladimir Putin en Rusia, que permite una economía de mercado bajo condiciones de autoritarismo, muchos le llaman democracia dirigida; sin embargo, Blanco lo denomina “estado mafioso con mercado”. Es decir, un Estado donde se pueden tener empresas con cierta libertad y a la par se envenenan, asesinan o encarcelan a los personajes incómodos para Putin como ocurrió con Alexander Litvinenko, Boris Berezovski, Serguei Skripal o los opositores que se niegan a seguir la farsa orquestada desde el Kremlin, como Alexéi Navalni.
Según el catedrático, “el cubano es otro Estado mafioso que le ha dado la espalda al compromiso del pacto social comunista y sin embargo mantiene el carácter totalitario en la economía”.
“El Estado mafioso cubano les ha dicho a los ciudadanos, no me voy a hacer más cargo de ti, como en el pasado, pero tampoco tú te puedes encargar de ti mismo, porque te lo prohíbo”.
Un paréntesis necesario
Blanco considera que el sistema cubano ha colapsado totalmente.
“El régimen de gobernanza mafioso totalitario cubano que suplantó al antiguo estado totalitario comunista - encabezado por Fidel Castro- se encuentra en una crisis multisistémica. Colapsó su legitimidad, fracasó el control de la información, el control ideológico, le falló la propaganda, su sistema cultural, educacional, el sistema de transporte, de salud, el productivo y lo único que faltaba para devolverlo a la Época de las Cavernas era el sistema energético y este también colapsó”.
No obstante, el Estado mafioso cubano sigue aún en pie amparado por el aparato de poder, ejercido por el MININT (Ministerio del Interior que ejerce como policía política del régimen) y las Fuerzas Armadas.
Blanco subrayó que el poder cubano se encuentra en manos de una oligarquía opaca e invisible que controla más del 70% de la economía, a través de un oligopolio llamado GAESA, -un consorcio empresarial militar-. Esa oligarquía aprovecha a voluntad los recursos naturales del país, las materias primas y la mano de obra, sin rendirle cuentas a nadie. Ni a la contaduría de la república, ni a la Asamblea Nacional (Parlamento Unicameral).
"Su desmedido poder la ubica en una posición privilegiada en la división internacional del trabajo mafioso: ser la gran lavandería de dinero. Por ejemplo, la construcción del puerto del Mariel se presupuestó por 350 millones de dólares. Sin embargo, terminó costando 900 millones. La diferencia entre lo planificado y el costo final es el resultado del lavado y se reparte entre los socios. Ahora mismo, se está construyendo una enorme infraestructura de hoteles de lujo y otros inmuebles en la isla, cuya propiedad está registrada a nombre de accionistas en el exterior, en cuentas offshore en paraísos fiscales".
"Era necesaria esta explicación para entender que, en la actualidad, la confrontación geopolítica no es entre dos bloques ideológicos, el capitalismo contra el socialismo. Putin va a la guerra no porque tiene el sueño de ser Pedro el Grande. Ni tampoco porque exista una amenaza de la OTAN, al acercar las armas a sus fronteras. No estamos en el siglo XIX, vivimos en la era de los misiles intercontinentales. Los coreanos del norte son un peligro para EEUU y están del otro lado del mundo. Putin hace la guerra contra un ejemplo peligroso para su Estado mafioso de mercado".
La Revolución del Maidán
En 2014, tras tres meses de fuertes protestas, el pueblo de Ucrania sacó del poder al presidente pro ruso Viktor Yanukovych cuando este se negó al acercamiento a la Unión Europea y a controlar la corrupción.
La democracia liberal, la sociedad abierta, la economía de mercado libre, la erradicación de la corrupción y el estado de derecho que estaban prosperando en Ucrania tras la revolución crearon inconvenientes al estado mafioso de Rusia. Kiev se convirtió en un problema para el dictador del Kremlin, "al irradiar su ejemplo hacia la población rusa". Esa es la verdadera amenaza surgida tras la Revolución, el temor a que en la plaza Roja surgiera el siguiente Maidán.
Alianza mafiosa
Aunque los estados mafiosos son variopintos, ya que existen estados mafiosos de mercado, como Rusia; confesional mafioso, como el iraní; mafioso primitivo, como el cubano; o de partido comunista con estalinismo de mercado, como el chino, todos tienen un enemigo común, y no es el capitalismo, insistió. Les une el temor a la democracia liberal y todo lo que ella entraña, por ello forjan su propia alianza en este momento en torno a Rusia.
"En el caso específico de China, que es la que mantiene el perfil más bajo, ayuda a Putin a evadir las sanciones financieras a través de sus bancos. Bielorrusia ofrece su territorio fronterizo con Ucrania para operaciones logísticas, Irán suministra a Rusia los drones militares, para que no tenga que gastar los misiles y aviones de combate que son mucho más caros".
El aporte de Cuba
"El Estado mafioso de Cuba participa en dos frentes, el diplomático-mediático y en el frente de influencia. Se puede decir de otra manera, Cuba ayuda a Rusia en la guerra de la desinformación y la guerra diplomátic. Su labor es adaptar las líneas de desinformación que genera el Kremlin y el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa -FSB- para el mundo y enfocarlas hacia América Latina y África".
Otra línea principal de este trabajo es reforzar la idea de que el conflicto lo originó la OTAN “con su aventurerismo” y lo generó Ucrania “por su irresponsabilidad de pretender vincularse a esta organización militar”. El otro enfoque es describir a los ucranianos como nazis, antisemitas y anti rusos. Esta narrativa se emite a través de la agencia cubana Prensa Latina y Cubavisión y es divulgada como cajas de resonancia por HispanTV, el canal en español de la república islámica de Irán y la televisora venezolana Telesur.
Desinformación
Cuba desarrolla la desinformación que permite a la gente caer en la trampa a la hora de entender lo que sucede en Ucrania. "También ha creado la narrativa del relativismo moral pacifista destinada a aquellos países que no se atreven a apoyar abiertamente a los rusos. Aquellos que dicen ver con horror las muertes en Ucrania y llaman al entendimiento, sin condenar la invasión de Putin. Esta última narrativa se aceleró sobre todo cuando las tropas ucranianas comenzaron la contraofensiva que empuja a los rusos hacia las fronteras. Buscan ganar en la mesa de negociaciones lo que no han podido ganar en la guerra”, puntualizó.
El catedrático explico que Cuba, aprovechando su influencia dentro del Movimiento de Países no Alineados, también trabaja en la línea de fabricar un contingente de países abstencionistas en los foros internacionales. La no condena a Rusia es una victoria para Putin. La propia Cuba juega a ser abstencionista cuando el tema no es determinante, pero se alinea férreamente con el Kremlin en asuntos de peso, como cuando votó en contra de que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski hablara en la ONU. Votó en contra cuando la ONU propuso que Moscú pagara una indemnización para la reconstrucción de Ucrania, y para evitar que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU expulsara a Rusia por los horrores que hacen sus tropas en los territorios ocupados.
Dentro de Cuba
El Estado cubano, que se había erigido ante su pueblo como el paladín de las causas nobles del mundo, defensor de los débiles, en este conflicto se puso del lado del poderoso. Una posición, según Blanco, que exacerba más el descreimiento de la población en el prestigio del Estado y la credibilidad de sus autoridades. El propio Ministerio de Exteriores de Cuba afirmó, dos días después de comenzar la invasión de Putin, que Rusia tenía derecho a defenderse.
A la pregunta de si es cierto que Moscú le pidió a la Habana participar activamente en la invasión, Blanco indicó:
"Todo puede ser. No lo puedo corroborar. Yo leí un artículo escrito por el general Rafael del Pino en Hypermedia en el que decía que algunas informaciones originadas por fuentes de confianza dentro de Cuba indican que la oligarquía de la isla estaría considerando la invitación de Putin a enviar al territorio ucraniano ocupado una pequeña representación de especialistas militares.
En el momento que se escribe este artículo, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se encuentra visitando Moscú, donde, sin salirse del guion, condenó todas las sanciones contra Rusia y culpó a EEUU y la OTAN de la guerra contra Ucrania.
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