lunes 3  de  febrero 2025
MIGRACIÓN

El “fracaso” del reparto de refugiados

La Comisión Europea pide a sus Estados miembros que reflexionen sobre las medidas que se han tomado en materia migratoria, para buscar mejores soluciones

MIAMI.-REDACCIÓN

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, afirmó esta semana que los Estados miembros pidió han “fracasado en el reparto de refugiados” y pidió reflexionar sobre el precio que tendría este error en el Acuerdo de Schengen ya no sólo desde el punto de vista político, sino también para la eurozona y el mercado interior europeo, con un impacto que cifró en unos 3.000 millones de euros (3.287 millones de dólares).

"Sin Schengen, sin libertad de movimiento y de viaje de los europeos, no tiene sentido el euro", recalcó Juncker en una rueda de prensa sobre los retos y las prioridades de la Unión Europea (UE), en la que pidió "no perder de vista" los vínculos entre la libre circulación, el mercado interior y la unión económica y monetaria.

"No es Schengen el que supone un precio alto en el mantenimiento y la realización del mercado interior europeo. En última instancia quien acabe con Schengen acabará y enterrará el mercado interior europeo", reiteró el político luxemburgués.

El presidente aclaró que "no es la Comisión la que no hizo el reparto sino varios Estados miembros que fracasaron en completar el reparto que necesitamos y que se necesita hacer", añadió.

Se quejó de que los Estados miembros estén reintroduciendo controles fronterizos en vez de trabajar juntos para una solución común, y señaló que esos controles, en última instancia, amenazan el sistema Schengen de libre circulación y el proyecto europeo.

Amenaza de desempleo

"Quien acabe con Schengen enterrará el mercado común", advirtió Juncker, y agregó que "eso llevaría a un problema de desempleo incontrolable" en la eurozona, de tal envergadura "que no se podría ya dominar más".

"Menos Schengen, menos mercado interior, significan más desempleo y menos crecimiento. No perdamos estas relaciones y este contexto de vista", enfatizó.

El líder de la CE dio algunos ejemplos del impacto económico que tendría el fracaso de esta área de libre circulación.

Mencionó en concreto que los controles introducidos en el puente del estrecho del Sund, que une Copenhague con la ciudad sueca de Malmoe, por el que viajan a diario decenas de miles de personas, así como los restablecidos por Dinamarca con Alemania.

En el primer caso, el coste asciende ya a "300 millones de euros" (328 millones de dólares), indicó, y en el segundo a 90 millones para Alemania (98,5 millones de dólares).

Juncker señaló que hay 1,7 millones trabajadores fronterizos y si se tiene cuenta que hay 57 millones desplazamientos por carretera al año y una espera de una hora en los pasos transfronterizos, el coste ascendería a 55.000 euros (60.230 dólares) por camión, dijo.

"Si sumamos todos, los controles fronterizos como están funcionando actualmente (los que están en vigor), tendrían un coste de 3.000 millones de euros (3.286 millones de dólares)", afirmó.

Sin tener en cuenta la logística y la cadena de suministro, subrayó Juncker, quien añadió que hay además 24 millones viajes de negocios por año en el mercado interior.

"Si todo esto se derrumba, el coste económico y el impacto en el crecimiento y las perspectivas de crecimiento serían enormes", advirtió el presidente de la CE.

"Si volvemos a toparnos con las fronteras internas, será el fracaso del mercado interior. Es importante tener una visión de conjunto de mercado interior, la unión económica y monetaria y Schengen", insistió.

Juncker también criticó a "algunos" de los países miembros que "no hacen lo que les corresponde" en la crisis de refugiados, y señaló que los centros de recepción y registro (en Grecia sobre todo pero también en Italia) tienen que estar plenamente operativos y registrar progresos de cara a la próxima cumbre europea de febrero.

Pidió a los países miembros avanzar en la guardia fronteriza y europea, porque de otra manera "se reintroducirán las fronteras internas" y evaluar vías para la inmigración legal.

La Comisión, dijo, "hizo lo imposible, pero hay algunos Estados miembros a los que les cuesta trasponer lo que de hecho han decidido en el Consejo de ministros".

"Estamos ante una crisis de credibilidad tremenda por no conseguir cumplir lo que en principio y también a nivel jurídico y político hemos decidido", lamentó.

"No puede ser que la propuesta de la CE y que el Parlamento Europeo ha apoyado para la reubicación de los refugiados en Europa, no se trasponga en la práctica", recalcó Juncker.

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