miércoles 9  de  octubre 2024
ANÁLISIS

El islam, impotente ante la ola de yihadismo

EL CAIRO.- Líderes islámicos religiosos admiten que nada pueden hacer para frenar a los extremistas en sus  ataques terroristas, que según ellos, están motivados por intereses políticos más que religiosos

EL CAIRO.- RICARD GONZÁLEZ
Especial

Tras la masacre al semanario satírico francés Charlie Hebdo, intelectuales y políticos de varios países han hecho una vez más un llamamiento a las autoridades religiosas islámicas a condenar este tipo de atentados y, en general, la ideología yihadista. Sin embargo, ya lo han hecho, y no pocas veces durante los últimos años. Desde la irrupción de al-Qaeda la década pasada, las múltiples declaraciones y anuncios de los líderes religiosos islámicos no han sido capaces de detener o disminuir la capacidad de atracción del yihadismo entre una minoría de la juventud musulmana, ya sea en Occidente o en el mundo árabe. ¿Por qué estos esfuerzos han caído en saco roto?

Una de las razones es que en el islam suní no hay jerarquía que interprete el dogma, como en la Iglesia católica. "Las fatwas o edictos religiosos no son obligatorios, sólo tienen una fuerza moral que depende del prestigio o la reputación del individuo o la institución que la promulga", explica Nathan Brown, profesor de la George Washington University. La situación es diferente en la otra rama del islam, el chiísmo, donde sí hay un sistema jerárquico entre los ayatolás. No obstante, el terrorismo yihadista es un fenómeno exclusivamente suní, la doctrina que profesan cerca del 85% de los 1.600 millones de musulmanes.

Ciertamente, hay centros teológicos suníes que gozan de prestigio desde hace siglos, como la Universidad de Al-Azhar en El Cairo. Cada país tiene su propia institución vinculada al Estado, que podríamos llamarla el islam oficial. Pero esto no impide la aparición de supuestos clérigos, muchos de ellos sin unos estudios teológicos formales, que promulgan fatwas y las cuelgan online, llegando a miles de fieles. De hecho, los principales ideólogos yihadistas, como Bin Laden o Ayman Al-Zawahiri -el actual líder de Al-Qaeda-, siguieron una formación religiosa autodidacta. Una excepción la representa el caudillo del Estado Islámico, Abu Baker Al-Bagdadi, que posee un doctorado en Estudios Islámicos, según una biografía suya difundida en webs yihadistas.

Problema de credibilidad

En la lucha ideológica entre los movimientos yihadistas y el islam oficial, estos últimos tienen un problema de credibilidad derivado de su proximidad del poder político, a menudo corrupto y represivo. La mayoría de estados de Medio Oriente aprobaron durante el siglo XX reformas destinadas a controlar sus principales centros teológicos, minando su independencia. Por ejemplo, desde 1961, es el presidente de Egipto quien nomina a dedo al gran imam de Al-Azhar. Esto explica, por ejemplo, que el máximo responsable de Al-Azhar flanqueara al general Abdelfattá al-Sisi cuando el verano pasado leyó el comunicado que anunciaba el golpe de Estado contra el presidente electo, Mohamed Morsi.

En diciembre, más de 600 clérigos musulmanes y prelados de las iglesias cristianas de Medio Oriente participaron en una conferencia internacional celebrada en El Cairo y destinada a combatir las presuntas raíces religiosas de la ideología yihadista. “Los ulemas, los clérigos musulmanes, tenemos una gran responsabilidad en la lucha contra el Estado Islámico. Nuestra obligación es clarificar conceptos como “yihad”, “califato” que son tergiversados por los terroristas”, declaró a La Nación Mohamed Hashim, vice rector de Al-Azhar. El posicionamiento de los clérigos fue inequívoco, y en el comunicado final denunciaron la violencia del Estado Islámico y otros grupos yihadistas contra civiles como “crímenes contra la humanidad”.

Problema político

Ahora bien, el religioso chiíta, Mohamed Ali Abtahi, vicepresidente de Irán durante el gobierno del reformista de Mohamed Jatamí en los años noventa, se mostraba escéptico respecto a la repercusión de actos como la reciente conferencia: “Dudo que los jóvenes marginados, entre los que reclutan los yihadistas, escuchen estas palabras. Aquí sólo fueron invitados los clérigos favorables a los gobiernos de la región”. Y es que el cisma que vive la religión musulmana es de naturaleza política, enfrentando visiones opuestas sobre el papel de la religión en la vida pública y sobre las relaciones entre los estados islámicos y las potencias occidentales.

Nathan Brown también se muestra pesimista respecto a la capacidad del islam oficial de influir en los jóvenes radicalizados, y golpeados por la falta de perspectivas de futuro en unas economías estancadas. “[Al-Azhar] está identificado como muy cercano al Gobierno. Esperar que pueda convencer a jóvenes alienados en Siria del error que representan los métodos del Estado Islámico es como haber pretendido que sirviera de algo enviar al arzobispo de Canterbury a Waco”, comenta, haciendo referencia a la secta davidiana que se atrincheró en un rancho de Texas en 1995, y en cuyo enfrentamiento con las autoridades estadounidenses murieron 76 personas.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar