Para ganar en la primera vuelta, un candidato requiere más de 50% de los votos. De no lograrse, la segunda vuelta está prevista para el 24 de noviembre, cuando triunfará quien obtenga la mayoría simple. Los candidatos que pasen a la segunda vuelta deberán participar de forma obligatoria en un debate.
Según la ley, este debate deberá ser organizado por la Corte Electoral uruguaya, transmitirse en cadena nacional de radio y televisión y no durar más de dos horas.
Para las elecciones en el país suramericano, hay más 7,000 circuitos distribuidos en los 19 departamentos.
La lista de candidatos a sustituir al derechista Luis Lacalle Pou es amplia: Yamandú Orsi del izquierdista Frente Amplio; Álvaro Delgado del oficialista Partido Nacional; Andrés Ojeda (Partido Colorado); Guido Manini Ríos (Cabildo Abierto); Gustavo Salle (Identidad Soberana); Pablo Mieres (Partido Independiente); Gonzalo Martínez (Asamblea Popular); Eduardo Lust (Partido Constitucional Ambientalista); César Vega (Partido Ecologista Radical Intransigente); Guillermo Franchi (Partido por los Cambios Necesarios); y Martín Pérez Banchero (Avanzar Republicano).
Según las encuestadoras, Cifra, Equipos, Opción y Factum, Yamandú Orsi lleva la ventaja para la primera vuelta con más de 40% y 20 puntos de ventaja sobre el oficialista Álvaro Delgado: tiene un piso de 44% y un techo de 47%.
Delgado, quien fue secretario de la presidencia de Luis Lacalle Pou, llega a la contienda con un piso de 23% y un techo del 27%.
Analistas políticos de Uruguay destacan que el actual presidente culmina su quinquenio con niveles de aprobación superiores a 50%. Sin embargo, estos índices favorables no alcanzan al que es visto como su pupilo, el candidato del Partido Nacional.
En ese contexto, el periodista uruguayo Nicolás Delgado señala que el ambiente de cara a las elecciones “está muy calmo, muy frío, esto lo reconocen todos los candidatos de los partidos políticos. Como dice el expresidente Luis Lacalle Herrera, padre de Lacalle Pou, es una campaña donde no hay líderes compitiendo, ninguno de los candidatos lidera a sus partidos”.
En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Delgado explica: “Tenemos al candidato del Frente Amplio, de la oposición, de la izquierda, Yamandú Orsi, y el líder de la izquierda es el expresidente Pepe Mujica. Por otro lado, está el candidato del Partido Nacional que hoy ocupa la presidencia, Álvaro Delgado, de ese el líder es Lacalle Pou y ese es su delfín”.
Añade que, en el Partido Colorado, está el candidato Andrés Ojeda que dice representar la nueva política y está muy abocado a una agenda que impulsa la salud mental, el bienestar animal, y tiene presencia en las redes sociales.
“Este es el tercer candidato, es una candidatura nueva y ha subido los ánimos de la campaña, ya que ha presentado spots de campaña novedosos, muy disruptivos”, indica el periodista.
Incertidumbre en Uruguay
De acuerdo con la consultora Methodo, el proceso comicial de Uruguay es atípico. Esto significa que no se centra en figuras carismáticas o en promesas de cambio radical: la campaña ha hecho en la estabilidad y la continuidad de las políticas públicas.
En ese contexto, independientemente del candidato que gane las elecciones, 72% de los uruguayos no esperan grandes cambios en su vida cotidiana. De allí que, para la mayoría, la elección de un nuevo presidente no significa un giro significativo en la conducción del país.
El periodista uruguayo Martín Tocar, quien al igual que Nicolás Delgado ha cubierto la campaña electoral para el diario El País, define el ambiente comicial como de mucha incertidumbre.
“Se ha hablado mucho de una campaña rara, fría o atípica porque se da una situación extraña de algunos indicadores que están un poquito más favorables a un cambio en el signo de gobierno, o sea que gane la oposición, y algunos otros que son más favorables a la continuidad del gobierno”, asevera Tocar al DIARIO LAS AMÉRICAS.
puntualiza que ese escenario ha generado que el clima electoral y de opinión pública sea “un tanto ambiguo”. Compara la situación de Uruguay con muchos otros casos en América Latina de los últimos años, donde hubo varias victorias de los partidos de oposición por grandes descontentos con el oficialismo.
Señala que, en Uruguay, “no hay un descontento rampante con el oficialismo”, más bien lo contrario, pero a su vez hay una intención de voto alta hacia el partido de oposición. “Esto genera un clima de incertidumbre por lo que pueda pasar, con varios escenarios abiertos”, señala Martín Tocar.
El periodista añade que, al oponerse, la izquierda uruguaya tiene menos cuentas que rendir.
Agrega que la mayoría de la población cree que el presidente Luis Lacalle Pou hizo un trabajo decente, bueno, “y por eso le da una nota de aprobación, pero tampoco con el gran entusiasmo como para que cualquiera de los que dice que va a continuar con ese rumbo, gane con holgura”.
Tocar indica que las tendencias apuntan a que la primera vuelta sea ganada por el izquierdista Yamandú Orsi, quien se mediría con el derechista Álvaro Delgado, pero no descarta que Andrés Ojeda, del Partido Colorado, pudiera pasar a instancias definitorias.
“Tanto Delgado como Ojeda tienen como principal referente a Luis Lacalle Pou. Por lo tanto, los dos han buscado capitalizar esta cercanía de diferentes maneras, incluso compitiendo entre sí y demostrando que son los hombres más cercanos al actual mandatario”, asevera.
Dos plebiscitos
En la jornada electoral del 27 de octubre también se realizarán dos plebiscitos. Uno sobre la reforma que promueve la baja en la edad jubilatoria, y otro sobre la atribución para que el Estado ejecute allanamientos nocturnos, lo cual está prohibido en la Constitución desde 1830.
Nicolás Delgado explica que el plebiscito para habilitar los allanamientos nocturnos es una medida que busca combatir el narcotráfico. “Este plebiscito fue impulsado por el partido oficialista, Partido Nacional, la coalición de gobierno que integra otros tres partidos (el partido Colorado, el partido Abierto y el partido Independiente, entre otros”, señala.
Indica que el izquierdista Frente Amplio objeta la medida bajo el argumento de que no soluciona los problemas del narcotráfico y puede prestarse para abusos policiales.
Sobre el plebiscito de la reforma pensional, Delgado expresa que se impulsan tres medidas: Que quede en la Constitución que la edad para jubilarse es a los 60 años, nivelar el salario mínimo a la jubilación y suprimir el sistema de ahorro individual que fue instalado en Uruguay en 1997.
@snederr
FUENTE: Diario Las Américas /El País / Clarín