
El FMI y el Banco Mundial consideran que es necesario brindar apoyo a los países en desarrollo ante la pandemia del COVID-19.
La petición ya fue formulada a los países pertenecientes al G20 por parte del presidente del Banco Mundial, David Malpass, y ahora se extiende a todos los "acreedores bilaterales".
En concreto, los dos organismos solicitaron, ante la emergencia del coronavirus COVID-19, que se pospongan los pagos de deuda de todos los países pertenecientes a la Asociación Internacional de Fomento (IDA, por sus siglas en inglés), un ente que forma parte del Banco Mundial y agrupa a los países más pobres. El 66% de la población mundial que vive en situación de extrema pobreza se concentra en los países pertenecientes a la IDA.
Según los organismos con sede en Washington, esta medida "ayudará a las necesidad de liquidez inmediatas de los países IDA para afrontar los desafíos del brote de coronavirus COVID-19". Aplazar la deuda también "permitirá realizar una valoración del impacto de la crisis y las necesidades de financiación de cada país.
"El Banco Mundial y el FMI creen que es imperativo en este momento proporcionar una sensación global de apoyo a los países en desarrollo, así como una señal fuerte para los mercados financieros", aseguraron ambas entidades.
El pasado lunes, el FMI advirtió que la recesión mundial por la pandemia de COVID-19 podría ser peor que la que siguió a la crisis financiera del 2008 y requerirá una respuesta sin precedentes.
Kristalina Georgieva pidió a las economías avanzadas brindar más apoyo a los países de bajos ingresos, que enfrentan una salida masiva de capital, y dijo que el FMI está "listo para desplegar toda (su) capacidad de préstamo de un billón de dólares".
Casi 80 países ya solicitaron ayuda de emergencia al FMI para enfrentar el brote del nuevo coronavirus, dijo Georgieva.