BARCELONA.- La larga historia del terrorismo en España inauguró un nuevo capítulo. Tras poner fin a medio siglo de lucha contra la violencia armada del grupo vasco ETA, Barcelona sufrió hoy un atropello masivo como los perpetrados los últimos meses por yihadistas en otras ciudades europeas.
El ataque con varios muertos en La Rambla, la calle más turística de la ciudad nororiental, acaba así dolorosamente con una excepción: España era uno de los últimos grandes países europeos que venía evitando ser víctima de la nueva ola de ataques islasmistas tras los cometidos en Berlín, Londres, París, Estocolmo o Niza.
"Los cobardes asesinos pretenden someternos por el terror, acabar con nuestra democracia, con nuestra concordia labrada durante años de pacífica convivencia", había advertido el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tras el atentado islamista contra un concierto en Mánchester a fines de mayo.
Zoido confirmó entonces que España mantenía el nivel de alerta antiterrorista 4 de 5. El Gobierno lo situó en ese nivel, que implica un riesgo alto de amenaza de atentado, en junio de 2015 tras los atentados de Francia, Túnez y Kuwait. Pero la amenaza del terrorismo está lejos de ser una novedad en España.
La historia moderna del país lo conoce de cerca, aunque bajo otra etiqueta: ETA. El terror del grupo armado dejó más de 800 muertos en medio siglo de "lucha armada" por la independencia del País Vasco, región situada en el norte del país, hasta 2011, cuando anunció el cese definitivo de la violencia.
El grupo volvió a primera plana en abril de este año al dar otro paso pendiente desde entonces: entregar las armas que tenía aún en su poder. Más allá del debate sobre la autenticidad de ese paso, una cosa quedó clara: ETA está enterrada en el pasado para los españoles. Sus últimas víctimas fueron dos guardias civiles en 2009 en Francia.
Pero paralalemente a la extinción de ETA creció una nueva amenaza, compartida esta vez con Europa: la yihadista. El desplazamiento tuvo su sangriento anticipo el 11 de marzo de 2014, cuando Al Qaida mató a 192 personas detonando bombas en varios trenes suburbanos de Madrid. Es el peor ataque islamista sufrido en Europa.
La nueva oleada yihadista que viene golpeando en grandes ciudades europeas evitó hasta hoy a España, pero las señales recientes eran alarmantes: el informe oficial sobre terrorismo publicado en junio indicaba que las amenazas de Estado Islámico (EI) y otros grupos yihadistas a España se duplicaron en 2016.
"Las menciones a España fueron constantes a lo largo de todo el año. Algunas veces se efectuaron mediante amenazas directas, con llamamientos expresos a atentar contra España y contra sus ciudadanos; otras veces se hizo referencia mediante imágenes o expresiones que también podían entenderse como amenazadoras", indicaba el informe.
Buena parte de las amenazas aludían a Al-Andalus, el nombre que explica por qué España es un objetivo central del islamismo. Al-Andalus fue el territorio bajo dominio islámico en la península Ibérica desde 711 hasta la expulsión de los musulmanes de Granada en 1492. "Reconquistarlo" es un eje del imaginario terrorista.
Junto con las amenazas, aumentaron las detenciones. Desde que España aumentó a 4 el nivel de alerta en 2015, las fuerzas de seguridad detuvieron a más de 180 presuntos terroristas yihadistas. Los últimos meses se sucedieron noticias de capturas en diversos puntos del país, lo que se reflejó en otro dato: el terrorismo pasó a ubicarse entre las tres principales preocupaciones de los españoles.
En ese contexto se produjo el atentado de hoy. Si se confirman las cifras de víctimas mortales que manejan hasta ahora los medios, sería el peor ataque terrorista sufrido en Barcelona desde que ETA hizo volar hace 30 años un gran supermercado y mató a 21 personas. Todo un símbolo del cambio de ciclo en la historia del terrorismo en España.
FUENTE: dpa