La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) destacó en su informe mundial "El Estado de la Biodiversidad para la Alimentación y la Agricultura", que muchas especies asociadas con la biodiversidad, incluyendo las abejas, están gravemente amenazadas.
El cambio climático, las prácticas agrícolas insostenibles, la contaminación, la pérdida de la biodiversidad, entre otras malas acciones de los seres humanos, están disminuyendo drásticamente la cantidad de abejas y otros polinizadores en el mundo.
Las tasas actuales de desaparición de especies son entre cien y mil veces más altas de lo normal debido a la actividad humana. Posiblemente los insectos supongan la mayor parte de la pérdida futura de biodiversidad, ya que el 40% de las especies polinizadoras de invertebrados –en particular abejas y mariposas– corren peligro de extinción.
Si esta tendencia continúa, la FAO indica que sería casi imposible la producción de muchos alimentos, ya que, las abejas, junto con otros polinizadores, como aves, murciélagos y mariposas, participan en 35% de la producción agrícola mundial, aumentando la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios del mundo, y también de muchos medicamentos derivados de las plantas.
Las abejas e incluso la apicultura forestal contribuyen por igual a mantener los ecosistemas forestales, ya que la polinización ayuda a regenerar los árboles, lo que a su vez contribuye a conservar la biodiversidad forestal.
Por ello es necesario tomar consciencia sobre el modo en que podemos contribuir a respaldar, restablecer y mejorar la función de los polinizadores. Evitando el uso de pesticidas e insecticidas ya estamos contribuyendo.
La transformación de los sistemas agroalimentarios es necesaria e imprescindible. Una nueva y mejor forma de producción de alimentos más sostenible y armoniosa con la naturaleza, sin duda alguna es un paso al frente en la preservación de nuestras abejas y polinizadores en general.
FUENTE: Con información de la FAO